UN FRIO ACCIDENTE Y UN CALUROSO ENCUENTRO

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Fue en una tarde de invierno, uno de los más fríos que recordaba el chico, el cual se encontraba sentado a un lado de la entrada de una pequeña bodega, donde hace 5 años era habitada por Guilmon, el Digimon que este había creado y fue su mejor amigo.

- Guilmon, espero que estés bien, te extraño mucho. – dijo para sí Takato, en tono melancólico.

Se encontraba tan pensativo que no se dio cuenta que alguien lo observaba, persona que inocentemente fue a espantarlo, cosa que logro e hizo que el chico rodara por la pequeña colina, que iba, desde la entrada del refugio hasta el camino donde suele correr la genta al ejercitarse.

- ¡TAKATO! ... ¿Te encuentras bien? – dijo la chica que lo había tirado, riéndose por la nieve que tenía el chico en la cabeza.

- Oh, eres tú Ruki, si estoy bien. – al ver las risitas de la chica, un poco molesto dijo – No le veo lo chistoso a esto.

Al bajar, se dispuso ayudar al chico a levantarse, causando que se resbalara hacia atrás a causa de la nieve, llevándose consigo al chico, al cual sujetaba, cayendo este sobre ella. Ya menos aturdidos estos se quedaron viendo fijamente el uno al otro.

Él, se perdió en sus hermosos ojos violetas, los cuales le recordaban dos cuarzos muy bien pulidos. En cuanto a ella al ver sus ojos rojos, no pudo más que sentir que eran de fuego, el cual quería derretir su helado corazón.

Más no se dieron cuenta de que alguien que pasaba por ahí los observaba y esté intentaba llamar su atención haciendo ruidos como si tosiera aparte de una pequeña risa.

- ESTE ¿Interrumpo algo? – dijo , viéndolos con una sonrisa un tanto picara.

Ambos se pararon en el acto, con la cara roja y volteándose cada uno dándose la espalda.

- Hola Jenrya, cuanto tiempo. – dijo Takato, aun rojo.

- Si, es que tuve que ir a China un mes por asuntos familiares. – le contesto su amigo.

- ¿Qué te trae por aquí? – dijo la chica de forma seria, aunque aún apenada.

- Vine a recordar viejos tiempos, ¿Y ustedes? – dijo con una leve sonrisa.

- Igual. – dijeron ambos chicos al unísono, causando que volvieran a ponerse rojos, causando que su amigo estallara de risa, provocándoles, molestia y vergüenza.

Un rato después le aclararon al joven Lee lo que paso.

- Oh, ya veo, ósea que llegue en el momento más adecuado. – dijo riéndose, cosa que le costó el maltrato de ambos.

En eso se oyó el teléfono de Jenrya, el cual contesto y ya dirigiéndose a sus amigos les dijo:

- Lo siento chicos, debo ir a casa, mi padre dijo que quería mostrarme algo en la computadora, nos vemos.

Ya habiéndose despedido de este y viendo la hora, el joven Matsuda se ofreció en acompañar a la chica hasta su casa, cosa que acepto con una leve sonrisa y un poco roja.

En el camino, mientras iban platicando, Takato le recordó lo que paso en el parque.

- Aparte de asustarme, ¿Qué más hacías en el parque? – dijo el chico, mostrándose un poco serio.

- Como dije, recordar los tiempos que pasé con Renamon, los chicos, con Juri y contigo. – dijo esto último un poco roja.

- Ya... veo. – dijo el castaño muy nervioso y todo rojo.

- Oye... no te gustaría pasar, no se encuentra nadie y me siento un poco sola. – dijo la chica, la cual se puso tan roja, que se mimetizaba con su cabello.

- Este... ok. – dijo su acompañante, que se encontraba igual de rojo que la chica, aparte de que no dejaba de estornudar.

La chica al verlo, se fijó que tenía toda su ropa empapada, a causa de caer en la nieve, cosa, que la ayudo a percatarse de que ella estaba igual de húmeda.

Ya adentro de la casa y habiendo verificado que efectivamente no avía nadie en esta, se dirigieron los dos al cuarto de la chica.

- Takato ve a tomar un baño o si no enfermaras. – dijo la chica mientras sacaba ropa que había sido de su padre.

- No tienes que preocuparte tanto, mejor ve tu primero. – dijo mostrándole a la chica su inconfundible sonrisa.

- No, mejor tu primero, así preparo un chocolate caliente. – dijo devolviéndole la sonrisa y con un poco de rubor.

- Ok - Que linda se ve cuando sonríe. – pensó mientras se ponía un poco rojo.

Mientras en la cocina, se veía a una apurada Ruki sacando todo lo necesario para preparar el chocolate que le había prometido al chico, el cual se estaba tomando un baño en la casa de ella.

- No puedo creer lo que pasa, digo porque se me ocurrió invitarlo a pasar y dejarlo tomar un baño y aparte de prepararle un chocolate. – pensaba la chica, mientras poco a poco se volvía a poner roja.

Mientras tanto, el chico disfrutaba de un plácido baño de agua caliente, mientras meditaba todo lo ocurrido ese día.

- ¿Qué me pasa hoy?... será acaso lo que creo que es, digo después de todo ella es muy linda y de buen corazón, aunque le cuesta admitirlo, después de todo es lógico, Juri esta con Jenrya, y está muy feliz, al igual que yo por ellos, aparte últimamente paso más tiempo con Ruki y no suena descabellada la idea de que yo... de que yo... me enamore de ella. – dijo esto muy avergonzado y rojo, parte por eso y parte por el calor del baño.

Ya saliendo del baño, tomo la toalla que le dejo la chica, se secó, se vistió y se dispuso bajar al comedor con la esperanza de poder al fin responder la pregunta que se estuvo formulando durante su baño.

- Ruki ya está libre el baño, ya puedes pasar. – dijo mientras se sentaba en el cojín de la mesa tradicional japonesa de la casa de la familia Makino.

- OK, me apuro y ya bajo a tomar el chocolate contigo. – dijo mostrando una sonrisa, cosa que enrojeció un poco al chico.

Fin capítulo 1

Calor para un Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora