UNA CÁLIDA SORPRESA

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Ya era de mañana, y en una de las habitaciones de la casa Makino, un par de jóvenes, dormían abrazados sin ninguna intención de soltarse, hasta que un ruido de un cierto dispositivo móvil, empezó a sonar despertando a su dueño.

- ¿Buenos días? – dijo aun medio dormido

- Hijo, solo te hablo para ver como están, nos enteramos lo que le paso a la abuela de Ruki, ¿Esta ella bien? – dijo preocupada la madre del chico.

- Si, ella se encuentra bien, logre hacer que se durmiera. – dijo con calma el joven.

- Que bien, espera tu padre quiere decirte algo. – dijo mientras le daba el teléfono a su marido.

- Buenos días hijo, solo es para decirte, que espero no te hayas aprovechado de la situación. – dijo en tono grabe el señor, cosa que le costó un fuerte golpe de parte de su esposa.

- Papá, te diré que sí y no, pero preferiría explicártelo en la casa. – dijo en tono serio el joven, cosa que acepto el señor dando terminada su llamada.

En eso ve como un montón de pelo color rojo que empezó a salir de las sábanas hasta mostrar el rostro de la chica aun adormilada.

- Buenos días. – dijo cortante, ya que fue interrumpida por un bostezo matutino, para terminar su frase. – guapo.

- Buenos días preciosa, ¿Cómo te encuentras por lo de ayer? – dijo un poco preocupado por lo sucedido.

- Ya mejor, aún me siento mal por lo de mi abuela, pero sé que ella está en un lugar mejor, no sufre por la enfermedad, y de seguro ya está haciéndole la eternidad imposible a mi abuelo. – dijo esto último con una pequeña risita, recordando cómo eran de dispares ambos, ella muy imperativa y el más calmado y serio.

- Ok, pero si te sientes mal, me hablas ¿Entendido? – Diciéndolo con una expresión muy seria, cosa rara de ver en el chico, aunque ya después con una expresión más suave le dice – Vamos a desayunar, que ya me muero de hambre.

- Ok papá – dijo la chica en tono de burla a causa del comentario del chico de pelo castaño con el que avía tenido la noche más confortable de su joven vida.

Ya habiendo terminado de hacer el desayuno, que consistía en un omelette de huevo, un plato de arroz, un pequeño plato de frutas mixtas y jugo de naranja, el joven lieder de los tamers se dispuso a servírselos a su chica, la cual había ido a contestar el teléfono, y al colgar regresa al comedor, solo que con una cara que irradiaba felicidad.

- ¡¡¡TAKATO!!! – llegando corriendo al comedor, y viendo a su chico, lo abraza, tirándolo al suelo, y proporcionándole un beso en los labios de una forma muy apasionada.

- ¡¿QUÉ SUCEDIÓ RUKI, POR QUE TAN EXALTADA?! – dijo este tratando de recuperar el aliento.

- ¡Es que, estoy muy feliz! – dijo esta con lágrimas en sus hermosos ojos color violeta y una enorme sonrisa que el chico jamás había visto en ella. – Era mi madre, al parecer mi abuela si sufrió un paro cardiaco, que en si la mato, pero que, de alguna manera, los médicos lograron salvarla, solo que no se lo avían dicho hasta 2 horas después, mientras estaba en observación constante, y cuando quisieron decírselo, estaba dormida en la sala de espera. Dijo que apenas hace 20 minutos había despertado, y que inmediatamente le dijeron lo que paso, e instintivamente me hablo para que ya no estuviera triste.

- ¡Que buena noticia corazón! y ¿Cuándo vuelven? – dijo, un poco más tranquilo por ella.

- Me dijo que como en un mes, ya que como fue un ataque muy fuerte, tienen que realizar varios estudios y mantenerla en vigilancia constante. – dijo un poco melancólica, más que nada, porque savia que aun estaría sola en esa casa durante mucho tiempo.

- Ok, lo bueno es que ella aún sigue con nosotros... mmm, espérame un momento ¿sí? – habiendo dicho esto salió del comedor, y se dirigió directo al teléfono.

- Panadería Matsuda, lo atiende Takehiro, ¿En que lo puedo ayudar?

- Hola papá, soy yo, quisiera pedirte un favor cuando llegue.

- Ok, pero ya van 2 cosas que me tienes que explicar, ¿Entendido jovencito?

- Si papá, nos vemos en una hora, cuídense, bye.

De regreso con Ruki, el chico le explica su plan, que consistía, en que ella se fuera a quedar a su casa durante ese mes, por una parte, para que comiera adecuadamente, y por otra para estar al pendiente de ella por si sucedía algo nuevo en la situación en que se encontraba.

- No estoy segura... y si me habla acá mi mamá. – dijo un tanto preocupada.

- No pasa de que en este momento le hables para decirle donde te encuentras.

-Ok, pero no te aseguro nada. – dijo de forma muy seria la chica.

Ya en el teléfono.

- Hola hija, ¿Qué sucede?

- Hola mamá, solo quería preguntarte una cosa ¿Qué si me podía quedar en casa de Takato en lo que vuelven?

- Por mí no habría problema, pero ¿Que dicen los padres de él respecto a que te quedes, y más aún, durante un mes?

- Takato está arreglando eso.

- Esta bien, si sucede algo me hablas, y otra cosa.

- ¿Qué?

- Nada de hacerme abuela mientras estés con Takato, ¿ok?, cuídate bye.

- ¡MADRE! – dijo Ruki gritando al aire con toda la cara roja.

- ¿Qué pasa? – dijo preocupado pensando que había sucedido algo malo.

- No pasó nada, solo un mal chiste de mi madre. – le dijo al castaño con toda la cara roja.

- Ok. – contesto todo rojo, suponiendo lo que le dijo la madre de la pelirroja, al saber que se quedaría en casa de un chico y también al ver la cara de vergüenza de esta. – Y ¿Qué te dijo de eso?

- Dijo que si – contesta mientras le brinda una sonrisa al chico.

Fin Capitulo 3

Calor para un Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora