Capítulo XI

144 4 0
                                    

Al día siguiente Noah se despertó casi como cualquier día, se alisto como siempre para ir a pasar clases al colegio, Antonio fue a recogerle para llevarle al colegio, y Noah bajo a la cocina como cada día para tomar desayuno, pero algo era diferente a cada día…Noah no podía quitar de su cabeza a su querida Anabel.
Noah estaba levantándose de la mesa y vio a Fernando a entrar y este le dijo a Noah:
-Suerte hoy hermano…
-Gracias Fer…suerte a ti también…-dijo Noah levantando su mochila del suelo.
Noah salió y se despidió de Daniel y Steve con un grito de “adiós”, aunque no les vio esa mañana.
En el camino al colegio Antonio y Noah no hablaron mucho, hablaron de cosas como ser el examen de alguna materia que tenían esa semana, pero Antonio nunca pregunto sobre lo que paso con Anabel la anterior noche.
Al llegar al colegio ambos fueron a clases sin decir nada, pasaron los periodos y Noah no podía concentrarse…se seguía preguntando a sí mismo: “¿Por qué tuvo que huir? ¿Y de quién?”.
-Señor Fourneir por favor, ¿podría volver al planeta tierra?, el tema del que voy a hablarles entrara al examen- dijo el profesor de Historia, Gabriel Bustillo, el profesor Bustillo era su profesor de historia de Noah ya hace dos o tres años, era un profesor…”peculiar”…era un profesor diferente, debido a que este profesor estaba obsesionado con las organizaciones secretas y conspiraciones, y casi siempre le habla a su clase de esto, y ese día no era la excepción, pero para Noah el tema del que hablaría, le llego a interesar mucho.
-El tema de que les voy a hablar es de unos caballeros….pero no de cualquier caballeros, estos caballeros fueron conocidos por su agilidad, por su destreza, por su habilidad en batalla, por ser estrategas natos, por la buena organización que tenían, por crear la banca…estos caballeros son “La Orden de los pobres caballeros de Cristo y el templo de Salomón”, o como se les conoce “Los Caballeros Templarios”-dijo Bustillo sacando marcadores de su maletín.
El profesor bustillo agarro el marcador rojo que tenía y dibujo una gran cruz en la pizarra.
Noah todavía se encontraba distraído mirando la ventana pero luego dirigió la mirada a la pizarra y su cara cambio, estaba sorprendido, era la cruz que vio en sueños, en el templo y en el escudo de los hombres de armadura en el anillo de Daniel.
-Esta, es la cruz templaría-dijo Bustillo mientras pintaba la cruz de rojo- sus colores eran el negro, el blanco y obviamente el rojo.
Noah empezó a recordar a un hombre con chaqueta de cuero negra y en los hombros tenia cruces blancas.
-Los Templarios además eran grandes guerreros, en la Cruzadas lo demostraron-dijo Bustillo dibujando una gran espada con la cruz en el mango y detalles extraños.
Noah empezó a recordar todo lo que le había pasado esa noche que supuestamente se “desmayo por el dolor”, pero no simplemente recordó, sino prácticamente empezó a vivirlo, lo de la vagoneta, los hombres de traje, el hombre que le salvo, y se acordó de la espada, de todo.
Empezó a tocar el timbre lo cual le trajo a la realidad a Noah.
-Bueno, estaremos hablando estos días de los Templarios, en la actualidad existen más de 32 organizaciones que dicen que son los herederos de los templarios, pero algunos son falsos, pero uno puede ser verdadero…bueno, nos vemos mañana jóvenes, y señor Fourneir, preste atención-dijo Bustillo.
Noah salió corriendo afuera, y empezó a preguntarse “¡¿porque le habrán ocultado todo eso?¡”.
-¡Noah!-dijo Antonio mientras se acercaba a Noah-¿Qué paso amigo?, saliste corriendo de la clase.
-¡Tenias razón!-dijo Noah algo nervioso.
-¡Qué bien!... ¿y sobre qué?-dijo confundido Antonio por el modo de actuar de Noah.
-¡Lo que me desmayé, no es verdad!-dijo Noah.
-¿Entonces qué paso amigo?-pregunto Antonio.
Noah le conto todo lo que le paso a Antonio.
-Eh… ¿estas tomando algo hermano? , porque me estas empezando a asustar-dijo Antonio con miedo.
-¡No!, ¡es verdad!, siento que los templarios tienen conexión con todo lo que me paso-dijo Noah.
-Mm…te voy a llevar a casa, creo que te está volviendo a molestar la cabeza-dijo Antonio dirigiéndose hacia su auto.
-Gracias…amigo-dijo Noah triste de que su amigo de toda la vida no le creyera.
Camino a casa de Noah Antonio miraba extrañado a Noah por todo lo que le habría contado, “¿será verdad?”, se preguntaba Antonio, y si no, ¿porque le mentiría su mejor amigo del alma?
-Ya llegamos…-dijo Antonio
-Gracias…nos vemos mañana-dijo Noah tristemente.
Noah se ha estado comportando extraño, se dijo así mismo Antonio, ¿será por todo eso que me conto?, pero dudo que sea verdad, parece una historia inventada por el mismo…lo siento amigo…pero no te creo.
Antonio llego a su casa y se fue directo a su cuarto ya que sus padres siempre se encontraban ocupados por el trabajo, al llegar a su cuarto se fue directo a echar en la cama y empezó a pensar mientras miraba al techo…..entonces recordó lo que dijo el profesor de Historia: “muchos grupos se dicen que son descendientes, pero solo uno es real”; Antonio sin perder tiempo empezó a investigar en su computadora.
Noah llego a su casa, y se quedó un momento en la puerta, ¿Cómo su mejor amigo no lo puede creer?, ¿Dónde está Anabel?, ¿Por qué su hermano le mintió sobre lo que paso esa noche?
Noah se quedó pensando mientras miraba el hermoso cielo estrellado que acompañaba su incertidumbre. Noah decidió entrar para subir a su cama y descansar, ya que mañana no habría clases.
Noah entro, y vio en su sala sentados a Fernando, Steve, Daniel y un señor algo ya mayor, el hombre vestía un traje blanco, con una corbata con forma de la cruz de sus sueños, y encima de su terno tenía algo parecido a una capa de color blanco, parecía que habían estado esperándole.
-Hola Noah Fourneir, mi nombre es Salomón Godoy, y te vengo a llevar a un lugar seguro-dijo el hombre.

Los Del TempleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora