Capítulo XXIX

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Me desperté y al ver la hora apenas son las tres de la mañana, pero el sueño se me había quitado por completo y simplemente me levanté de la cama saliendo de habitación por el insomnio que me está comenzando a causar, antes de irme por el pasillo escucho un ruido en una de las habitaciones de este piso y es como si se estuviera rompiendo algo mientras escucho a una mujer y un hombre discutiendo, esa voz es de Felipe y por una parte me preocupa de que algo pase allí, al ir para tocar la puerta una mano me agarra el brazo jalándome hasta los ascensores.

-Bebé.-Me dice Libardo besando mis labios de manera rápida.-¿Qué haces a estas horas por aquí?.

-Te recuerdo que siempre me da insomnio en las noches, especialmente en este momento.-Le respondo besando su frente y abrazándolo por su cintura.-Además de que ese ruido no es normal, quiero ver si Felipe está bien.

Fui a tocar la puerta y todo se puso de manera silenciosa, nadie respondió a mi llamado y antes de que lo volviera a hacer Libardo me jaló hasta los ascensores y tocó el botón para bajar. Lo miré extraño por su comportamiento, pero no dije nada al respecto, entramos a la misma y fue bajando poco a poco.

Tanto él como yo no hablamos de nada, quiero disculparme nuevamente por alejarme de él a tal punto y tratar de hacerle entender que es por lo estresado que estoy, pero creo que sigue un poco molesto porque está bastante incómodo y no me ha hablado mucho como siempre lo hace. Le agarro la mano y él me ve con una sonrisa apretando la mía también, por lo que yo se la devuelvo y al abrirse el ascensor salimos inmediatamente.

Corremos hasta afuera y vimos a pocas personas fuera de la misma, sobre todo en la piscina, es raro que actúen de esa manera cuando hace poco se hayan enterado de un intento de asesinato y claramente yo estoy dentro de esa gente extraña. Fuimos hasta una de las playas y al llegar nos acostamos en la arena y él colocó su cabeza en mi pecho, vi de lejos unos chicos tomando mientras que las chicas los grababan haciendo cualquier tipo de ridiculez estando curdos.

Este tipo de aprovechamiento me hizo reír y Libardo me miro raro hasta que vio a uno de ellos corriendo por la botella agarrada y alzándola hacia arriba, durante la misma, los otros cantaban canciones tristes de Franco de Vita.

Espero no me toque lo mismo.

Una muchacha de lejos me parecía mayormente conocida, pero no le tomé tanta importancia tampoco y simplemente seguía viendo el cielo. Mi teléfono sonó teniendo en cuenta que me están llamando, por lo que Libardo se sentó y al sacar el teléfono de mi bolsillo hice exactamente lo mismo. Al ver que era Nicole inmediatamente iba a contestar, pero se descolgó la llamada, por lo que empecé a tener mucho pánico y un mal presentimiento de que les haya pasado algo.

Cuando me iba a ir agarré la mano de Libardo y él se quedó parado, por lo que le miré de manera extraña y el solamente pronuncio que no les pasaría nada, básicamente estaba entre la espada y la pared con una decisión que podía molestar a Libardo o perder mis amigos sin saberlo como casi me pasaba con Rafael.

-Ven conmigo, sé que es tarde, pero igual nos pueden abrir o entraremos como sea.-Propuse jalándolo mientras caminábamos.-No será muy largo el trayecto y de todos modos ya nos quedamos despiertos casi toda la noche.

-Es mejor dormir un rato antes de ir, supongo que Nicole se equivocó en la llamada.-Responde Libardo con tono de preocupación.-Al menos dos horas y vamos inmediatamente.

Todavía pienso que lo mejor es ir, independientemente estoy muy estresado y esa llamada fue por algo. Le di un beso a Libardo en la frente y fui corriendo rápidamente gritándole que se fuera a descansar, después de esta decisión puede que Libardo me mandé a la mierda completamente.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2020 ⏰

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Cruel Sonrisa - LieanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora