Segundo encuentro

11 1 0
                                    

Había pasado aproximadamente un mes desde que me topé con aquel chico en la tienda de vestidos y un poco menos desde aquella charla con mi chinchosa pero querida amiga Ana. Estaba a unos días de graduarme y ser toda una egresada.

Mis padres ya se habían instalado en mi apartamento; sí, obtuve un departamento  al cumplir los 20 como regalo de cumpleaños por parte de mis tíos que argumentaron que ya estaba grandecita y de seguro ya anciaba ser más independiente, estuve de acuerdo, pero eso no importaba mucho a decir verdad, el consentimiento para ello lo debían dar mis padres que, como supondrán, me lo otorgaron pero luego de, primero, esperar como dos meses su respuesta y segundo, de aceptar su condiciones:

1. Nada de chicos, ni siquiera amigos.
2. Nada de fiestas, ni siquiera con mis amigas más cercanas, aunque no eran muchas como sabrán.
3. Mantener limpia la casa, reluciente, y para comprobarlo me visitarían de vez en cuando e inesperadamente.
4. Mantener una dieta balanceada, es decir, controlarme con los snacks, comidas rápidas y dulces, y por supuesto, comer a mis horas y no saltearme comidas.

Ante ello accedí, aunque no estaba muy de acuerdo con las dos primeras, qué persona teniendo una apartamento propio no puede ni siquiera invitar a sus amigos a una charla o a ver una película en su casa; no sé que tanto problema me hacían si conocían muy bien a mis dos amigos, mis dos únicos mejores amigos varones, toda la vida nos habíamos reunido en casa, hasta llegamos a hacer una pijamada, acaso a pesar de tanto tiempo no confiaban en ellos, si el problema era que bueno alguno se enamorara de mí e intentara alguna cosa, pues ante ello les informaría que cada uno tiene una pareja.

Pero bueno, fue imposible hacerles comprender ello y como anhelaba vivir en mi propio apartamento tuve que aceptar tal cual las condiciones que me impusieron. Y así llevo viviendo hasta ahora.

- Mami, voy a salir un rato, necesito comprar algunas cosas para la semana, ya que mis provisiones han sido consumidas por unas personitas- enfaticé las últimas palabras y reí sigilosamente.

- ¿A que así tratas a tus adorados padres, no, niña malcriada? Que diríamos tu padre y yo entonces de ti, de pequeña vaciabas el refrigerador diariamente, por lo que teníamos que estar comprando y comprando más alimentos.

- Mami, no te molestes - me acerqué a ella y la abracé cargosamente- sabes que no lo dije en serio, me alegra muchísimo que estén nuevamente conmigo, los he extrañado mucho.

- Lo sé, lo sé hijita; yo tampoco lo dije en serio. Te quiero mucho, eres lo más preciado que tengo. Bueno, ya dejemos de parloterías y anda sal, compra provisiones, como tú les dices. - la empujó levemente hacia la salida.

Ya en el supermercado, Fabiana se encontraba buscando cada producto anotado en su lista, sí, aquella chica acostumbraba elaborar una lista con todo lo que necesitaba para así no olvidar algo y tener que volver a salir luego; llevaba un carrito que empujaba distraídamente mientras buscaba entre los productos del pasillo  aquel o aquellos que necesitaba. Avanzaba tan concentrada en los estantes, que no se percató que justo al frente de ella se encontraba una persona observando unos productos también, y como era de esperarse, chocó con ella. El impacto fue leve, puesto que no iba a una gran velocidad, pero si lo suficientemente fuerte para llamar su atención.

- Discúlpame, no quise empujarte iba tan ...

Calló un momento al percatarse quién era la persona con la que había impactado indirectamente claro, era su carrito quien había chocado con él, no ella, aunque claro, el que lo haya echo era su culpa.

- Fabiana - dijo animósamente el chico interrumpiendo el silencio generado - Nos volvemos a encontrar.

- Jimin, umm, hola - estiró su brazo para estrechar su mano en forma de saludo, cosa que el chico correspondió.

- Discúlpame por empujarte, iba un poco distraída y bueno no me percaté que había una persona delante mío - dijo un poco nerviosa por la situación, de todas las personas con las que pudo impactar tuvo que ser con aquel chico que quería olvidar.

- Descuida, fue un pequeño impacto; estoy ileso - dijo el chico tratando de sonar gracioso.

- ¿Acaso estás tratando de bromear conmigo? -Fabiana lo notó evidentemente y no tardó en expresar lo que pensaba- eso es -hizo una pausa- raro - Bueno como sea, ya me voy, tengo una larga lista que completar. Que tengas una buena tarde. -giró levemente su coche y avanzó al siguiente pasillo.

- Espera -escuchó decir desde lejos a un joven un poco agitado, pero como no sabía si se dirigía a ella, no volteó y continuó su camino hacia el siguiente pasillo.

- Espera Fabiana, espera un rato - volvió a escuchar y como sí fue mencionada esta vez giró y se sorprendió al ver a aquel chico, con el que se había tropezado anteriormente, correr hacia su dirección.

- Casi no te alcanzo -dijo agitadamente el joven y se tomo el tiempo de recuperar el aliento.

- ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué me has seguido? Ya te pedí las disculpas respectivas -dijo Fabiana un poco molesta e incómoda pues no entendía porque aquel chico quería volver a dirigirle la palabra, ¿acaso para recriminarle o humillarla como solía hacer en la escuela? aunque ella siempre se hizo la fuerte y no se dejó minimizar; ignoraba todo insulto y acto que aquel chico decía y hacía para hacerla sentir mal sin motivo alguno, pero así mismo siempre le dolió ser tratada así, como a cualquier otra persona.

- Solo quería -jugó un momento con sus dedos por lo nervioso que estaba por decirle- acompañarte -dijo por fin y tras unos segundos elevó su mirada para ver la expresión de aquella chica, mas no pudo descifrarla, y apenado continuó- Discúlpame, creo que me emocioné un poco al encontrarme luego de años con una compañera de escuela. Discúlpame en serio, no sé en qué estaba pensando, no debí tratar de acercame a ti luego de haberte hecho la vida imposible en la escuela.

-------------------------------------------------------------------------
Hola mis queridos lectores, espero que este capítulo les haya gustado.
¿Qué creen que dirá o hará Fabiana? Bueno, tendrán que esperar al próximo capítulo para saberlo.
Cuídense.

Pdta: Espero que pasen una FELIZ NAVIDAD.

Mi dulce terrible dolor de cabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora