En la mañana del día siguiente Hiro se preguntó si él y Miguel podrían verse de nuevo hoy, así que tomó el elevador con más calma que el día anterior, caminó por la playa, y sin estar consciente del todo, llegó al hotel del que el día anterior, Miguel había salido, pero era absurdo, no conocía la habitación de Miguel y sería mucha coincidencia que Miguel casualmente se encontrara en el obi a las 8:31 de la mañana y…─Buenos días…
Voz profunda y piel morena le llamaron.
─Buenos días.
Respondió Hiro.
Los ojos y el cabello eran del mismo color, pero el lunar y la sonrisa eran totalmente diferentes.
─¿Se divirtieron ayer? Tú y Miguel.
─Bastante, Marco ¿verdad?
Hiro sonrió con amabilidad.
─Sip, y tu eres Hiro Hamada…
Marco tendió su mano y Hiro saludó.
─¿Y Miguel?
Hiro ladeó su cabeza.
─Pensé que estaba contigo, se escabulló temprano, es decir, no me di cuenta a qué hora se fue.
─Vaya, no, no lo he visto hoy… ─Hiro se pasó una mano en el cabello─. ¿Ustedes son gemelos o algo así?
─No, primos… ─Corrigió Marco─. ¿Ayer lograron recorrer todo el parque de diversiones?
─¡oh no! ─Hiro se rió─. Apenas alcanzamos a entrar a la casa de los espejos, el laberinto, la montaña rusa y…
─¡aguanta! ─interrumpió Marco─. ¿Se subieron a la montaña rusa?
El mexicano estaba atónito.
─si, también al péndulo, la Noria y la torre.
─¿Y Miguel se subió voluntariamente?
Marco quiso confirmar.─Si, bueno, si te soy sincero donde se asustó más fue en la casa del terror
─¡¿Miguel Rivera entró a la casa del terror?! ─Marco ya estaba gritando─. ¿Estás seguro que hablamos del mismo Miguel?
─Pues, creo que si…
─¿Un moreno, de mi estatura?
─Si
─¿Con cara de idiota?
─Tu y él tienen la misma cara…
Dijo Hiro y se rió de nuevo.
─Te equivocas, la expresión facial lo cambia todo.
─Bueno, si, tu tienes esa sonrisa que hace pensar en el zorro astuto de algún cuento de hadas.
─Y él tiene cara de idiota ─reafirmó Marco─. Y ahí viene…
Señaló la entrada del hotel, donde Miguel llegaba con un par de bolsas.
─¡Hiro!
Saludo Miguel.
─¿Eso es…?
Los ojos de Hiro brillaron señalando una pequeña bolsa de estraza.
─Sip, es para ti, ¡Gomitas gigantes!
Miguel se las dio.
─¡Gomitas gigantes!
Repitió Hiro y no tardó nada en devorarlas.
─¿Y que tiene la otra bolsa?
Señaló Marco.
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¿Mentira, fantasía o casualidad?
FanfictionResumen: Imaginemos a Hiro y Miguel como simples actores, conscientes de que más allá de sus actuaciones en sus respectivas películas: la magia, los superpoderes y el amor, no son más que fantasías oníricas de juegos para niños. Tadashi y Marco, po...