Casi cuatro años después de la victoria de los guerreros Xiaolin contra el cuarteto malvado y la restructuración de la línea temporal. La paz y la prosperidad reinaban por todo el mundo. Cada villano conocido se encontraba atrapado de una forma u otra. Enemigos como Mala Mala Jong, Wuya, Chase Young o el mismo Hannibal Roy Bean, residían confinados en el mundo Ying-Yang. Mientras que por otro lado, infames como Panda Bubba, Vlad o Minina vivían tras las rejas en prisiones de alta seguridad.
Sin embargo para los cuatro protectores de la tierra parecía que la situación era todo lo contrario. Sus estudios y entrenamientos para el dominio total de su respectivo elemento solo habían hecho más que incrementar. El motivo sobre este cambio tan repentino, era que al parecer los distintos viajes de Omi afectaron a los Shen Gong Wu de alguna manera que desconocían, provocando que al restablecer la cronología, la mayoría de los artefactos ya no estuviesen guardados en la bóveda del templo, como se esperaba, sino que estaban nuevamente esparcidos en otras localizaciones.
Cada integrante sufrió con este suceso. El más afectado era Raimundo. El futuro dragón del viento, era el guerrero Shoku, líder de los cuatro, y por consiguiente el primero en ser señalado para recibir tareas extras. Con la excusa de que debía ser el más preparado para cuando el mal resurgiera.
En la entrada principal del templo del norte, con miradas cansadas y el cuerpo pidiendo a gritos un sitio donde reposar, se hallaban los aprendices Xiaolin caminando rumbo a la salida principal, donde se encontraba Dojo. Unos pasos por detrás, el monje Guan, causante de su actual estado, movía su mano despidiéndolos. Su entrenamiento especial acababa de finalizar.
Uno a uno, los chicos fueron subiendo con duro trabajo a la espalda del dragón verde, extasiados de por fin regresar con el maestro Fung. Soñaban con la idea de tener una comida tranquila sin la preocupación de ser interrumpidos por un ejercicio sorpresa, o de dormir toda una noche sin ser violentamente levantados para correr cinco millas alrededor del área.
Una vez estuvieron en el aire, lejos de su lugar de tormento, con los tenues rayos de luz del amanecer impactándoles en la espalda. Raimundo, Clay, Kimiko y Omi soltaron un suspiro de satisfacción.
El viaje de regresó resulto ser muy silencioso. Todos, a excepción de Omi, cayeron en algún momento en los brazos de Morfeo. Al llegar, el maestro Fung ya los esperaba con una disimulada sonrisa entre labios. Le alegraba ver a sus discípulos sanos y salvos. Aunque al momento se llevó una sorpresa al ver caer a los representantes del viento, fuego y tierra al suelo, completamente dormidos.
—Parece que han tenido un mes duro —comentó con calma el viejo al único discípulo en pie.
—Hemos aprendido mucho maestro Fung. Pero creo que al final el cansancio ha terminado por superar a mis compañeros.
—Ya lo veo Omi —mencionó, regresando su mirada al trio de adolescentes que seguían en el suelo, ahora con los ojos abiertos debido al golpe—. Está bien jóvenes guerreros, tienen el día libre. Descansen y recuperen energías. Mañana veremos los resultados de su último entrenamiento.
Los chicos asintieron, agradecidos. Raimundo y Clay lograron reincorporarse con un gran esfuerzo, ayudando en el proceso a Kimiko. Los tres murmuraron un "gracias" a su mentor, dirigiéndose a la cocina con la idea de llevarse algo al estómago, para seguidamente dirigirse a las habitaciones y dormir hasta quedar satisfechos.
Varias horas después con un poco más de fuerzas, cada uno de los dragones intentó aprovechar el resto del día a su manera. Kimiko contactó a Keiko para actualizarse, ya que los días anteriores con el monje Guan atormentándolos, tener una plática de chicas con ella llegó a ser imposible. Clay se entretuvo enlazando objetos y probando su puntería contra botellas de vidrio, tal como lo hacía cuando vivía en Texas. Omi fiel a su estilo de seguir mejorando, dedicó todo su tiempo a meditar y entrenar. Finalmente Raimundo, después de una gran insistencia, consiguió que la joven japonesa le prestase su consola portátil para terminar los últimos niveles de Zombies Wo cuatro.
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Duelo Xiaolin: La Leyenda De Heylin.
Fanfiction"Toda acción tiene una consecuencia" Después de la restructuración de la línea temporal y la derrota del bando Heylin, la paz reina en la tierra gracias a los cuatro guerreros Xiaolin. Sin embargo su último viaje a través de las épocas pasadas les...