꒰❍⨟Capítulo 5ଓ✰❜

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Inesperadamente, el rey asignó otras dos sirvientas para mí.

—¡Woah! La princesa es tan linda.

Decía animadamente una castaña pecosa frente a mi cuna. Se presentó como la sirvienta más joven, Margot.

—Posee la gran belleza del rey, excepto por su pelo rojizo.

Mencionó la mucama pelinegra y de ojos igual oscuros. Se presentó como Antonieta.

—Es cierto, su cabello es idéntico al de su madre—dijo la anciana, mi niñera Carol.

¿Mi madre? Hasta el momento, es la primera vez que la mencionan. ¿Cómo se llama? ¿Cómo es? ¿Dónde está? Tengo mil preguntas. Pero, solo termino balbuceando.

—¡Miren! La princesa nos está hablando ¡Tan linda!—dijo Margot.

—¿Es cierto el rumor sobre el rey y la príncesa?—Antonieta interrumpió el momento de entusiasmo para volverlo tenso.

—¿Rumor?—cuestiono mi nana.

¿Rumor? Que viejas tan chismosas.

—¡Si! Se corre la voz del primer encuentro del rey con la princesa. Dicen que el rey estuvo a punto de estragularla, pero, la valiente bebé, en vez de asustarse, le sonrió. Su belleza encantó al rey que le dió una oportunidad de vivir—aclaro Margot.

¿¡Qué?! ... Ahora todo tiene sentido.

¡Él estuvo a punto de asesinarme! Baje la guardia, me distraje por su belleza que ni siquiera lo noté.

Por eso la anciana temblaba y el mayordomo, Royer, se veía afligido.

—No sé que decirte. Lo único cierto, es el encanto de la príncesa.

Mi niñera finalizó la conversación. Si se les escuchará hablar del rey tan libremente, perderían la cabeza.

Royer, el mayordomo, tocó la puerta y entro. Venía a su rutina semanal. Tenía que checar mi salud junto con el médico. Les pidió a las sirvientas salir. El médico me tomo en brazos y me puso en la gran cama.

Tan solo palmeo mi pecho y negó su cabeza.

¿Qué clase de consulta médica era está? Siempre hacían lo mismo.

—Dice que tiene 5 meses ¿Cierto? A los tres meses tuvo que dar indicios del mana—hablo el doctor.

¿Mana? ¿De qué está hablando este chucho?

—Es un gran problema, la única princesa del imperio no tiene mana, dará mucho de que hablar y no sólo eso. Si el rey lo sabe, no dudará en destituir a la príncesa y condenarla— suspiro Roger.

¿Eh?...¿¡Eh?!

Esperen un momento.

Recapítulemos.

El libro mencionaba que el rey poseía un gran mana. Que lo ayudo a combatir majestuosas criaturas. También mi amado Christian, lo describían como un mortal con super fuerza, que al luchar un aura negra lo envolvía, los rumores entre los caballeros contaban que cuando mataba a su enemigo, se escuchaba las risas del inframundo. Por eso, lo apodaron "el caballero oscuro". Además de su atractivo, su esbelto y fornido cuerpo, cabello negro, ojos azules, un verdadero príncipe del más allá.

Aún no lo he visto, pero debe ser tan hermoso como el rey.

Casi se me escapa la saliva.

Mi punto es, el nombre de "cuento de hadas" no puede quedarle corto a esta novela. Es posible que exista la magía.

Si es así, tal vez, el motivo de mi reencarnación sea la magía. ¡Eso explicaría todo!

—Su majestad, el rey, viene a ver a la princesa—anuncio un guardia de la puerta.

¿¡Qué?!

Royer y el médico, hicieron una reverencia.

Yo me quedé, obviamente, acostada en la cama. Entre en pánico.

—¿Y? ¿Es mi hija o no?—pregunto directamente mi padre.

¿¡Qué demonios?!

Si le dice que no tengo mana, me matará.

¿¡Tan difícil es hacer una prueba de ADN?!

AH... Cierto, no debe existir aún.

—Majestad—hablo el doctor.

—Si me lo permite, temo que la príncesa es de desarrollo lento. Aún no hay signos del mana. Por lo general, se desarrolla en los príncipes, a los tres meses de edad. En las mujeres, suele tardar. Eso es lo que he escuchado en el reino vecino. Mi recomendación, es esperar a que la joven príncesa cumpla un año de edad para descubrir si posee o no mana.

¡Bien dicho! Puedo respirar.

Eh, esperen.

¿Por qué la cama se ve tan lejos?

...

¡Estoy volando!

M-m-ajestad—

Royer tenía una cara como si hubiera visto un fantasma.

—La princesa aún es muy joven, puede lastimarla.

Es tan débil—hablo el rey.

Mire a mi padre, movía su mano de forma extraña. Así que supuse que él me hacía flotar.

¡Maldición!

¡A este paso me va a matar!

¿Qué hago? ¡Alguien ayúdeme!

Mire a todos, el mayordomo trataba de calmar al rey. El doctor temblaba en un rincón, las sirvientas seguían en reverencia y los guardias seguían firmes, afuera de mi habitación, mirando a la nada.

¡Nadie me iba a ayudar! Solo dependía de mi misma.

Recordé lo que dijo la sirvienta. Así que mi única solución era está...

Empecé a reír.

.

.

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Continuará

Continuará

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✤Príncesa Reencarnada✤ ¡𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐬𝐞𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐞́𝐥! 《𝙿𝚊𝚞𝚜𝚊𝚍𝚊 》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora