Lucía, una chica de 18 años, de nacionalidad argentina se muda a Los Ángeles, ya que su madre encontró una oferta por trabajo mejor pagado. En su viaje a Los Ángeles conoce a Salma, que pronto se convertiría en su mejor amiga.
Algo de las muchas cos...
Nos sentamos en la mesa y empezamos a comer de todo un poco carne, paté, gambas ect. Cuando terminamos, Noah y Roberto se fueron hacer unos cuantos "gintonic" y nosotras nos fuimos a dejar los regalo del amigo invisible debajo del árbol. Me preguntareis, ¿cómo qué amigo invisible? Pués hace como una semana hicimos un sorteo para hacer este "juego". (El Amigo Invisible o Angelito es un juego muy popular en el que participan varias personas que se hacen regalos entre sí sin saber quién ha sido el que ha hecho cada regalo). Cuando llegaron los chicos nos dieron nuestros gintonic.
- Salma.
Le llamó Marta cogiendo un regalo aleatorio que al parecer era el de Salma. Ella se levantó y lo cogió para abrirlo.
- ¡ME ENCANTA!, le doy las gracias a quien sea que me lo haya hecho.
Gritó Salma muy emocionada y feliz, le habían regalado unos pendientes con una estrella.
- Roberto te ha tocado.
Dijo Marta cogiendo su regalo y pasándoselo.
- Sin palabras.
Todos empezaron a reír, ¿sabéis los típicos jerseys feos de navidad? Pués uno de esos le habían regalado.
- Noah tu turno.
¿Y si no le gusta mi regalo? Si eso he dicho a mí, en el sorteo para saber quien me ha tocado regalar me tocó Noah.
- ¡AMO ESTO! Aunque cuesta muy caro, de verdad quien me lo haya regalado le amo.
Dice mientras extendia unos zapatos Nike, para que todos lo vieran. Pero una pregunta, ha dicho que ama a quien le haya regalado los zapatos, lo que quiere decir que, ¿me ama?.
- Lucía.
Me llamó Marta para recibir mi regalo, así que me levante y cogí mi regalo.
- ¡DIOS ESTE COLLAR ES HERMOSO!
Era un collar con la L de Lucía con diamantes pequeños a dentro. Quien me haya regalado esto le ha tenido que costar una pasta.
- Bueno y la última pero no la menos importante... Yo.
Marta cogió el último regalo que había debajo del árbol y lo abrió.
- ¡Amo este perfume!
Después de repartir los regalos nos pusimos todos borrachos perdidos menos mal que nos híbamos ha quedar ha dormir aquí.
- ¡SALMAAAAA!
Grité muy fuerte.
- ¿¡Qué pasaaa!?
- Venga una foto con el árbol.
- V-valee.
Nos acercamos al árbol y nos echamos una foto, un poco extraña pero bonita.
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Eran ya las 4:17 de la madrugada, estabamos todos y todas reventados así optamos pos irnos a dormir. Iba subiendo las escaleras cuando alguien me coge de la muñeca.
- Lucía, duerme conmigo.
Dijo Noah guiñandome el ojo.
- Esta bien... Pero sin hacer nada malo.
- Prometido.
Nos fuimos a la habitación de Noah pero adivinen... Se me olvidó el maldito pijama, iba saliendo tan deprisa de mi casa que olvidé traerlo.
- Noah.
- ¿Qué pasa pequeña?
- Primero, no me llames así y segundo déjame ropa porfa, que no me traje el pijama.
- Lo que tú digas jefa.
Me sonrió y se dirigió a su armario. Me dió de su ropa una camisa larga hasta mis rodillas y un boxer. Me vestí muy rápido y me metí en la cama. Cuando estaba casi dormida noté que Noah me cogió y me puso en su pecho mientras con su mano juegaba con mi pelo.
- ¿Te ha gustado mi regalo?
Preguntó él, a lo que me quedé impactada.
- ¿Es que me lo as regalo tú?
- Sip.
- Pués sinceramente me encanta. ¿Y a tí te gustó el mío?
- ¿Enserio esos zapatos me los compraste tú? Porque me encantan bebé.
Al escuchar eso, no pude evitar sonrojarme.
- Tengo mucho sueño, voy a dormir ya. Buenas noches.
Le dí un beso en la mejilla y me acurruqué en su pecho y así los dos nos quedamos durmiendo. Nunca tuve la intención de hacer eso, supongo que habrá sido el efecto del alcohol.
