Una aventura es una experiencia de naturaleza atrevida, llena de eventos repentinos. Existen de muchos tipos. Desde tareas arriesgadas, encuentros inesperados, hasta situaciones impactantes.
Para los cuatro jóvenes, sus viajes casi siempre se asemejaban a la primera forma mencionada. A partir del día que se convirtieron en aprendices Xiaolin, sus vidas nunca volvieron a estar completamente a salvo. Cuando no estaban luchando en un volcán activo por recuperar un Wu, se hallaban defendiendo el templo de un ataque de Heylin.
Ahora, después de un breve periodo de paz, las cosas regresaban a ser como siempre. El grupo se encontraba en una nueva misión, viajando encima de Dojo a una antigua cámara mágica, donde era muy probable que encontrasen una serie de peligros mortales. La idea sobraba decir no era muy llamativa para ninguno de ellos, sobre todo para la representante del fuego. Ella ya se había acostumbrado a la pequeña época de tranquilidad que tuvieron.
—Un mágico león Heylin de miles de años —murmuró Kimiko con cierto toque de molestia —. Es que acaso no podemos tener un enemigo normal por una vez.
—Chica, combatimos a una bruja, un demonio que es un frijol con cara y a un tipo que se convertía en lagarto —respondió una voz detrás de ella. La japonesa no necesitó voltear para saber que se trataba de Raimundo —. Un gigantesco gato malvado, no suena tan mal.
—Te apoyo compañero. Es incluso mejor que enfrentar a aquel extraño mimo —intervino Clay, soltando un escalofrío al recordarlo.
—No olviden a la semilla Heylin —comentó Omi —. Era un oponente muy insólito, que preferiría no volver a combatir.
—Chicos, lamento interrumpir su conversación, pero hemos llegado —dijo de improviso Dojo, descendiendo —. Bienvenidos a la cordillera Longmén.
Los futuros dragones dejaron su plática, para colocar mayor énfasis en el entorno que los rodeaba. La zona en la que se encontraban estaba despoblada, repleta de montañas con poca vegetación, contando con una enorme grieta que se distinguía a lo lejos.
Cuando aterrizaron, los adolescentes pusieron rumbo a la abertura, por indicaciones del ahora pequeño dragón verde. Al estar ahí, sufrieron una sorpresa al darse cuenta de lo enorme que era. No solo de forma vertical sino también en horizontal. Sus vistas no alcanzaban a distinguir donde terminaba la fisura en ninguno de los dos casos.
—La cámara de cristal debe estar aquí abajo —mencionó el animal.
—Puedes ser un poco más específico — dijo Raimundo, volteando a verlo con el ceño fruncido. Esa información resultaba inservible, si se consideraba que el área era enorme.
—Lo siento, pero no puedo. Los pergaminos no ofrecen más detalles, y yo nunca he estado por aquí para poderlos guiar.
—Espera, eso significa que somos los primeros en bajar desde que lo encerraron —intuyó Kimiko.
—Así es. Nían no había causado problemas hasta ahora.
—Genial, esto cada vez se pone mejor — comentó Raimundo con notorio sarcasmo —. Clay puedes ayudarnos a bajar.
El texano asintió, poniéndose firme. Dio un largo suspiro, antes de dar un fuerte pisotón, provocando que la tierra temblara por unos segundos, emergiendo de una de las paredes de la abertura una serie de plataformas cuadradas de piedra, sirviendo como escalones.
—Bueno socios. ¿Quién quiere ir primero? —dijo el vaquero.
Como respuesta, Omi saltó a la primera estructura, comenzando a bajar. Los demás le imitaron, quedándose únicamente Dojo en la parte superior, alegando que no le gustaban los espacios oscuros o donde vivían entes malvados.
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Duelo Xiaolin: La Leyenda De Heylin.
أدب الهواة"Toda acción tiene una consecuencia" Después de la restructuración de la línea temporal y la derrota del bando Heylin, la paz reina en la tierra gracias a los cuatro guerreros Xiaolin. Sin embargo su último viaje a través de las épocas pasadas les...