1. Una semana fatal

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¡Genial! ¡De puta madre! Como si no llevara una buena semana ahora encima va algún desgraciado y se hace con mi móvil. Lo ha apagado seguro, comunica... por quinta vez. De verdad creo que el universo se ha puesto de acuerdo con algún otro ente superior para llevarme de cabeza a la desgracia y, si esto sigue así, ¡al suicidio!

El lunes me dejó mi novia, Nerea, por un "chulo playa" que conoció en el bar de al lado de nuestro instituto. Creo que se llama Javier, pero como no conozco sus apellidos no puedo apuntarlo en mi death note... Da igual, tampoco iba a servir de nada aunque fuera la auténtica. Solo llevaba un mes saliendo con ella pero estaba muy pillado y ahora me hace esto. Vale, reconozco que soy un "friki" y que no tengo un cuerpo de revista... ¡Pero soy muy majo! Y tampoco estoy mal.... o eso creo.

Dos días más tarde mi padre me dice que su futura esposa, mi madrastra para resumir, se viene a vivir con nosotros junto al idiota de mi hermanastro, Brok. Vale que se van a casar y eso, ¿¡Pero no podían esperar a otra semana o qué!? Ella es muy maja, pero no puedo opinar lo mismo del imbécil de su hijo. Tiene 16 años, solo dos más que yo, y no se que derecho cree que tiene sobre mi para llamarme enano y ordenarme toda estupidez que le viene a la cabeza, además odio ese asqueroso olor a colonia barata que usa y que, al parecer, atrae a las chicas de forma misteriosa hacia él. Y ahora encima esto, desaparece mi móvil. Todos los mensajes, mis notas, mis fotos... Solo en pensar que alguien lo puede haber visto me muero de vergüenza. Es algo que nunca le dejo ver, tampoco hay mucha gente que quiera coger mi móvil, no era una maravilla que se diga y yo no hablo con casi nadie. Todos parecen llevar vidas paralelas a la mía, se dedican a llamarme friki, rarito, a meterse conmigo... Pero siempre me ha dado lo mismo que opinen de mi, ellos no tienen nada que comentar de mi vida, que se metan en lo suyo, tengo mis gustos y no voy a cambiarlos por adaptarme a nada. Me gusta ser raro, ser normal es algo aburrido. Adoro el anime, los mangas, odio hacer fútbol, ir a fiestas, salir por ahí y mi vida no se reduce a estar hora tras hora revisando notificaciones en algo llamado facebook: Libro de caras. Si, se inglés y me he detenido a pensar lo estúpido que es su nombre.

No se porqué pero ahora me he parado a pensar en Nerea, soy un flojo. No entiendo como me pongo a llorar sin más cada vez que pienso como ha acabado lo nuestro, me llevo las manos a la cara para comprobarlo. Si, esta mojada de nuevo. Cojo un pañuelo y me limpio las lágrimas, me cuesta ser "un hombre" cuando me pongo sentimental. Solo espero que no aparezca Brok por casa hasta muy tarde. Estoy muy agusto aquí solo, maldiciendo mi existencia. ¿Porqué no puede haber una sola buena persona en este planeta? ¿Tanto cuesta devolver un móvil ajeno? Seguramente quien quiera que lo haya "tomado prestado" ya debe tener uno.

De repente oigo sonar el teléfono fijo justo a mi lado y no puedo evitar sobresaltarme. ¿Será ella? Miro la pantallita, numero oculto. Dudo en descolgarlo, normalmente cuando llaman con numero oculto no es por nada bueno. Podría dejarlo sonar o desconectarlo, pero viendo como me esta yendo todo últimamente paso de ir con tonterías. Descuelgo el telefono y me lo acerco al oído como si fuera a morderme, al otro lado suena la voz de un chico aparentemente joven:

-Hola? Hay alguien?- Titubeo un poco antes de responder.

-Si, hay alguien. ¿Quién es?

-¿Eres Jason?

-Si, soy yo. ¿Quién eres? -Vuelvo a insistir, pero parece ignorarme-.

-He encontrado un móvil que creo que te pertenece -Se me ilumina el rostro, por fin algo bueno-.

-Si! es mio, lo he perdido hace unas horas.

-Bien, quiero que sepas que el movil me lo voy a quedar, pero no quiero para nada tu tarjeta sim, ni la tarjeta de memoria.-...Ya decia yo, que era imposible que me pasara algo bueno.

-¡Pero serás idiota! ¿¡Cómo puedes tener el morro de llamarme para decirme que te quedas con mi móvil!?- ¿Cómo puede haber gente así?

-Hey, sin faltar .Otro en mi lugar no se habría molestado ni en llamar para devolverte las tarjetas. Con todas esas fotos y notas autoreflexivas y cursis debes apreciarlas bastante.- No sé ni su nombre y le odio tanto que lo apuntaría en la death note-. Pero si no te interesa cuelgo y se acabó.

-Ni se te ocurra!

-Está bien, no hace falta que te alteres.- Cada frase consigue hacer que me caiga un poco peor; Nos vemos en el Champanillo, en la Illa. Sabrás donde esta, ¿no?

-Sé donde está, pero eres un ladrón, ¿cómo sé que no eres también un loco psicópata, o un pederasta?

- No lo sabes, pero quieres tus tarjetas, así que vendrás. Si no estás en media hora me voy y me olvido de tu cara para los restos. Hasta ahora, Jason.

-¡Espera!- Tarde, ha colgado. Da igual, pienso ir aunque sea solo por el gusto de verle la cara a ese idiota y podermelo imaginar muerto. No tengo intención de dejar que nadie más me manipule o me intimide. Tampoco tengo nada que perder. Si me matan o me secuestran sería de esperar, realmente tampoco me importaria, quizá hasta me hagan un favor.

FracturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora