Eileen

¡Hola América!

Una vez más en la "Tierra de la Libertad".

Era innegable que  el estilo de vida un tanto más libertino de los estadounidenses se diferenciaba de los opacos pingüinos británicos; a pesar de no ser la primera vez que estaban allí, siempre costaba un poco de trabajo acostumbrarse a las personas y su rápida forma de llevar sus vidas al límite.

A sus oídos empezó a llegar ligeros barullos, quizás eran pasadas las 9 de la mañana, asumía eso debido a las risillas provenientes de la alberca y el caminar de parte del personal del hotel por los pasillos. El guitarrista de Def Leppard, empezó a removerse incómodo en su cama, sintió un ligero peso sobre su abdomen que lo hizo sonreír; amaba esos minúsculos instantes entre seguir dormido y despertar con un fuerte dolor de cabeza.

— Ca-cariño... – balbuceó, en su boca aún predominaba el amargor del whisky y sus párpados parecían estar soldados – Eileen, por favor...

— Mmmm – se quejó aferrándose más.

— Vamos linda, sube al pecho de papá o vas a explotarme el hígado – pidió con voz ronca, la menor le tenía clavado la rodilla en ese preciso lugar.

Su hija tenía un don natural para acomodarse en posiciones dolorosas para él y en algunas ocasiones para su entrepierna.

Aunque todas las habitaciones destinadas a los Clark, contaba con dos camas, lo más común era que una de ellas resultara innecesaria, debido a que Eileen siempre se las ingeniaba para subir a la de él, a veces arrastraba una silla, a veces las maletas, en otras incluso apilaba almohadas; Maynard consideraba que se tomaba demasiadas molestias solo para despertar en el mismo lecho, y se lo agradecía desde el fondo de su corazón.

En cuanto empezó la nueva fase del Hysteria tour en Estados Unidos, las noches dejaron de ser algo sobre llevable.

Habían varias fechas en las cuales debían subir al avión en cuanto el espectáculo terminaba y así poder transportarse a otras ciudades para cumplir con los horarios; aquel aeroplano era el hotel más común y las azafatas eran el servicio a la habitación. En otras ocasiones, ambos llegaban a altas horas de la madrugada tambaleándose, ella por el sueño y él por alguna bebida consumida en los camerinos o en alguna reunión improvisada, y en caso de que no se dieran las anteriores opciones, podía contar con otras dos salidas: la primera, una botella de vodka, Jack Daniel's, vino, o por lo menos algo de cerveza esperándolo en la nevera de su habitación; y la última alternativa era escaparse luego de dejar a su pequeña recostada, no obstante, para esa, debía ser cuidadoso y no alertar a sus amigos, menos aún si quería evitar un incidente similar al de hace seis noches.

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25 noviembre 1987 – Las Vegas - EEUU

La "Ciudad del Pecado" no defrauda a nadie que esté lo suficientemente jodido como para hundirse en la espesa luminosidad de los carteles repletos de focos de neón.

El concierto en aquel lugar fue el primero en que tan solo se vendieron 6.382 boletos de los 9.689 disponibles en la Arena Thomas & Mack Center; más de tres mil asientos vacíos. Aquello fue un golpe bajo para la banda, que se había mal acostumbrado a ver prácticamente repletos todos los coliseos desde Dublin. Llegaron a creer que la historia se repetiría en "Sin City", especialmente por "Pour some sugar on me", tema que tenían entendido se estaba convirtiendo en un fenómeno entre las strippers, pero al parecer le faltaba más impulso o más tiempo para cuajar.

El pequeño desliz y la hipnotizante fantasía que ofrecían los casinos con música en vivo, comediantes, o incluso algún espectáculo de burlesque repleto de colores cegadores y bailarinas sensuales, atrajo a los cinco miembros, Malvin, Mensch, Karla y a Tesla, quienes eran la banda de apertura.