elyas x vegetta

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elygetta

especial navidad ¡!

—Ya es hora de sacar mi árbol de navidad del sótano. — Reflexionó Samuel, tomando un sorbo de vino.

Elyas tarareó en forma de acuerdo haciendo mimos en su cabello, con un brazo sobre el pecho de Samuel mientras descansaban juntos en el sofá. (¿cuál cabello? si es calvo.)

—Espera. — Dijo de repente, levantando la cabeza. —Dijiste... sótano?

Samuel tomó otro trago de vino. —Si, ¿Porqué?

—Tu árbol de Navidad está almacenado, entonces. — Cuestionó Elyas.

Samuel se sentó para mirarlo. —¿Qué pasa con eso, es tan difícil entenderlo?

— Árbol de Navidad. Traído la primera semana de diciembre. Vuelve a guardarse después de las celebraciones de Año Nuevo. Sin complicaciones, sin problemas.

—Pero no es un árbol real. — Protestó Elyas, poniendo su vaso sobre la mesa. —Tienes que tener un árbol real, Samu, ¡No es Navidad con un árbol falso!

Elyas le sonrió, apoyando una mano sobre la rodilla de Samuel, frotando el pulgar lentamente, círculos hipnóticos en el interior de su muslo. —Haré que valga la pena. —Dijo, y Samuel se estremeció, recostándose contra el brazo del sofá.

—No me sobornes con sexo. — Dijo, pero no se apartó.

Elyas inclinó la cabeza y deslizó la mano un poco más arriba.
—Ni siquiera... ¿Con, buen sexo? — Murmuró.

—Maldita seas. — Se las arregló Samuel. Tenía la boca seca cuando los dedos de Elyas se arrastraron más a lo largo de su muslo, hacia su entrepierna.

—¿Eso es un sí? — Preguntó Elyas. Estaba inclinado hacia adelante, flotando a escasos milímetros de la boca de Samuel quien tragó saliva, inmovilizado contra los cojines.

—Yo... — No podía pensar, el calor del cuerpo de Elyas era una distracción, toda esa piel dorada tan cerca y rogando por ser tocada, y Samuel extendió la mano, pasando los dedos contra el pecho de Elyas mientras el hombre más bajo esperaba, con la frente levantada.

Samuel se decidió. —Está bien. — Dijo, con una sensación de hundimiento en el estómago.

—No te arrepentirás. — Murmuró Elyas, y rozó los labios de Samuel con los suyos, una caricia rápida y apenas visible. Luego se puso de pie, acomodándose la ropa y tendiéndole una mano a Samuel, todavía tumbado en el sofá y mirándolo.

Cuando Samuel no se movió, Elyas levantó una ceja.

—Primero el árbol, luego el sexo. — Agitó su mano extendida y Samuel la tomó, suspirando.

❲✧❳

Escoger el árbol era una tortura, tal como Samuel esperaba. Nieve derretida mezclada con barro, agujas de pino por todas partes...

Samuel se metió las manos en los bolsillos, encogió los hombros, metió la barbilla en el abrigo pesado y se hizo lo más pequeño posible mientras tropezaba detrás de Elyas, que rebotaba sobre su dedos de los pies, sus ojos café iluminados por la emoción.

Lo que no esperaba era que Elyas fuera tan... adorable. Volteo a mirar a Samuel, dándole una sonrisa tierna, y el mayor no pudo evitar su sonrisa a cambio.

—Aquí hay uno lindo. — Dijo Samuel, deteniéndose frente a un árbol que tenía al menos ocho pies de altura.

—Es enorme. — Protestó Samuel.

—Deben de serlo. —  Le contestó Elyas.

—Debes tener uno lo suficientemente grande como para poder decorarlo correctamente. — Le siguió explicando mientras admiraba el gran árbol.

—Bien. — Dijo abruptamente.  —Consíguelo y vámonos

Elyas lo miró entonces, la forma en que Samuel estaba acurrucado sobre sí mismo e intentando que nada lo tocara, y sus ojos se suavizaron. Sacó las manos de su pareja de sus bolsillos y las colocó alrededor de su cintura, para el deslizar sus brazos alrededor del cuello de Samuel para poder juntar sus frentes.

—Está bien si no quieres, no habrá problema Samu.

—Me gusta este árbol. — Dijo, y Elyas soltó una carcajada tranquila.

—A mi también. — Inclinó la barbilla de Samuel con un dedo y sus miradas se encontraron. —Sin embargo, tu me gustas más.

Samuel puso los ojos en blanco pero no pudo evitar la sonrisa.

❲✧❳

Una hora después, Elyas retrocedió y miró el árbol en su posición, con las manos en las caderas.

—Un poco más a la izquierda. — Dijo Samuel viéndolo con una sonrisa

Elyas le lanzó una mirada por encima del hombro.

—Podrías ayudar, por si te interesa saber.

—Estoy ayudando. — Dijo Samuel. —¡Estoy supervisando! Y también admirando tu trasero. Deberías ponerte esos jeans con más frecuencia.

Elyas resopló. —¿Dónde están tus adornos?

—Mis... uh... ¿Mis adornos?

Elyas se giró para enfrentarlo. —Samuel De Luque, ¡No me digas que no tienes ningún adorno!

Samuel le dio una leve sonrisa de lado.

—Pensé que venían, ah... ¿Incluidos?

Elyas gimió y se cubrió la cara.

—Eres imposible. Vamos, trae tu abrigo, nos iremos de compras.

—Pero... — Samuel trató de protestar, pero el menor ya lo estaba sacando del sofá.

—Sin peros Samuel, es imposible que no tengas nada para decorar un árbol.

—Guillermo nunca me dejo tener un árbol. — Soltó en un susurro, trató de quitar eso de su cabeza hasta que una idea le llegó. —¿Luego podemos tener sexo?

—Por eso no te dejaron tener árbol.

❲✧❳

¡feliz navidad, gente!
— tienen un mensaje en mi tablero, por
si no están teniendo un lindo día.

¡los quiero, mucho gracias por el
apoyo que están dando en cada os!

one shots › minecraft con noobs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora