14: "Can't Take My Eyes Of You".

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*Narra Gary Unwin*

Tiempo estimado de lectura: cuatro minutos y medio.

¿Cómo sabes si realmente estás enamorado? Bueno, la persona en cuestión no deja de estar presente en tus pensamientos. Durante el día todo te hace recordarle, y lo único que quieres es tenerle cerca; sentir su presencia a un lado, aspirar su aroma, escuchar su voz, verle sonreír... Ay, todas esas cosas cursis que alguna vez escuchamos en las telenovelas, se vuelven realidad para golpearte duramente en la cara como diciendo «el amor existe, deja de fingir que no es así».

Ahora, todas esas reacciones tanto físicas como emocionales, llegaban a joderme la existencia acompañadas de otra frase: «no eres heterosexual, cariño».

     —Eggsy, debes levantarte, se nos hará tarde.

     Abrí los ojos y ahí estaba él, el causante de tanto alboroto dentro de mí; el hombre que hacía mi vida mucho más fácil, mi motivo para levantarme por las mañanas.
Me quedé mirándole unos cuantos segundos, sonreí y busque mi teléfono. Mire el reloj y aún faltaban dos horas para que se llegará nuestra hora de partida. Demasiado tiempo como para que cinco minutos más de sueño me atrasaran.

     —Tardas mucho en estar listo —dijo sin siquiera verme, como si supiera que estaba a punto de reclamar —. Levantate y date un baño.

     Le hice caso y me levanté. Fui hacia él, le di un corto beso en los labios y después de unas cuantas caricias de buenos días tome ese baño que se me ordenó.
Realmente no sabía cómo había llegado hasta eso. No recordaba en que momento había decidido que compartir no solo mi día a día, si no mi vida entera, podría resultar una buena idea. Y sin embargo, ahí estaba, viendo como usaba mi taza favorita, esa que nunca nadie había podido tocar sin recibir una mirada de enojo o un golpe.

     —Llamo tu madre —me dijo cuando me vio salir del baño —. Dijo que sería bueno si su hijo la recordara.

     —Pero cada semana le mando una buena cantidad de dinero —me queje mientras me vestía.

     —Eggsy, cariño —fue hacía mí y me abrazo por la espalda. Puso su rostro entre mi cuello y se quedó así, sin hacer nada —. No quiere tu dinero. Quiere a su hijo. Necesita ver si has crecido, si comes bien. Conociéndote, si no te falta alguna extremidad.

     —Esta bien, Harry. Iré a verla, pero solo si vas conmigo —al escucharme, me giro hacía él con rapidez.

     —¿Cómo crees que lo tome?

     —Yo digo que bien. Además, todos dicen que las madres saben todo, quizá ya lo sepa —conteste. Negó con la cabeza y sonrió. Amaba su sonrisa.

     —Esta bien, iremos con tu madre.

     —Tu suegra te amara, cariño.

     Después de un poco más de plática, de caricias y apapachos matutinos, se dio la hora de nuestra partida.
Teníamos que acudir a una cita de trabajo en la que seríamos los empleadores. Algo que, definitivamente, no me iba bien.
Subimos al coche, Harry cómo piloto y yo a su lado; su fiel copiloto.
Comenzó a conducir. Siempre me pareció una falta de respeto usar el celular mientras iba en compañía de alguien más, y sabiendo el camino de memoria, no había algo más interesante que ver el rostro del hombre a mi lado. Era un espectáculo el verle así, tan concentrado en el camino, ignorando por completo mi mirada de acosador, que simple no pude hacer otra cosa más que sonreír.

     —¿Puedo saber a qué se debe tanta atención hacia mí? —me pregunto sin quitar la vista del camino mientras pasaba un semáforo que recién había cambiado a verde. Sonreí aún más ante su pregunta.

     —Disculpa que te mire de esa forma, es solo que si lo pienso no hay nada ni nadie que se te compare —conteste, seguro de mi respuesta.

     —Claro que lo hay, Eggsy —dijo con un pequeño sonrojo en sus mejillas —. Siempre habrá alguien mejor.

     —Bueno, pues yo estoy ocupado viendo al mejor de todos. Te aseguro que si pudieras te enamorarías de ti —dije en forma de broma —. No hay palabras para describirte, Harry.

     Llegamos a la sastrería. Había una fila enorme de personas buscando un puesto en el lugar. Todos parecían tener pinta de saber cómo tomar medidas para hacer un buen traje. Todos tenían ese porte de caballero inglés, incluso las chicas que se encontraban en los candidatos. Me daba lástima el querer darles un puesto como chófer.
Entramos, dimos un saludo general que fue contestado por la mayoría de una forma bastante acogedora.
Seguimos nuestro camino hasta encontrarnos con Merlin, quien ya se había adelantado un poco con el trabajo.

     —Buen día, caballeros —nos saludo —. He entrevistado a por lo menos un tercio de los candidatos y no tengo ninguna opción que ofrecerles. Aunque cualquiera que llegue antes que ustedes suena perfecto.

     —Quiere que conozca a su mamá —comento Hart tratando de ganar algo de compasión para evitar que Merlin siguiera con el regaño —. Estoy nervioso, Merlin.

     —No le creas —interrumpí —, tardo bastante en estar listo.

     —No debes estar nervioso por conocer a la madre de tu pareja, Harry —le aconsejo —, y tú deberías tardar menos en estar listo. Ahora vayan a trabajar.

     Asentimos y fuimos a la oficina principal para hacer las entrevistas. No necesitábamos un sastre, simplemente necesitábamos a alguien con permiso para conducir que no permitiera que fuéramos atrapados.

     Realmente no podía concentrarme, no con Harry a mi lado. No estaba prestando atención a las respuestas de los candidatos que me tocaban, y solo quería ir con Hart para abrazarle y no soltarle. De alguna forma, siempre pensé que sus abrazos serían como tocar el cielo.

     —¿Sabes? Ahora que el amor ha llegado, agradezco a Dios que estoy vivo —comente cuando los candidatos de ambos salieron de la oficina para darle paso a los siguientes —. Eres demasiado bueno para ser verdad, Harry.

     —Tú lo eres, Eggsy —contesto sin voltear a verme.

     —Te amo, Harry —dude un poco, pero no podía retractarme —. Eso está bien ¿Cierto?

     —También te amo, Eggsy —contesto mientras entraban los siguientes a entrevistar —. Y no, no está mal decirlo si realmente lo sientes.





















Neta, mis respetos para las escritoras que pueden escribir cosas super cursis y dar diabetes en el final. Por más que quiera, por más que me inspire, no, no puedo. Y pido una disculpa por eso y por desaparecer tanto tiempo. Ya sé que siempre salgo con lo mismo y mejor ya le paró.
Tengo esto en los borradores desde el veintiséis de diciembre, así que... No podía JSJSJSJ.

La canción utilizada es «Can't take my eyes of you» de Frankie Valli. A mí me encanta con Sinatra, pero bueno :3.

Cómo siempre, gracias por leer. Espero que estén pasando estos días con tranquilidad, que ustedes sí puedan estar con sus personas favoritas y, más que nada que estén bien.

Nos leemos pronto:3

One-shots: Hartwin (Kingsman).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora