4. "Al"

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Ya está, estamos a salvo. Dejo caer la cabeza en la pared del tobogán, y miro a ojos azules intentando recobrar todo el aire que me falta. Siento que el cuerpo se me esta convirtiendo en gelatina, pero cada uno de mis músculos está agarrotado. Entonces me fijo mejor en él y me paro a pensar que ha pasado:

-Umf... Espera un momento,... me, nff... ¡¿me estabas siguiendo?!

-Es inevitable seguir a alguien -Para un momento a recuperar el aire. -... cuando le oyes a la otra punta de la calle... gritando a todo pulmón y maldiciendo una puerta...- Me ha visto, ya no se que debe pensar de mi a estas alturas:

-Genial... añadamos acosador a tu lista...- Entonces nuestras miradas se cruzan y se hace un breve silencio. Sin motivo alguno comenzamos a reirnos, fruto de toda la tensión creada por nuestra huida y que ahora parece haberse esfumado de repente. No puedo parar, hasta estoy llorando, entonces veo que el se ha quedado mirándome, también con los ojos húmedos. Paro de reír e intento que mi respiración recupere su ritmo normal antes de hablar:

- Bueno, despues de todo estaría bien que me devolvieras ya el movil, ¿no crees?

-Te he salvado la vida ¿qué más necesitas? Deberías agradecermelo Jason.- Ya lo dejo estar, este chico es imposible.

- No es justo... tu te has leído todas mis notas, visto todas mis fotos, personales y anime, revisado un pedazo de mi vida de arriba a abajo... yo ni siquiera se tu nombre.

Me sonríe y me tiende la mano como si nos conocieramos de toda la vida. Este proyecto de ser humano cada vez me resulta más interesante, algo dentro de mí me dice que hasta podríamos llevarnos bien... si no fuera idiota, claro:

- Me llamo Damián, pero puedes llamarme Al si prefieres.- Le cojo la mano y me la estrecha con la misma energía con la que subió al tobogán, una inagotable y desbordante energía. Yo estoy hecho puré:

- Encantado Al, ¿pero Al de qué?

- Al de, ALomejor algún día te lo cuento si nos volvemos a ver.- Se desliza por el tobogán dejándome con las ganas, unas inexplicables ganas de saber algo más de él.

Bajo por el tobogán poco después y estoy a punto de chocar contra su espalda, me ayuda a levantarme y se ofrece a acompañarme a casa "para que no me vuelvan a atacar". Estamos en la otra punta del pueblo así que nos da tiempo a hablar de muchas cosas, intento preguntarle todo lo que me viene a la cabeza y descubro cosas realmente interesantes. Su grupo favorito es Skillet, adoro ese grupo, muchas de mis canciones favoritas son suyas. Descubro que ve anime y que hasta conoce a Vocaloid y, aunque sigo sin saber nada importante de su vida, siento que comenzamos a tener más cosas en común de las que esperaba en un principio:

-...yo tengo 14 años... ya lo sé, soy un canijo, supongo que tú serás mayor.

- Jeje, si te digo que tengo 17 te lo crees?

- Bueno, supongo que si.- Me mira un momento desde arriba y se ríe, haciéndome sentir un crío.

- Siempre cuela y no sé porque, jajaja. No, no llego ni a 16 aun. Pero hago deporte.- Me guiña un ojo, supongo que refiriéndose a mi baja forma física. El chico tiene un curioso sentido del humor, es cierto que si me paro a mirarle ni siquiera tiene un solo pelo en la cara, una cara fina y atractiva. Pero su altura y su actitud confunde bastante a la hora de pensar en eso. Charlamos de cosas sin importancia, nuestros gustos, canciones, estado sentimental, hasta llegó a mencionarle a Nerea... Nunca me había resultado tan sencillo hablar con alguien, desde luego él es distinto, por eso me sorprende cuando me dice que no tiene novia y que ni siquiera le interesa alguna chica. A todo esto saco la conclusión de que no solo es popular, sino que tiene detrás a medio instituto.

Llegamos hasta mi casa, llamo de nuevo a la puerta pero no contesta nadie todavía. Meto la llave en la cerradura pero esta ni se inmuta, es inútil. No puedo llamar a ninguno de mis amigos y tampoco pienso contactar con mi padre. Antes duermo en la calle a decirle que vuelva para desatrancar la dichosa puerta, mierda de suerte. Salgo al portal con la moral por los suelos, no puedo creer que me haya ganado una estúpida puerta, odio esa puerta por si no se ha notado:

-¿Sigue sin abrirse?- Damián todavía está aquí. Me extraña que aún no se haya marchado, ya debe de ser muy tarde.

-¿Tú no tienes hora para volver a casa?

- Bah, mi madre hace hoy el turno de noche así que no creo que me eche en falta.- Me sonríe y me siento a su lado. Por lo menos no estoy solo en esto, la parte preocupante es que la persona que me ha robado mi fuente de comunicación es quien me esta haciendo compañía.

Pasan unos minutos hasta que al final de la calle se oye un griterío impresionante, proveniente de una voz que conozco más de lo que me gustaría. Me asomo y efectivamente veo a Brock con tres de sus amigos o, como me gusta llamarlos, los estupidos que le besan el culo. Parece bastante animado y eso sólo quiere decir que ha estado bebiendo; no son ni la 12 y ya está borracho. Su madre es bastante ingenua,a estas alturas todavía piensa que su hijo es un angelito; aunque eso demuestra porque se ha comprometido con mi padre. Llega hasta mí con los tres "besaculos" detrás armando follón:

-¡Hey enano!¿Porque no contestas al teléfono cuando te llamo?- Voy a responder pero no me da tiempo.- Bueno me la suda, voy a salir por ahí así que estaré la noche fuera. Tu veras lo que comes, pero no te pases.

Mira a Al y le saluda con la cabeza, él se lo devuelve con un gesto de mano. Se me acerca un momento:

-No te juntes mucho con ese, no es el tipo de gente con que te sueles relacionar. Me extraña que esté con alguien que no tenga tetas. Bueno, adios.- Veo como se alejan retomando su tono de voz original y riéndose como locos. Algo me dice que conoce a Al...

- Y se fue por donde ha venido. ¿Él es tu hermanastro? Pobre, te compadezco.

- Si... yo también me compadezco. ¿De qué le conoces?

- Iba a atletismo conmigo, es realmente muy molesto. Con tíos así es mejor juntarse con las chicas. Ellas son más agradables.

Por un momento se hace un silencio entre los dos, no uno de esos incómodos sino el de dos personas que parecen conocerse desde siempre y no necesitan hablar para llenar el vacío. Se gira hacia mi y me mira con expresion dudosa, dándome a entender que va a proponer algo estúpido:

-¿Y si vienes a dormir a mi casa?

No se si me sorprendo mas yo o él cuando, apenas sin pensarlo, acepto.

FracturaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora