Hiro sintió el abrazador sol en la cara, eran apenas las 6:30 de la mañana, pero había tenido insomnio y su sueño ligero era interrumpido por un sol furioso y tropical, y él se enderezó perezosamente para lanzar su almohada contra la ventana, ─Estúpidas cortinas de Disney demasiado ligeras para generar sombra suficiente─ pensó Hiro.
Se levantó de la cama y se puso un pescador caqui con un montón de bolsas, una camisa de color opaco y los tenis que Tía Cass había tratado de sacar de su mochila de viaje, su habitación tenía un espejo de cuerpo completo así que se miró en él, su cabello corto, revuelto y su perfil que rayaba en la fodonguez le pareció lo más común, así que le lanzó una cobija al espejo y fue a lavarse los dientes, notando que el aroma del perfume que Tía Cass le había hecho usar para el día anterior, seguía en su piel, no era para menos, casi le había vaciado la botella completa sobre la piel recién bañada, después se había tenido que poner el disfraz de pingüino, para que cuando volviera, el traje acabara lanzado en un rincón (donde aún seguía) para que Hiro se vistiera con su ropa de siempre.
Maldición! Era demasiado temprano para estar deambulando, lo supo por que al salir a la sala de la habitación, ni de chiste, Tadashi o la tía Cass habían despertado. ¡El era un ser nocturno! Por dios, ¿Qué le pasaba a su sistema para que lo levantara temprano? Tal vez era todo esto de pertenecer a “Disney” donde las princesas se “despiertan con el sol en la cara”, después ratones y hadas vienen y les ayudan a vestirse, para que finalmente salgan al malecón, donde casualmente vuelven a ver a su príncipe azul que conocieron ayer por la noche en una fiesta y que seguramente estará… ¿lanzando conchitas al mar? Un momento ¡¿qué hace Miguel a esta hora en el malecón?! ¿¡Y lanzando conchitas?!
Hiro bajó corriendo de su edificio, presionó tres veces el botón del ascensor, como si eso lo fuera a hacer llegar más rápido, después entró y golpeó con el talón un par de veces la alfombra, de nuevo, como si eso hiciera que todo se apresurara, luego cruzó el obi corriendo, y esquivando a las pobres camaristas que ya estaban trabajando.
Miguel vestía un pantalón de mezclilla azul ─¡con este calorón!─ y una playera blanca de cuello en “v”, manga corta, bastante ligera. Mientras lanzaba conchitas que por el oleaje a veces brincoteaban y a veces se hundían.
Este era el momento en el que Hiro, llegaría corriendo y preguntaría “¿Miguel qué haces aquí tan temprano?” y Miguel respondería “Vine a buscarte, pasé la noche pensando en ti, pero no sabía en donde te hospedaste, esperaba encontrarte casualmente y ahora el destino nos ha vuelto a unir” Hiro se rió, haciendo que Miguel volteara.
─Hiro, ¡buenos días!
Saludó Miguel, quedándose con la conchita en la mano.
─Hola ─Hiro siguió acercándose a Miguel─. ¿Qué haces despierto a esta hora?
Miguel dejó caer la conchita a la arena y Miró a Hiro.
─Tuve insomnio y planeaba ir a desayunar al restaurante del hotel, pero abre hasta las 7 ─Miguel Miró su reloj de muñeca, aún faltaban 10 minutos para las 7─. Me dieron un desayuno de cortesía pero no puedo reclamarlo hasta que el restaurante abra.
─¿enserio? ─Hiro sacó de una de sus bolsas un boleto verde─. A mi me dieron uno para un desayuno buffet.
─¿Qué? ¿Había de esos? ─Miguel dio dos pasos agigantados y trató de tomar el boleto─. ¡Cambiamelo!
─¡ah no! Olvídalo Mexicano.
Hiro lo apartó del camino
─¡Que envidioso eres!
Miguel se lanzó de nuevo, pero Hiro volvió a quitar del camino el boleto.
De pronto un ruido fuerte captó la atención de ambos, haciendo que voltearan en dirección a los hoteles, donde justo atrás, se hallaba el parque de diversiones siendo activado, la montaña rusa que era tan alta, que podía apreciarse parte de ella por encima de los hoteles que bordeaban la playa.
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¿Mentira, fantasía o casualidad?
FanfictionResumen: Imaginemos a Hiro y Miguel como simples actores, conscientes de que más allá de sus actuaciones en sus respectivas películas: la magia, los superpoderes y el amor, no son más que fantasías oníricas de juegos para niños. Tadashi y Marco, po...