Steve se acercó lentamente hasta Andreas, llevaba en una mano una botella de Johnnie Walker-Black Label, en la otra un par de copas de vidrio para whisky y en la boca un cigarrillo recién encendido, sería una noche larga y no podía posponer la continuación de esa historia, estaba muy seguro de que la incertidumbre no lo dejaría dormir y para su mala suerte se le había agotado sus somníferos.
Se había encomendado a la "eszopiclona", un medicamento para conciliar el sueño que le había funcionado de maravilla durante los últimos meses de gira, pero daba la impresión de haber perdido su efectividad en las últimas semanas, talvez debería combinar con otros medicamentos, o tomar más de la dosis que el médico le recomendó.
Los dos rubios tomaron asiento alrededor de la mesa circular blanca que estaba ubicada en el pórtico que daba al jardín trasero. Steve acomodó la botella en el centro y le tendió la copa a su homólogo para que se sintiera libre de beber lo que deseara. Él no acostumbraba a servir alcohol, creía firmemente en que cada persona debía joderse cuanto quisiera sin que nadie le interrumpiera, probablemente ese era el origen de su vicio, además de su debilidad para negarse. Por último sacó del bolsillo de su chaqueta una cajetilla de cigarrillos y un encendedor.
—Fue la primera vez que los tres pisamos un hospital desde el día que Eileen fue dada de alta —comenzó hablar el rubio alemán, también tenía premura por deshacerse de esa carga—. Esperamos por varias horas, le hicieron una serie de exámenes y una resonancia magnética de la cabeza. Al final sólo nos dijeron que la tendrían toda la noche bajo observación. Fue en ese momento que supe que algo no había estado bien.
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—¿Ocurre algo malo?
—Es mejor que descansen —recomendó una mujer vestida de blanco, evitando por completo la pregunta hecha. Miró la expresión agotada de la niña mientras succionaba distraída su chupón, la consideró muy valiente ya que hasta ese momento no la había oído llorar—. No es bueno que esté aquí la pequeña.
—Entiendo. Pero, en verdad no sabe qué está pasando.
—Le llamaremos cuando el médico tenga todos los resultados y pueda dar su diagnóstico. Por ahora lo mejor es que vayan a casa, la Sra. Clark queda en buenas manos —sonrió en un gesto amable.
El cielo nocturno hacía notar la ausencia de una presencia lunar, y en esa casa también se sentía la ausencia de Audrey.
Eileen tardó mucho en quedarse dormida, percibió de inmediato la falta de su madre; y por alguna razón Andreas empezó a preguntarse si Audrey estaría con su hija el día de mañana, pasado mañana, o hasta después de varios años. Aquel pensamiento lo atormentó, y acompañado de la soledad que habitaba en su cama sin la joven de cabello cobrizo recostada a su lado, respirando el mismo aire y sintiendo su suave calidez, conciliar el sueño fue un reto también para él.
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Eileen
Fanfiction"El olvido es el regalo más cruel y misericordioso que te puede dar el tiempo". El glamour de ser una estrella de rock se ha desvanecido de una forma tan efímera como el pasar de una estrella. Cada día se diferencia menos del anterior y la ola de pe...