18º) - EL ATROPELLO

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Los amantes decidieron regresar a la suite del Royal Tokyo Shiodome en torno a las 9 de la noche. Para entonces,Tokyo se había iluminado bajo la luz de la luna y la

ciudad parecía tener un brillo mágico. El brillo indicado para poderla contemplar en silencio desde el ventanal de la habitación. Así estaba Mamo en aquellos momentos

hasta que Melissa,apareció ante él vistiendo sólo un albornoz,descalza y con el cabello suelto,mirándolo anhelante antes de abrazarlo sonriendo. Mamo dejó escapar el

aire en un profundo suspiro mientras la abrazaba acariciando su espalda y oliendo en su cabello la fragancia del champú que había usado,entremezclada con su perfume.

Melissa le quitó la chaqueta mientras él se desanudaba la corbata. Tras aquellas primeras prendas,le sacó la camisa. Fue entonces cuando ella dejó que fuera él quien

se sacara los calcetines y los pantalones para quedar en ropa interior, pero en el momento en que ella se desanudó el albornoz,Mamo deslizó la prenda por sus hombros

dejándola completamente desnuda y expuesta frente a él. Ambos se miraron antes de reanudar las caricias y los besos. Mamo entonces,la llevó en brazos hasta la cama

donde la depositó tiernamente antes de terminar de desnudarse y volvió junto a ella abrazándola entre besos,viéndola entregarse de forma inocente. Ambos,se buscaron

uno al otro alternándose,pues unas veces era él quien dejaba que Melissa se sentara a horcajadas sobre él para besarlo en el centro del pecho lamiendo sus pezones y

acariciando su rostro mientras lo besaba,como de pronto era él quien se colocaba sobre ella para tocarla a placer,explorando entre caricias y besos,arrancándole jadeos

y gemidos de placer y deseo mientras las manos de la muchacha acariciaban su espalda y sus costados alcanzando sus caderas y acariciando y sujetando sus nalgas.Melissa

también exploraba todo el cuerpo de Mamo. Le fascinaba tocar aquella piel tan suave y cálida. Adoraba el aroma que desprendía aquel cuerpo tan masculino y fibroso y

prestaba atención a los jadeos y gemidos que él le regalaba con cada beso y cada caricia. Ella,había dejado que él la mirara y la tocara a placer. Ahora,él no iba a

ser menos dejándola acariciar y besar donde quisiera. Se estaban entregando uno al otro con una mezcla de ternura y pasión a partes iguales. Había ocasiones en las que

Melissa iba demasiado deprisa y era Mamo quien la hacía relajarse entre besos y caricias. Cuando supo que ella ya no podía aguantar más el deseo por tenerle,Mamo se

colocó sobre ella teniendo cuidado de no hacerle daño con su cuerpo. Melissa lo sintió abriéndose paso de manera sensual en su interior y lo abrazó entre gemidos con

las mejillas escarlatas y los ojos entrecerrados,aceptando sus besos hasta que él entró en su interior y ella pareció atraparlo entre sus piernas,notando cómo movía

las caderas sensualmente empujando mientras unía sus jadeos y gemidos con los suyos. Los amantes enlazaron los dedos de sus manos en aquel momento mágico dispuestos a

alcanzar el climax de la pasión al unísono. Los cuerpos parecieron unirse en uno sólo y los movimientos fueron más rápidos y precisos.Mamo mantuvo el control de sus

embestidas a fín que la unión no resultara dolorosa. Melissa besaba su cuello y su garganta entre gemidos sintiéndose dichosa. Finalmente,los dos se vieron arrastrados

por la ola de pasión que los llevó a alcanzar el climax gimiendo ritmicamente al unísono para luego mirarse a los ojos,jadeantes y sudorosos con las mejillas escarlatas

'UN PRÍNCIPE PARA MELISSA'Where stories live. Discover now