Narrado por Olivia
Desperté antes de que sonara la alarma debido al estado de emoción en el que me encuentro, hoy es el primer día de la vendimia y pasé semanas organizando este día de la mano de todos mis hermanos para no defraudar la memoria de nuestros padres. Me levanté de la cama y me di una ducha corta que sirvió para despejar de mi mente ideas y expectativas que tenia sobre este día, es mi día favorito del año y tengo muy buenos recuerdos de estas fechas durante mi niñez por lo cual todo tiene que pasar tal cual lo planeé.
Al abrir mi closet tomé un vestido que realmente robé del closet de mi hermana, es un vestido blanco holgado de encaje que cae naturalmente hasta mis rodillas, lo acompañé con unos tacones blancos bastante sencillos, además de cómodos y dejé mi cabellera rubia suelta que caía como cascada por mi espalda.
Salí de mi habitación y bajé por las escaleras hasta el comedor, donde ya estaban todos mis hermanos sentados a la mesa esperándome, demostrándome que no soy la única emocionada por la vendimia.
—Buenos días—Les saludé
—Buenos días—Respondieron al unísono
Somos ocho hermanos, no todos biológicos, cinco de ellos son adoptados, pero todos crecimos juntos desde una edad muy temprana, el menor de mis hermanos es Juanes y el mayor de ellos es Santiago.
—Quien lo diría, nos despertamos primero que la loca del control— Bromeó Rafael
Reí por su mala broma junto con todos los demás, lo normal es que yo sola espere a que todos despierten para desayunar juntos.
Una de las empleadas nos sirvió el desayuno y nos trajo dos de las botellas más antiguas de la reserva.
—Un gran día, merece un gran comienzo—Dijo Marie al descorchar la primera botella
Marie sirvió una botella de vino y yo serví la otra haciendo los honores, por lo general en la mañana solemos no tomar vino tinto ya que este es un poco más pesado que los demás, pero dado que hoy solo tomaremos vinos fuertes es mejor empezar a asentarnos desde temprano.
Después de desayunar todos fuimos al jardín para cerciorarnos de que las cosas se estuvieran dando como lo organizamos, la hacienda tiene un gran movimiento en estas épocas y últimamente hemos visto más personal en el casco de la hacienda que en todo el año.
—En unos minutos llegarán los Gutiérrez—Nos informó Santiago
Hoy todos mis hermanos van de blanco, lo normal es solo vestirnos de blanco durante la fiesta, pero nos tomamos esto un poco en serio este año, demasiado en serio ahora que me estoy dando cuenta, los Gutiérrez fueron amigos de mis padres, y son la otra familia a cargo de la bendición de la cosecha, de nuestra cosecha venderemos parte a ellos para la elaboración de su vino y seremos los anfitriones de la celebración.
Quizás no fue tan buena idea insistir sobre ser los anfitriones este año.
Ellos son los padrinos de Santiago, y solo tienen un hijo, se llama Pablo y no lo vemos desde hace años, solía ser de nuestros mejores amigos, pero se fue a estudiar enología a España por lo cual perdimos el contacto
—Bueno, voy a emborracharme desde ya—Anunció Lucía con una botella de vino en una mano y una copa en la otra
Todos nos reímos y Camila le quito la botella
—Comparte con todos—Le dijo riendo
Santiago fue por copas y todos empezamos a tomar del vino de Lucía mientras pasábamos un buen momento entre la fresca brisa de la mañana.
—¿Ese no es el auto de los Gutiérrez? —Preguntó Manuel señalando un Porsche que estaba entrando a la propiedad
—Sí, es el auto de los Gutiérrez—Le confirmo