11º) - ROZAR LOS LÍMITES

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Para cuando Melissa llegó al departamento de Natsuki junto a Miyano,la tarde había caido y andaba oscureciendo muy aprisa. La lluvia había disminuido su cantidad a una

extraña y fina llovizna que seguía empapando a quienes seguían caminando por las calles de Tokyo. Melissa abrió la puerta,agarró a Mamo y lo metió de un empujón en el

interior.

- ¡Ooi...!,-exclamó él sorprendido mientras ella comentaba:

- No te preocupes,Nat chan no pondrá una sóla queja a tu presencia. Además,tus ropas están empapadas y no quiero que termines presentándote mañana a trabajar resfriado.

Sácate los zapatos y los calcetines y ponte las zapatillas. Volveré enseguida.

Melissa subió a su habitación tomando ropa seca para ella y dos toallas.Dejó todo sobre la cama y sacó un albornoz blanco y dos toallas llevándolas al cuarto de baño.

Bajó a por Mamo y lo llevó hasta el cuarto de baño diciendo:

- Entra a darte una ducha caliente y pásame la ropa para ponerla a secar.

Mamo obedeció con un suspiro. Cinco minutos más tarde,Melissa bajaba llevando las ropas del chico a la cocina.Metió primero sus ropas en la secadora y luego,metió las

de Miyano. Sonrió al notar la fragancia de la colonia masculina antes de poner la secadora en marcha.Entonces preparó café y procedió a volver a su habitación para

cambiarse y secarse el cabello. El silencio en el piso de Natsuki revelaba que su amiga había salido y aún no había llegado. Melissa bajó vistiendo unos vaqueros con

una camiseta de algodón larga y el cabello suelto.Mamo salió entonces del cuarto de baño anudándose y colocándose bien el albornoz. Melissa lo llevó a la cocina y le

sirvió una taza del humeante café que éste tomó con ojos brillantes diciendo:

- Ah...Ésto sí que me hará entrar en calor.

- Ten cuidado,está recién hecho,-sonrió Melissa sentándose en la otra silla viéndolo soplar un poco antes de dar un sorbo sintiéndose a gusto bajo el suave rumor de la

secadora mientras comentaba,-Miyano,se me quedó tu apellido pero no tu nombre.

- Mamoru,-murmuró él sonriendo antes de añadir,-Aunque casi todo el mundo suele llamarme Mamo.

Melissa asintió,diciendo,-Creo que eres el único que me llama por mi nombre sin la abreviatura.

- ¿Está mal que te llame así?,-preguntó él,sintiéndose cohibido.

- En absoluto,-sonrió ella antes de añadir,-Me gusta cuando me llamas de esa manera.

El becario enrojeció de forma casi automática. Melissa se contuvo para no reir ante aquel acto tan tierno mientras lo veía esconder el rostro con la taza de café.

- Mamo,-comentó ella rompiendo el silencio mientras añadía,-¿Qué edad tienes?.

- Veinticinco.

- ¡Eres muy joven para ser becario!,-exclamó ella arrancándole una carcajada que sonó espontánea y alegre.

- Todo el mundo me lo dice. Pero es la verdad.

- ¿Y desde cuándo llevas viviendo independiente?.

- Desde los 19...Tenía casi los 20 cuando vine a Tokyo a trabajar...

El sonido de la secadora apagándose anunció que las ropas de Mamo ya estaban secas. Melissa procedió a sacarlas diciendo:

- Si has terminado tu café,acompáñame a mi cuarto para que puedas volver a vestirte.

'UN PRÍNCIPE PARA MELISSA'Where stories live. Discover now