Mientras camiamos por el pasillo en dirección a la cafetería, muchas personas se giran para mirarnos como buitres observando un animal muerto.
-Odio cuando la gente hace eso. -susurro.
-Yo también lo odio, pero ya estoy acostumbrada.
-¿Por qué deberias de estar acostumbrada?
-Luego te cuento.
Nada más entrar en la cafetería, dirijo mi mirada hacia las magdalenas que parecen estar gritando mi nombre: Adrianna, Adrianna...
-Voy a por unas pocas magdanelas, ¿quieres algo?
-Un café.
-Vale, ve cogiendo sitio.
Le señalo una mesa que está libre al fondo.
Mientras ella se dirige hacia la mesa que le he señalado me pongo en la cola con mi bandeja de aluminio.
-Mira por dónde, voy a poder verle la cara a mi rival antes de partírsela.
Ahora mismo no tengo ganas de aguantarla.
Me giro para mirarla a los ojos.
-Hola Penélope.
Que no os engañe el nombre de niña buena, es una perra mala.
-Hola Adrianna, ¿preparada para esta noche?
-La verdad es que ni me acordaba. Siempre es lo mismo: voy, gano y mi cartera se llena de dinero. -le digo mientras sonrío.
-Pues esta noche no será igual.
-Eso ya lo veremos.
Y me giro para pedirle a Margarita las magdalenas.
En cuanto la veo mi ira se esfuma. Creo que es la única empleada del centro que me cae bien de verdad.
-No te estarás metiendo en más líos, ¿no?
Siempre que me ve la cocinera me pregunta lo mismo.
-No Marg.
Me llevo una de las magdalenas a la boca.
-Te creeré, pero hazme el favor de tener cuidado.
Tras asegurarle que procuraré evitar los problema, obviamente sin nombrar la pelea de esta noche, me acerco al banco en el que me espera Ángela.
-Aquí tienes tu café.
-Gracias.
-¿Cuantos años tienes? -le pregunto mientras me siento enfrente de ella.
-Dieciocho, ¿y tú?
-Diecinueve. ¿Me vas a explicar eso de "ya estoy acostumbrada?"
Estoy realmente intrigada.
-Mi padre era el alcalde de una ciudad de Cádiz, y mientras el ocupaba ese cargo, cantidades de dinero desaparecían.
-¿Es un corrupto?
-No me gusta llamarlo así, pero es lo que es.
-¿Tú padre no será el de las noticias, no? Un tal Federico no se qué.
-Siento decirte que sí.
-Pedazo de gili... - me interrumpo al recordar que es su hija.- ¿Qué está en la cárcel?"
-Si, pero dentro de poco será el juicio.
-Si él está en la cárcel, ¿como puedes permitirte estar en esta universidad?
Una universidad cómo esta es realmente cara.
-Cómo mis padres estan separados, ahora estoy con mi madre y ella me la paga.
Seguro que es la típica niña mimada por sus padres que le regalan lo que quiera para así conseguir su amor.
-Adrianna, hace tiempo que no te veo.
Al escuchar esa voz me levanto de la silla y me acerco a ella.
-Susana, que de tiempo. -le digo mientras la abrazo.
-Dejate de ñoñerias. -dice mientras ríe.
-Vale, vale, me he emocionado un poco.
-¿Quién es tu amiga? -me pregunta mientras señala a Ángela.
-Soy Ángela, encantada. -se presenta la rubia.
-¿De qué cuento de hadas te has escapado?
-¿Perdona...? -pregunta extrañada.
-Vamos Susan, déjala.
-Sabes que odio que me llames así.
-Por eso lo hago.
Sonrío y le ofrezco un sitio a mi lado.
Nada más sentarse acerca su mano a una de mis magdalenas.
-Tocas una y eres mujer muerta. -le digo con cara seria.
-Tranquila mujer. Por cierto, he oído que esta noche peleas con Penélope.
-¿Peleas? -pregunta extrañada Jenni.
-Sí, es verdad. Tengo que ahorrar para comprarme un coche, y esta pelea hará que consiga al menos quinientos euros. -digo ignorando su pregunta.
-Me han dicho que es un hueso duro de roer. -comenta.
-Al menos pondrá un poco más de resistencia mientras le esté pateando el culo. -bromeo mientras le doy un sorbo a mi café.
-El viernes voy a ir a un bar que han abierto en el centro en dónde van a rapear, ¿te vienes?
-No, lo siento. Los viernes es cuando actuo como una hija decente y acompaño a mis padres a visitar a la familia.
-Ese es muy... Buen plan. -dice divertida.
-Ya sé que no lo es, pero mientras no tenga trabajo necesito un lugar en el que dormir.
Observo como Jenni se levanta con el móvil en la oreja y se aleja gesticulando un ahora vuelvo con la boca.
-¿Has visto a Cris?
Decido cambiar de tema.
-Me parece que no te has enterado.
-¿Enterado de qué?
-Se ha echado novio.
-¿Enserio?
-Y nada más y nada menos que el hijo del rector.
Siempre ha habido un amor-odio entre ellos, pero jamás pensé que el amor alguna vez superaria a la causa de sus continuas peleas.
-Creo que la hemos perdido. -continúa.
-¿En que sentido?
-Ya no va a volver a ser la misma.
Joan es el típico pelota de clase. Que si galletas para el profesor, que si le ofrece llevarle un café todas las mañanas para que no tenga que esperar cola en la cafetería... Pues eso, un idiota.
-Con que siga siendo igual de dura peleando, me da igual.
-Claro, claro, peleando... -dice mientras vuelve la cabeza.
-¿Cómo que "claro, claro, peleando"?
-Creo que eso te lo tiene que explicar ella. Mira, por ahí viene.
Señala con un dedo la puerta.
Al volverme la veo con Joan de la mano. Tras besarle él se va a sentarse con sus amigos frikis y ella viene hacia nosotras. Más le vale explicarse.
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Friends
Ficção AdolescenteCuando menos se lo esperaban, la vida les sonrió haciendo que pudieran cumplir su mayor sueño. "Teneis un aura especial." "Os lo digo enserio, nunca lo dejeis." "Llevo 15 años viendo a gente bailar todas las clases de bailes que os podéis imaginar y...