𝗔𝗧𝗧𝗘𝗡𝗧𝗜𝗢𝗡 | capitulo seis

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Freddy se miraba en un espejo atento a cada parte de su cuerpo, más en específico a su abdomen

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Freddy se miraba en un espejo atento a cada parte de su cuerpo, más en específico a su abdomen. Había pasado un gran tiempo desde la última vez que se vio en un espejo de cuerpo completo y digamos que no era lo mejor que podía hacer en esos momentos. Se miraba por minutos, tratando de entender que es lo que estaba mal en él. Sosteniendo la camisa larga que era de Chip hasta su pecho, y pasando su manita sobre su abdomen.

Freddy tenía un abdomen plano sin ningún músculo debido a su bajo peso. Era muy delgado, frágil y ligero, sin embargo, el gran problema alimenticio de Freddy le hacía ver cosas que no eran en su cuerpo. ¿Por qué se veía tan diferente a lo que la gente ve de él? Mirando sus piernas ahora cubiertas con un pantalón calientito debido al frío que estaba haciendo en esa temporada de lluvias.

Analizando cada parte de su cuerpo, incluso sus manos, llegó a la conclusión de que se veía gordo.

—Chip.

Llamó al mexicano quien había entrado a la habitación.
—Dime, corazón.

—¿Tu crees que estoy gordo?—le preguntó de repente sin dejar de verse en el espejo. Se volteó, viendo a su novio ahora quien solo se quedó callado por la confusión que le causó aquella pregunta.—se sincero, por favor.

—Mi amor, claro que no lo estás, ¿No te estás viendo al espejo? Eres delgado.—le respondió, acercándose a la cama para sentarse ahí y ver a Freddy.—debería de prohibir los espejos en la casa.

—¿Por qué? Solo te estaba preguntando por curiosidad.

—Freddy, nadie pregunta eso por curiosidad. Mira, tus muslos son tan delgados que podría agarrarlos con una mano.—le mostró al decirlo, colocando su gran mano sobre el pequeño y delgado muslo del menor.

Freddy le golpeó la mano, molesto.
—Eso es porque tus manos son enormes a comparación de mi cuerpo, tontito.—le dijo en tono de burla pero al mismo tiempo con una sonrisa. Chip le devolvió la sonrisa, agarrándolo de la cintura para acercarlo a él. Freddy mantenía sus brazos cruzados, mirando a su novio.

—¿Ves? Hasta tu cintura es pequeña.—le mostró lo bien que cabían sus manos en su cintura.—todo tu cuerpo es pequeño, mi amor, y así es lindo... Incluso si subes de peso, corazón, tu cuerpo será siempre precioso, ¿de acuerdo?

Freddy no creía eso, pero solo lo aceptó. Chip le dió un beso en los labios antes de abrazarlo. Él entendía bien el porqué Freddy preguntaba eso más no quería que el menor supiera también. Llevaba un tiempo desde la última vez en la que Freddy fue internado por anorexia, no iba a dejar que vuelva a caer en eso, iba a hacer todo lo posible para ayudarlo. Siendo el primer paso para eso, llevarlo a terapia, psicólogos, psiquiatras incluso para ayudarlo.
El menor había estado pensando en sus sesiones de terapia y no quería ir. Ese mismo día tenía una, así que Chip iba a llevarlo.

—Anda, vistete para que pueda llevarte al psicólogo.—avisó, levantándose para poder salir de la habitación y que así Freddy se vista más cómodo. Freddy solo asintió, cambiándose la ropa apenas la puerta fue cerrada. A pesar del tiempo que tenían juntos había veces en las que Freddy le pedía a Chip que salga de la habitación para cambiarse.

Después de unos minutos, Freddy salió de la habitación listo para ir. Cómo siempre traía varía ropa puesta porque no le gustaba que se le viera tanto el cuerpo y además porque había frío. Freddy sentía el frío más que otros debido a su peso, por lo que era importante mantenerlo calientito y cómodo en varias ropas.

La ida al psicólogo fue calmada, Freddy entró como de costumbre, Chip esperando fuera sentado. El Fazbear se sentó después de saludar a la agradable mujer que era su psicóloga, acomodandose en aquel sillón para comenzar a hablar sobre lo que había pasado en la semana.

—¿Cómo has estado, Freddy?— le preguntó la mujer al sentarse también para comenzar con la sesión.— ¿Algún problema del que me quieras hablar? Conflicto de pareja o contigo mismo.

—Mmh. He estado tranquilo, o al menos eso creo.—hablo, jugando con su abrigo y mirando hacia abajo.— solo... Al parecer las pastillas que me recetaron hicieron que me olvide que mi esposo se había ido al trabajo y me desperté desesperado.— explicó nervioso.

—Entiendo. Veremos eso al finalizar la sesión para que te receten unas nuevas, sabes que no es sencillo encontrar la medicación adecuada.— explicó, apuntando aquel dato en la libreta.—¿Qué sentiste cuando despertaste?

—Miedo.—respondió.

—¿Miedo de..?

Freddy se quedó pensando.—d-de que me haya dejado. Me dió miedo de que me haya abandonado por lo que paso esa noche del accidente. No me gusta quedarme solo, siempre siento la necesidad de tenerlo conmigo.

—¿Tu esposo trabaja hasta tarde?

Asintió.
—Mmh. Él se va a las doce de la noche y regresa a las tres o cuatro.—respondió.—yo le dije que no es necesario que trabaje, que podía quedarse en casa o ayudarme en la empresa, pero parece no querer aceptar la propuesta. No quiero que esté fuera a esas horas de la noche, algo podría pasarle.— cruzó sus brazos, molesto de recordar que le había negado renunciar a su trabajo.

Freddy quería a Chip con él todo el tiempo, pero obviamente era imposible. Chip no podía estar todo el día con él, tenía responsabilidades también; su trabajo, su familia y amigos, tenía cosas que hacer además de estar con su esposo. Freddy no llegaba a entender eso, ¿Qué era más importante que él?

—¿Quieres a tu esposo todo el día a tu lado?

—Mmh. Es lo mejor, así me aseguro de que esté bien.—sonrió.

Freddy tenía serios problemas de apego y un fuerte miedo al abandono debido a traumas del pasado; que su padre lo haya abandonado cuando era pequeño, los múltiples engaños de su ex pareja y que lo hayan amenazado con abandonarlo muchísimas veces por parte de su otro ex novio.
Todo eso se junto en una sola relación, y era la que tenía con Chip.

Chip entendía que Freddy tenga miedo, al principio lo dejaba pasar de alguna manera, después comenzó a ser constante y más insistente hasta el punto dónde el menor se llegaba a enojar de tal manera que intentaba pegarle. Chip en ningún momento lo permitió, siempre le agarraba de las manos para calmarlo, y aunque le molestaba no llegaba a alzarle la voz... Hasta esa noche que ocurrió el incidente.

—¿No has pensando en lo que tu esposo piensa de eso?

—Uhm...— se quedó pensando, negando después. Era cierto, nunca pensó en lo que Chip sentía en esos momentos y estaba mal. Debía de hablar con él.— ¿Debería de... Comunicarme mejor con él?

—Es lo mejor. Incluso podrían ir a terapia de parejas para mejor la comunicación entre ambos.

Freddy asintió, entendiendo el punto. La verdad es que la terapia para él solo era lo suficientemente aterradora cómo para tener otras junto con Chip, contarles sus problemas de pareja a una terapeuta no era mucho del agrado de Freddy, sin embargo; haría todo para que su relación mejore.

𝐀𝐓𝐓𝐄𝐍𝐓𝐈𝐎𝐍 | frechipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora