Feliz regalo de navidad.
Aquel día, los rayos de un tímido sol teñían un mar silencioso. Un mar que carecía de olas. Hacía un momento que las nubes negras desaparecieron en el horizonte, dando por terminada la tormenta. La lluvia había dejado de caer , y trajo consigo a un hermoso arcoíris.
De un rosal ascendía el peculiar olor a hierba. Pequeñas gotas de agua corrían por los ventanales de las casas, dónde algunos niños iniciaron sus apuestas por la más rápida.
Dos ojos castaños, bajo una cortina color ceniza, observaban la pantalla de un ordenador. Su sombría mirada comenzaba a desvanecerse en una agotada tras intentar recopilar tanta información. Información que no le era suficiente. Entonces, dicha mirada se volvió a la silueta femenina que, como siempre , venía a interrumpir sus horas libres.—Cariño, ¿No crees que es suficiente ya?
—No.Una mueca de disgusto se formó en la cara de la fémina. Miró a su hijo, el cuál tanto se parecía a su difunto marido, de manera melancólica. Se dedicó a suspirar y tomar por los hombros a su único descendiente varón, quién reaccionó sacudiendo los hombros para rechazar a su madre.
—Aiden, me enorgullece el que quieras colaborar. Pero, ya han pasado años desde aquello. Ella no va a aparecer.
—¿No lo entiendes, mamá? Ella sigue por aquí, es imposible que haya desaparecido así por que así sin voluntad alguna. No la busco con vida, solo intento encontrar algo que me pueda llevar a ella. Una pista, un rastro...Algo.Aiden Rogers siempre ha sido un niño curioso desde el día en el que fue consciente de sus actos. Es una de las características que heredó de su madre, al igual que el mismo gusto por casos criminales y policíacos. Siempre fue un chaval desorganizado, pero muy trabajador en el ámbito escolar. El orgullo masculino de su familia. Sin embargo, su vida cambió el día en el que desapareció la joven adolescente.
—Eres la viva imagen de tu padre. Siempre buscando justicia en solitario e intentando ayudar a los que intentan gritar, pero no pueden. Gritando por aquellos de voz silenciosa.
—¿Desde cuándo suenas tan filosófica?
—Es la única opción que me queda antes de meterte un palo por el culo para que me hagas caso.-
Las cálidas gotas de agua caían sobre el desnudo y esquelético cuerpo del muchacho. En ese momento , en vez de estar bañando su cuerpo en gel y demás , estaba reflexionando ciegamente bajo la ducha dejando que el agua emparará su agotado rostro. Estaba ardiendo , él lo sabía por el vapor que desprendía incluso él mismo, no obstante poco le importaba.
Se quedó ahí un rato , lo suficiente como para sentirse bien consigo mismo. Sustituía el calor que transmitían los brazos y los besos por aquellas gotas de agua , no tenía más opción que pensar de esa manera para , al menos , no sentir un vacío en su interior.
Suspiró mientras, antes de que algunos de sus familiares entrará en el cuarto de baño y le robara tal lujoso momento , limpiaba su cabello con el primer champú que vio en la estantería de su costado izquierdo.
Finalmente , cerró la llave del agua y , como de costumbre , agarró una toalla azul marino y enrolló esta en su cuerpo. Posteriormente , se acercó al espejo y limpió este a causa del vapor.
No podía evitar ver sus almendrados ojos castaños que , ahora , tenían grisáceas ojeras a consecuencia de no poder descansar. De su recta y algo diminuta nariz se resbalaban, por la punta, un par de cristalinas gotas las cuales secó rápidamente.Se observó un momento en el espejo: cara delgada, mejillas con pecas, labios finos...Era completamente igual a su padre. A muchas otras personas no les importaría lo más mínimo parecerse a su progenitor, pero en su caso le dolía bastante.Y es que, sabía que su madre lo mira a veces tan melancólica por su aspecto. Además, está adoptando de manera inconsciente la misma personalidad de él.
Aiden sonrió. Él estaba haciendo lo correcto, y aunque se madre le riñera numerosas veces...Ella sabía lo mismo que él. Mucha gente piensa que las inútiles búsquedas de Aiden son por puro aburrimiento, para hacerse el interesante con las chicas o porque quiere ser psicólogo criminal como su madre. Sin embargo, esa no es realmente la razón.
Aiden decidió intentar averiguar el paradero de dicha desaparecida porque él mismo sabe lo que es perder a un ser querido. Un ser querido que nunca has podido enterrar. La desaparición de su padre marcó terriblemente a su familia.Y en especial a la señora Rogers, quién mantiene aún el apellido de su difunto marido.
Aiden, como su madre, pretende ayudar a los demás.Y poco le importaba a sus compañeros de clase. Para ellos, el adolescente sería siempre el bicho raro que , a los siete años de edad, decía que podía ver el fantasma de una niña llamada "Sally". Un fantasma de ojos esmeraldas que lo cautiva en sueños todavía. Además, comentaba que podía ver muchísimos más espíritus. Acto que inquietó a niños, e incómodo a profesores y padres. Los niños lo comenzaron a señalar de mentiroso, loco e incluso decían que tenía poderes demoníacos. Aquello provocó que Aiden se deprimiera aún más de lo que ya estaba, incluso algunos niños se burlaban de él ya que no podía ver el espíritu de su propio padre. "Es medio huérfano" susurraban los niños del colegio por los pasillos.
La señora Rogers tuvo que tomar cartas en el asunto. Cómo psicóloga, consiguió que Aiden bloqueara esos desagradables sentimientos. Con el paso del tiempo, él se olvidó completamente de lo que sucedió con los demás menores. No obstante, la señora Rogers nunca olvidará como escondió las cadenas que condenaban a su hijo mayor. Como escondió el don familiar. Cómo escondió la realidad detrás de las cortinas. Pues, Aiden no necesita saber que su padre, en realidad, siempre fue un espíritu desde el principio. Nunca nadie creería esos hechos, pero Aiden era el fruto de un amor prohibido por el mismo cielo e infierno. Un amor entre una mortal y un muerto.
Y ese error que ella misma cometió sin intención alguna, traería consecuencias al adolescente. Porque Slenderman conocía a dicha familia, y sabía el futuro de esta. Sabía que Aiden iba a cambiar las reglas del cielo. Necesitaba a Aiden , lo necesitaba muerto.
Su apellido era su propia tumba desde el momento en que nació.
Los pecados aumentarían. Slenderman mancharía de nuevo ese apellido.Y ________ era el ataúd en su malévolo plan.
Cuando juzgas a alguien por su pasado , puedes hacer que este no evite escapar de él.
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Como romperle el corazón a un muerto. (Hoodie y tú)
FanficTodas las noches, Hoodie visita a su amada. Todas las noches, Hoodie encuentra aquella paz que tanto buscaba en la respiración de aquella joven. Todas las noches, él lograba sonreír. Pero, un día todas las noches desaparecerían para siempre. No...