quatre

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"¿qué es esta situación?"

Fue el desafortunado pensamiento que cruzó la cabeza de Tomioka Giyuu cuando se vio a sí mismo cargando a su ex-mujer en su espalda, rumbo a la casa que alguna vez fue de los dos.

-Oye, oye, oye... -le llamaba la chica- ¡Gi-yuu! ¡Oye! ¡Contesta!

-¿Qué pasa? -le preguntó. Para entonces ya estaba abriendo la puerta.

-Eres... ¡Hip! Eres el hombre más atractivo que he conocido en ¡hip! Mi vida...

La voz de la mujer estaba arrastrada y sus palabras eran ininteligibles, pero aún así, Tomioka se sonrojo.

"está borracha" se recordó. Y por un momento, esperó no haberse comportado de la misma forma con Sabito cuando él también se sintió necesitado de unos buenos tragos.

-Giyuu, ¿recuerdas...? -murmuró. El mayor volteó a verla.

Así, ebria, sonriente, ida, se veía tan diferente, con la guardia tan baja.
No tenía nada que ver con la Kocho que conocía.

-¿Recuerdas nuestro primer beso? -habló, con una risa soñadora, como si aquel recuerdo fuese lo más feliz del mundo.

Tomioka trató de no reaccionar ante nada, y fue a dejarla a su cuarto. Le quitó los zapatos, y la cubrió con la sábana.
No obstante, cuando estaba a punto de irse.

-Tomioka-san... Quédate, ven, duerme conmigo.

"está borracha" se insistió. "No puedo. Está borracha"

Pero lo había llamado "Tomioka-san", como en esos lejanos días de su adolescencia cuando ambos estaban experimentando por primera vez el amar con todo el corazón.

Giyuu quiso romper en llanto por un momento.

Y se fue de todos modos.

-¡Giyuu! ¡Giyuu! ¡TOMIOKA-SAN!

Afortunadamente, debido a todo el alcohol ingerido antes, Shinobu se dormió con mucha prisa.

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