Capítulo XVIII

986 53 26
                                    

Siento como alguien me mueve el brazo bastantes veces, por lo que me voy despertando y voy viendo la cara de mi hermana y Carlos con expresiones no tan buenas que digamos. Me siento poco a poco en mi cama y les pido con mi mirada que hablen, pues sus facciones me dicen que pasó cosas muy malas con lo que quise hacer.

-Los chicos están abajo, es mejor que hablemos entre todos.-Dijo Carlos caminando hacia la puerta.-No te apures, hay tiempo.

Yo solo asentí mientras iba al baño y me lavaba la cara. Estaba muy nervioso y aunque ya supe la respuesta a lo que pedí, pero independientemente es algo que algo que me costará aceptar y más que concluía que estaba haciendo las cosas bien. Bajé y vi que todo estaba recogido, pero las cosas estaban de un lado y todos estaban sentados en los muebles; por lo que fui y me senté al lado de Carlos y todos estaban menos Felipe y Libardo, por lo que esta conclusión fue totalmente cierta.

-No hay mucho que explicar, lo siento mucho Jean.-Manifestó Rafael viendo la puerta de mi casa.-Cuando lo vio simplemente se fue.

-Todos tuvimos la misma conclusión que tú, no sé porque habrá cambiado cuando antes si se notaba.-Expresó Nicole mirando hacia abajo.-solamente al ver esto se fue corriendo y no nos dijo nada.

Entiendo lo que mis amigos me están diciendo, pero me niego a que esto haya pasado, tenía completamente mi esperanza en él y de conclusión todo lo que construí entre nosotros dos se derrumbó sin tener ningún tipo de evidencia, por lo que debo estar consciente de que él no me quiere como yo lo llegué a hacer.

-Quiero ir a buscarlo, tengo un mal resentimiento desde ayer.-Dije levantándome del sillón para ir a mi cuarto.

-¿Ya no te has hecho tanto daño?.-Interrogó mi hermana agarrándome el brazo.-Si tanto lo quieres y él prefiere irse a otro camino es mejor dejarlo ir.

-Me importa una mierda el daño que tengo en este momento, tengo un mal presentimiento y no dejaré que le pase algo.-Responde soltándome de mi hermana.-Tengo la esperanza de que por otras circunstancias fue que tomó esta decisión y no por el hecho de que sus sentimientos fueran totalmente negativos hacia mí.

Fui corriendo a mi cuarto, me vestía mientras seguía pensando en el mensaje de ayer y el anonimato que se lo haya enviado. Es raro que tanto Felipe como Libardo hayan actuado de manera extraña en estos últimos meses y no quiero relacionar todo esto con ellas, pero es la única conclusión que he tenido.

Bajo y todos me miran extraño, pero es algo que no le tomo importancia, me voy de la casa y llamo a Libardo varias veces, pero claramente no contesta. No me queda de otra que ir a los lugares que él va diariamente cuando está estresado o triste, primeramente, voy corriendo al parque pues siempre me lo consigo ahí varias veces.

Pero efectivamente no lo ve allí, lo que si noto es que una pareja me llamaba, por lo fui corriendo hacia ellos y me recuerdan tanto a Libardo como a mí hace años, cuando todo era más fácil. Veo que uno de ellos me entrega una carta y los veo de manera extraña, pero noto que no quieren dar ningún tipo de explicación.

-Solo lee, es algo que te interesa.-Me dice uno de ellos dándome la carta.-Puedo notar que esto te va a vincular con él.

Yo solo asiento mientras abro dicha carta, por lo que veo es una nota de un anónimo y la misma me guía a otro lugar que va Libardo a menudo, por lo que mi inseguridad aumenta en ir y tener la esperanza de estos escritos o dejar todo hasta este punto.

-¿Quién se la dio?.-Pregunto guardando la hoja en mi bolsillo.

-Nadie, la conseguimos en esa silla.-Manifestó el otro desconocido señalando dicho asiento.-Y con tu apuro y nerviosismo se nota que es para ti.

Cruel Sonrisa - LieanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora