Cuánto Me Duele | NNC

II

Narra Anais
Cuando dijo eso, se levantó, le habló a alguien y un chico con ropa sucia entró a la sala, levantó su cara y era él.
Narró Anais

Narra Saúl
Después de que se llevaron a Anais a Alemania creí que ya no la volvería a ver, pero al verla en esa casa enorme, me quedé en shock.
Narró Saúl

Narrador
Saúl Rodríguez tenía 16 años cuando sus padres fallecieron, vivió en casa de su primo Yeisson Rodríguez, pero él quería trabajar.
Saúl buscaba un pez más gordo, no quería estar en México, así que mientras caminaba encontró a unos hombres vestidos de militares, los cuales estaban hablando con unos chicos, los subieron a un camión y él corrió para poder subirse.

Al llegar a Alemania, Saúl fue dejado junto con los otros chicos en el centro de Berlín, sin un lugar en dónde dormir.

Un día llegó un señor y le dijo que en su casa necesitaban ayuda, así que le ofreció trabajo inmediato, él aceptó y se lo llevaron a la casa de los Korsakov.
Narrador

Narra Anais
Pa nos dijo que Saúl ayudaría en los quehaceres de la casa, que siempre estaba bien tener ayuda de unas manos pequeñas.

Ma: Ay que bueno que trajiste a este niño, necesitamos a alguien que lave la vajilla
Pa: Es bueno escuchar que les agrada la idea, yo me regresaré a Berlín
Ma: ¿Otra vez?
Pa: Sí, sí quiero darles una vida excelente, necesito trabajar mucho
Anais: ¿Cuándo partes?
Pa: Hoy por la noche

La verdad es que eso era buena señal, así podré hablar con Saúl.
Llegó la noche y Pa se fue; Ma estaba dormida, así que decidí bajar.

Llegué a la cocina y ahí estaba Saúl

Anais: Hola -Sonreí-

Saúl volteó, dejó de limpiar y se acercó.

Saúl: Anais -Dijo mientras me abrazaba con todas sus fuerzas-
Anais: Te extrañé muchísimo -Dije abrazándolo-
Saúl: Yo te extrañé muchísimo más -Sonrió-
Anais: ¿Qué haces aquí?
Saúl: Trabajar
Anais: ¿Tus papás te mandaron para acá?

Saúl se quedó en silencio por unos minutos.

Saúl: Mis papás... mis papás murieron -Dijo agachando la cabeza-
Anais: Lo siento mucho -Dije abrazándolo-
Saúl: Tranquila, ya estoy un poco mejor, no digo que al cien, pero si estoy mejor que hace un mes
Anais: ¿Y Yeisson?
Saúl: Se quedó en México, yo vi un camión con niños y me subí, no creí que venía para acá, creí que vendría a un campo
Anais: Pues esto es como un campo, no tengo vecinos, estamos a las afueras de Berlín
Saúl: Creí que sería peor, pero que bueno que estoy aquí contigo -Sonrío-

Sonreí y entonces escuché su voz.

Ma: ¡Anais!
Anais: Me tengo que ir, si me ve aquí me mata
Ma: ¡ANAIS!
Anais: Да да, я тебя слушаю «sí, sí, te estoy escuchando»
Saúl: ¿Cuándo volveremos a hablar? -Dijo agarrando mi brazo-
Anais: Mañana -Sonreí y me fui del lugar-

Subí las escaleras y llegué a la habitación de Ma.

Ma: ¿Por qué tardaste?
Anais: Estaba dibujando
Ma: Pues cuando te hable, deja de dibujar y vienes rápido
Anais: Да «Sí»
Ma: ¿Has practicado el ruso?
Anais: Sí, aunque no entiendo el por qué, estoy en Alemania, no en Rusia
Ma: Porque nosotros somos rusos, y tienes que saber ruso para cuándo volvamos a Moscú, así que ve y sigue practicando
Anais: Está bien
Ma: Puedes retirarte

Salí de la habitación de Ma y me fui a la mía, estaba feliz porque Saúl estaba aquí, creí que no lo volvería a ver.
Ya no me aburriré en esta casa, que aunque esta enorme, no hay nada que hacer.
Narró Anais

Continuará...