UN REGALO, CON AMOR, PARA LA REINA DE HIELO

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Habían pasado 2 días desde el ataque de Ice Devimon, ya habiéndoles explicado que los Digimons regresaron a sus familias, las cuales les dejaron mantener a sus Digimons en sus casas. En la residencia Matsuda les costó más trabajo aceptarlo, ya que tenían que aceptar a dos de estos, y a diferencia de la familia Rí, que tenían a 2 Digimons bastante pequeños y tranquilos, con ellos eran Digimons de tamaño humano, que, si uno era demasiado tranquilo, tanto que ni se notaba, el otro era demasiado inquieto.

-Takato despierta, ya tengo hambre. – exclamo Guilmon al despertar a su Tamer.

-Ya voy Guilmon, espérame 5 minutos y bajo, recuerda que después tengo que ir a comprar "eso" que te dije anoche. – le comento Takato, en el oído a su Digimon.

Mientras Takato bajaba las escaleras, se fijó dentro de su cuarto, y vio algo que no avía visto desde que se quedó en la casa de su actual novia. Vio a la joven pelirroja, aun dormida en la que era la cama del chico. Al ver esto, pensó que aún estaba dormido, ya que para él no era posible ver a un ángel acostado en su cama.

Ya habiendo ganado más confianza de si, entro en el cuarto con la intención de despertar a su chica, porque tenía que ir a desayunar.

- ¿Ruki?, ¿Preciosa?, es hora de levantarse. Mira, por más linda que te veas cuando duermes, necesitas levantarte. – Pidió amablemente el joven, solo para terminar recurriendo a una amenaza que, si bien valdría la pena ejecutar, esta le podría costar la falta de muestras de cariño de la pelirroja. - Si no te levantas en 5 segundos, voy a empezar a hacerte cosquillas. 1...2...3...4...4 ¼...4 ½...4 ¾ y ¡AHI VIENE EL ATAQUE DE COSQUILLOMON, TODOS CUBRANCE!

En cuanto dijo eso, un par de brazos lo sujetaron del cuello y lo arrastraron hacia Ruki, la cual de inmediato lo beso, pero eso no la salvo de las cosquillas que le proporciono su novio esa mañana.

- ¡YA TAKATO, DEJA DE HACERME COSQUILLAS O TE ACUSO CON TU MADRE! – decía Ruki, mientras forcejeaba.

-Lo lamento, pero no creo que sea posible, mis padres salieron por suministros hace media hora. – le dijo el chico, el cual dejo de hacerle cosquillas a su novia.

-Y ¿Qué decías de que me veía linda mientras dormía? ¿Era solo para despertarme o lo decías enserio? – dijo Ruki de forma coqueta.

- ¿Por qué no lo descubres tu misma? – le contesto el joven con el mismo tono.

-Eso me encantaría. – contesto la chica de forma suave y sensual, y casi después empieza a besarlo. Sentía que si separaba de él ya no podría vivir. Solo paraban un par de segundos para respirar y seguir con lo suyo. De repente oyeron que se azoto la puesta del cuarto.

- ¡TAKATO; GUILMON ENSERIO TIENE MUCHA HAMBRE; ¡YA APU...! ¿A qué juegas con Ruki? – pregunto el Digimon del chico, al ver a este encima de Ruki.

Al oír a su Digimon, el chico se bajó de encima de Ruki, teniendo la cara toda roja por la vergüenza, al igual que la chica, al levantarse de la cama, tenía toda la cara roja. En eso se oyeron unos pasos desde el tejado de la casa, seguidos de un par de golpes en la ventana de la habitación. Afuera se encontraba, ni más ni menos que Renamon, la Digimon de la chica, la cual al oír el abrupto despertar de su Tamer fue a ver como se encontraban los habitantes de la casa.

- ¿Qué está pasando aquí? – pregunto un poco alterada la Digimon.

-Es que tenía hambre, y vine a ver por qué se tardaban en bajar para hacer el desayuno, y de repente oí como Ruki se reía y cuando entre vi a Takato encima de Ruki, y parecía como si se comieran sus bocas. - Contesto Guilmon, aun confundido por lo que vio.

En eso se oyó como la Digimon se empezó a reír a carcajadas por lo que le conto su compañero, esto causo que los Tamers se sonrojaran más de lo que ya estaban, provocando que la suya empezara a hacer pucheros y proporcionándole leves golpes en el pecho de esta.

-Guilmon, creo que entraste al cuarto en el momento menos oportuno. – comento la Digimon zorro, mientras aún se reía.

Ya abajo, Takato empezó a hacer el desayuno, el cual eran unos emparedados, jugo de naranja y panes en forma de Guilmon y de Renamon.

-Bueno, ya acabé, cuando acabes, alzamos la mesa y te dejo en casa de Juri, yo tengo que ir a comprar algo y no volveré hasta las 6 de la tarde y vamos al cine en cuanto regrese, ¿Te agrada el plan linda? – le pregunto el chico a su novia, la cual estaba terminando de comer un pan en forma de Guilmon.

-Me encanta la idea, pero hoy no voy a ir con Juri, ya casi acabo haya mis asunto, solo un par de días y acabo, así que te acompaño, acabando tus asuntos y vamos al cine. – contesto de forma alegre la joven, la cual metía en una bolsa de plástico dos de los panes, para comer al rato, y metiendo esta, junto con una chaqueta en su mochila.

-Lo siento, pero no me puedes acompañar, así como tú no me dices que haces con Juri, yo también tengo mi secreto, y créeme lo sabrás pronto, pero mientras ágamos lo que propuse ¿Ok? –contesto en forma calmada el joven.

-Mmm, ¡OK! – contesto la chica con una cara de berrinche, que solo la hacía ver más adorable, bueno a la vista del chico.

En la calle solo:

-Bueno, logre que se fuera con Juri, al igual que Guilmon y Renamon. – dijo para si el chico, el cual caminaba alegre por el centro comercial.

De repente llego a una tienda, una en la que ni su novia pondría un pie, una tienda de ropa. Inmediatamente al entrar, se acercó al mostrador.

-Señorita, hace un mes encargue un abrigo personalizado, y me dijeron que por estas fechas les llegaría, ¿Ya lo tienen?

-Déjeme ver, ¿A nombre de quién está?

-Matsuda, Takato.

-Haber, si ya nos llegó, solo falta el resto del dinero, que serían 1000 yenes.

-Ok. -en eso saca una tarjeta.

-Recibo, su transacción es correcta, espere un momento a que le entregue su pedido.

-Si puede, envuélvalo para regalo.

-Entendido señor.

Ya afuera de la tienda, con el regalo en mano, se dispuso en ir a su casa a dejarlo y recoger a Ruki para ir al cine, pero en eso apareció una gran cantidad de neblina, apareciendo en esta una gran sombra, la cual no paraba de rugir y al salir de la neblina mostro a un terrible Skull Greymon.

- ¿Qué es esto?, ¿Otro ataque?, ¡Y justo hoy que no viene Guilmon conmigo! – decía el chico, mientras se lamentaba.

- ¿Tú eres uno de esos odiosos tamers? Recuerdo que mi bisabuelo tenía uno, aunque por lo que se en esa época no necesitaban de esas estúpidas cartas. No, en esa época era solo con lo que se te otorgaba con cada evolución.

Entrando un poco en pánico, Takato intenta golpear al Digimon con un tubo de una tienda en remodelación cercana, más fue inútil, ya que este sólo lo pateo contra una pared dejándolo muy mal herido, con las pocas fuerzas que le quedaban lo vuelve a intentar, terminando peor. Pero casi cuando estaba a punto de desmayarse, vio una luz, de la cual provenía una voz que grito con todas sus fuerzas:

-¡¡¡TAKATO!!!

Fin capítulo 7

Calor para un Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora