Capitulo 24.| Narra Justin..
Una semana desde los últimos diez mensajes que le envíe.¿Por qué no me respondía?.La extrañaba.
Fui lo demasiado estúpido para dejarte sola en ese infernal colegio y después de tanto temor a que llegase esa persona, que te diría cosas bonitas y te haría realmente confundir, llegó y tenía un nombre Lautaro.
Tal vez después de todo aún no me recuerdes pero la gente sigue estando a mi alrededor y sé lo bonita que te quedaba su campera pero mejor te quedaba la mía.Me confirman lo feliz que estas en sus brazos y yo todavía siento el vació que ocasione.Me dan cada detalle de ti jugando con su cabello y recuerdo él día que te pedí que tocaras el mío.
Me retengo a mandarte otro mensaje.Necesito que me recuerdes, demonios.No puedes dejar que esto acabe, por favor cariño.Él no te merece.
— ¡Cariño! ¡No me estas prestando atención! — Melanie lanza sus brazos alrededor de mi cuello y me planta un beso en los labios.Y no digo nada, solamente la miro.
Deberías estar pensando en cosas como estas, se que lo haces, en mis labios con los de Melanie y aciertas. ¿Por que mereces ser feliz y yo no?.
Ninguna persona nos da la misma felicidad que ambos nos proporcionamos, pero debemos aceptar la realidad.
Porque no volveré a verte llegar con la mirada hacía abajo, tus manos haciendo mil movimientos para acomodar su cabello y la preciosa hebilla entre tus dientes mientras te mirabas en algún reflejo.Y jamás sentiré tu presencia junto a mi, tu risa nerviosa, tus ojos con ese precioso brillo y los enfrentamientos que teníamos.
Y te odio, odio que hayas cambiado parte de mí, odio haberte dejado, odio que no me des la oportunidad de revertir todo y demostrarte que estamos para estar juntos, odio que estés con él, odio que te toque y te haga feliz pero de la misma manera es la que te amo, y sí el destino ha proporcionado esta jugada de no volver a vernos entonces que sea así.¿Pero acaso no existía la posibilidad?.
— ¿Enserio no podes venir a casa? — Melanie haciendo mohín es lo más tierno del mundo.Le sonrío y niego con la cabeza.Envuelvo mis brazos alrededor de sus hombros y le doy un beso en la cabeza.Su shampoo era exquisito.
— Perdón princesa, tengo que hacer el maldito trabajo de Geografía y tengo entrenamiento pero prometo que mañana iré.— Mi vista seguía enfrente mientras esperaba el jodido colectivo.El frío comenzaba y me hizo tiritar el tacto de los dedos fríos de Melanie en mi espalda. — Hace frío..
— Pero me gusta tu cuerpo Justin.— ¡Dios esta mujer!.Río fuertemente y ella también.
— La próxima cariño lo prometo, debo irme, dame un beso.— La atraigo más cerca de mí y le doy un beso.Un beso raro.
Las puertas del colectivo se abren delante de mí y le doy una última mirada.Jamás subía cuando iban repleto de gentes pero necesitaba llegar a casa.Doy unos empujones para llegar hacía la puerta lo antes posible y oigo justo a alguien a mi lado.
— ¿Sabes pedir permiso, imbécil?
Su voz.
Ella enojada.
Esto era una maldita casualidad y no desaprovecharía la oportunidad.
