Una devastadora tormenta crecía a lo lejos. Sus relámpagos impactaban en la tierra, provocando que decenas de aquel material saliera expulsado a los aires y grises nubes se expandían con suma rapidez a través del celaje.
Un enorme haz de luz dividía el cielo en dos, iluminando a sus pies una bella criatura, un ente celestial según antiguas religiones y mitologías. Sus millones de alas crecían, devorando en cuestión de segundos cualquier suspiro del aire y sustituyéndolo por un intimidante silencio. Aquella hermosa criatura se alimentaba del sufrimiento de lo que antes solía ser una imponente ciudad. Cada grito, cada tortura era consumida de inmediato. Cada sonido lo hacía más fuerte, más poderoso, consiguiendo así el pánico total del planeta.
Tanques, soldados, incluso armas nucleares lucharon en vano. Los países se unieron, los ejércitos de la tierra lucharon como uno solo por el simple impulso de sobrevivir y aún después de los sacrificios, de las unificación, de la paz mundial. Aún después de intentarlo, todo fue inútil, pues no solo aquel ser fue liberado.
Criaturas enemigas de la humanidad rondaban por aquellas calles que aún no habían sido visitadas por el ángel, atacando a supervivientes o personas que simplemente intentaban huir, impidiendo el escape de cualquier alma afortunada.
No muy lejos de la catástrofe, un pequeño grupo de amigos observaba la muerte, observaban como aquel ángel se hacía cada vez más pequeño en el horizonte, observaban lo que realmente, había sido su culpa. Solamente esperaban su turno de partir e irse de este mundo, como muchos de sus compañeros ya habían hecho. A pesar de su temible destino, esto no parecía afectar las sonrisas que se dibujaban en sus rostros
La mayoría estaban sentados en un círculo, sus charlas, anécdotas y bromas era lo único que se escuchaba alrededor de todo el valle. Disfrutaban de sus últimos momentos juntos, todos... excepto 035. Recostado a uno de los últimos árboles en pie, miraba con semblante serio la silenciosa destrucción que él y otros compañeros había planeado por años. No se sentía feliz, no se sentía triste, aquellas imágenes incluso le recordaban un par de tragedias en el pasado, y ni aún así se sentía enojado. La verdad no sentía nada; ni culpa, ni placer, ni miedo. Nada.
Dentro del círculo, 049 estaba riendo, su inusual carcajada contagió a sus demás compañeros, pues muy pocas veces lo habían escuchado reír con tantos ánimos. Intentó calmar sus adentros, sujetó con fuerza su estómago y limpió un par de lágrimas las cuales amenazaban con escapar. Se estaba burlando de un pequeño accidente el cual sucedió en el desarrollo del plan, el cual, en su momento, no fue tan gracioso como ahora, pues pudo tirar todos su esfuerzos abajo; afortunadamente no fue el caso y lograron su objetivo a tiempo, por lo que se permitió reír como nunca.
Tomó aire y permitió que su compañero continuara narrando la historia, pues el leve dolor de su estómago le hacía una mala pasada, aún así, su sonrisa - A pesar de ser tapada por la máscara - y la de sus amigos permanecieron en sus rostros. En un momento dado, prestó más atención a quienes se encontraban en el circulo, y se extrañó al notar la ausencia de una egocéntrica máscara. Buscó con la mirada en los alrededores y cuando se topó con las espaldas del SCP, decidió levantarse con cuidado para no llamar la atención e ir junto a él, no le gustaba la idea de que estuviese tan apartado.
- ¿035? - Preguntó, con intenciones de averiguar que le sucedía. Su preocupación fue percibida al instante por la máscara teatral, pues esa era una habilidad que ambos compartían, el poder comunicarse casi a la perfección sin transmitirse una sola palabra -.
El SCP "suspiró", girando su rostro y cruzando miradas. No dijo nada por algunos segundos, sin embargo, el chico volteó nuevamente hacia el ángel de la muerte, meditando profundamente sobre sus actos.
- Siempre supe que terminaría así... - Empezó a decir, dando a entender que siempre fue realista, pues era un hecho que su libertad era imposible sin desatar el caos primero. - Y aún tenía esperanzas de un día escapar para vivir.
El doctor no se sorprendió por aquella respuesta, incluso se podría decir que se la esperaba de cierta forma. Se supone que ya todos lo habían aceptado, que todos sabían que serían libres solo algunas horas y que luego vendría la muerte inevitable, incluso él mismo se rindió y mandó todo a la mierda por terminar el plan que una vez habían comenzado. Pero, allí estaba 35, su mejor amigo, escuchando los lejanos gritos de agonía que provenían del horizonte.
Buscó las palabras para contestarle. Durante años habían planeado juntos lo que puede considerarse una venganza a la fundación, algunos, incluso lo veían como un favor. Durante años, ambos habían sido guiados bajo una única idea, un único sentimiento, y de repente 035 confiesa que realmente no era lo que quería.
No lo culpaba, muchas veces habían charlado de lo que estarían haciendo de no ser por la fundación, y quizá pudieron planearlo de forma diferente desde el principio, sin embargo, ya todo se había terminado, pronto, no quedaría nada más que escombros y fantasmas, incluso el voraz monstruo dejaría esta tierra en algún momento. La única carta que les quedaba era jugar con las emociones y 049 lo sabía. De él dependía hacer los últimos momentos los mejores y más tranquilos de su larga vida, no como la mayoría de las personas, quiénes decidían ahogarse en pánico e irse con la conciencia desgarrada.
049 colocó su mano en el hombro de 035 como señal de apoyo y miró a su amigo para tranquilizarlo. Este acto dibujó una ligera sonrisa en la máscara posesiva, pues sabía lo que su amigo intentaba hacer, así que decidió hacerle caso y dedicar una breve mirada al doctor
- ¿Sabes, Mask?- Preguntó el doctor, observando hacia el valle - Dudo recordar todas las veces que hemos hablado de ser felices - Confesó - Siempre quisimos ver este cielo otra vez, así que ambos nos concentramos tanto en largarnos de la fundación que olvidamos lo que realmente es importante, ¿Y sabes qué?
El contrario lo miró, esperando la respuesta.
- Lo logramos... - Sonrió - Somos libres... - La mirada de 049 se tornó melancólica, mas eso no borró su sonrisa - Sacrificamos mucho para estar aquí. Nos separamos un poco pero aquí estamos y es lo importante, no dejes que otras cosas ocupen tu mente.
035 río levemente, burlándose de la irónica situación. Ambos decidieron escapar juntos y eso los terminó separando. Doc tenía razón de cierta manera, de nada valía lamentarse ahora que todo había terminado, y era mejor simplemente disfrutar las pocas horas que les quedaban.
- Al menos cumplimos nuestra promesa de escapar ambos... - Respondió la máscara - Los demás... Ellos hubieran dado lo que fuera por ver este cielo una última vez. - 035 levantó la vista al atardecer, mencionando de forma leve a quienes cayeron intentando escapar de sus celdas a lo largo de esos tres años -.
- Ellos estarían felices por nosotros... - hizo una breve pausa, recordando a sus compañeros - A Tickle le hacía mucha ilusión... - Rió - Él odiaba vernos tristes.
- Ha,ha. Tienes razón... - Respondió algo triste. El SCP notó como 049 decidió sentarse en el césped, mirando de frente a la destruida ciudad, por lo que se dispuso a hacer lo mismo -
- Esto sí lo terminaremos juntos... - Dijo el doctor - ¿Por los viejos tiempos? - le estrechó su mano. 035 sonrió -.
- Por los viejos tiempos...
Ambos hicieron un saludo, el cual se habían inventado hace mucho tiempo, en los días aburridos de la fundación. Por las situaciones que pasaron últimamente habían dejado de usarlo y casi lo olvidan por completo. El dúo terminó riendo y toda tristeza se había esfumado del aire, un cómodo silencio se posó entre ambos, el cual utilizaron para admirar el atardecer.
Fue entonces, que una explosión retumbó a lo lejos. La explosión había sido lo suficientemente fuerte para escucharse desde tal distancia. Confundidos, Ambos se levantaron de inmediato, mirando hacia la devastación que provocaba el ángel. Sus rostros cambiaron a una expresión temerosa al ver como éste era atravesado por un haz de cegante luz. El haz blanco fue más ancho en cuestión de segundos y estalló de inmediato, devorando toda la materia que tocaba a su paso.
035 y 049 gritaron al unísono e intentaron protegerse de la luz, sin embargo, esta los cubrió y después de escuchar un agudo pitido, no había nada.
La realidad había colapsado.
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[Redactado] // Fundación SCP
Fanfiction"Todos tenían un número excepto uno" Era extraño pensar que algo tan grande como la fundación SCP podía mantenerse en secreto, pero aún más extraño era pensar que la fundación no cometían errores que involucrasen al planeta entero. ¿Por qué hay ta...