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Narra Anais
Saúl: Estaremos bien, estoy contigo -Dijo apretando mi mano-

Una lágrima salió de mi ojo. Cerraron la puerta, abrieron una parte superior, entraba la luz, aventaron polvo y después cerraron lo que habían abierto.

No entendíamos nada, así que preguntamos.

Anais: Entschuldigen Sie, Sir, was ist los? «Disculpe señor, ¿qué pasa?»
Señor: Wir sind in einem Ofen «Estamos en un horno»

Me asusté.

Saúl: ¿Qué dijo?
Anais: Que, que estamos en un horno
Saúl: ¿QUÉ?
Anais: Saúl
Saúl: Anais, tienes que gritar quién es tu papá
Anais: Vamos al lado de la puerta

Nos movimos del lado de la puerta y comenzamos a golpearla mientras gritaba:
Mach die Tür auf! Ich bin Anais Korsakov! «¡Abre la puerta! ¡Soy Anais Korsakov!»
Narró Anais

Narrador
Anais gritó y gritó, mientras Saúl golpeaba la puerta. A lo lejos, el señor Korsakov buscaba a su hija.

Se acercó a aquel horno y escuchó una voz que decía:
"Ich bin Anais Korsakov! «Soy Anais Korsakov»"

Después de escuchar eso, corrió hasta el horno, bajó las escaleras y tras el otro lado de la puerta dijo:
"Anais, hija, ¿estás ahí?"

Una voz con poco aliento respondió:
"Papá, está caliente. Sácame de aquí papá"

La angustia envolvió al señor Korsakov, gritó que pararan lo que estaban haciendo pero ya no había vuelta atrás, hasta que los gritos y los golpes acabaron, supo que ya era tarde.

Con un dolor en el corazón, el señor Korsakov se echó al piso, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas; con una mano pegada a la puerta y con la otra sosteniendo una foto de Anais, dijo:
«Mi ángel, baja del cielo, realmente te estoy esperando. Ayúdame a ser más fuerte; Después de todo, yo no puedo.
Dame tu mano y sujétalo fuerte y no lo dejes ir. Solo pido una cosa: Quédate conmigo, no te vayas volando.»
Narrador

FIN

Cuánto Me Duele | NNCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora