Capítulo XVIII

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Entonces el ataque comenzó, la épica batalla inicio con la destrucción de la puerta principal, y por ahí, entro el ejército de Abaddon al monasterio, pero adentro, los templarios los esperaban, y ambos ejércitos chocaron, el bien contra el mal.
André se encontraba en su habitación cuando escucho la campana y se alisto rápidamente para la batalla, pero antes de lograr alcanzar su espada, tres hombres de Abaddon entraron por la ventana, dos estaban armados con armas de fuego, y otro con una espada, André entonces se lanzo al suelo justo en el momento que los hombres de Abaddon empezaron a disparar, André se arrastro hasta la guitarra de Noah y la lanzo a los hombres de Abaddon con armas de fuego, haciéndoles caer, el otro con espada se dirigió corriendo hacia André para poderle matar, pero André esquivo rápidamente, luego le lanzo un puñete al hombre de Abaddon pudiéndole hacer caer y luego levanto su espada y lo partió a la mitad, mientras que los otros hombres armados con armas de fuego empezaron a disparar una bala le rozo el brazo a André pero aun así André alcanzo a lanzar la espada así uno de estos atravesándole luego corrió saco la espada y la clavo en la cabeza del otro, luego busco su espada y salió a combatir junto con sus hermanos.
Al salir vio la épica batalla que se libraba afuera, los templarios estaban armados con escudo y con espadas, o simplemente con espada, mientras que algunos demonios estaban armados con armas de fuego, espadas y armas contundentes.
Salomón luchaba con los demonios con su espada sagrada, y se preguntaba: “¿Como encontraron el monasterio?”, entonces vio entrar a un hombre con gafas, y supo cómo.
Mientras tanto en la biblioteca, Steve, Daniel y Fernando luchaban fervorosamente contra los demonios.
-¿Huelen eso?-pregunto Steve.
-¿Qué?, ¿el olor a sangre de demonio?-respondió Daniel.
-No, es algo extraño, a quemado-dijo Steve.
-¡Es la biblioteca!-dijo Fernando.
-Al parecer estos demonios son pirómanos-dijo Steve.
-Malditos demonios, acabemos con los de aquí y salgamos de aquí-dijo Daniel.
-Otra vez tenemos que escapar de un incendio, que suerte la que tenemos-dijo Steve.
-Todos los libros hechos cenizas…odio a estos demonios-dijo Fernando antes de salir con Steve y Daniel de la biblioteca.
Noah llego y se sorprendió ver todo lo que ocurría en el monasterio.
-¿Qué está pasando aquí?-pregunto Ana asustada.-Creo que los hombres de Abaddon descubrieron donde se encontraba el monasterio, y vinieron donde el arca.
-¿Pero porque necesitan la arca?-pregunto Anabel.
-Para poder traer a Abaddon y que este libere a Satanás-dijo Noah-Te llevare a un lugar seguro.
Noah entro en la motocicleta al monasterio matando a todo demonio que se le interpusiera en su camino.
Mientras tanto Salomón se dirigía rápidamente al pabellón del fondo para evitar la victoria del ejército de Abaddon.
Pero al llegar ahí vio que la puerta estaba abierta y cuando bajo por las escaleras se sorprendió de ver al hombre con gafas junto a otro hombre que tenía un bigote castaño y pelo castaño.
-Stephan Dorminic-dijo Salomón al ver al hombre con gafas-sabia que vendrías tarde o temprano por el arca, pero no la obtendrás.
-Pobre Salomón, cree que podrá evitar lo inevitable, oh!, Maestre, lo siento, pero no podrás evitarlo-dijo el hombre con gafas.
-El ejército de Abaddon no podrá acabar con los templarios, tú más que nadie lo sabe-dijo Salomón.
-¿Quién dice que pienso acabar con los templarios?, solo pienso dejarles una gran herida que no les permita recuperar por un largo tiempo, permitiéndome traer a Abaddon y liberar a Satanás.
-¡No te lo permitiré!-grito Salomón mientras sacaba su espada.
-Jajaja ¿la espada del Maestre?-dijo Dorminic mientras sacaba una espada negra con plomo y un pentagrama en el mango-yo tengo una parecida.
-¿Un regalo de tu Amo?-dijo Salomón.
-¡El no es mi amo, es mi socio!-dijo Dorminic mientras corría a atacarle a Salomón.
Mientras tanto Noah le llevaba a Anabel abriéndose camino en su motocicleta, entonces Noah le llevo a Anabel a un jardín secreto, un jardín con hermosas luces, y que hacían brillar las flores y el pequeño estanque que había ahí.
-Anabel, quédate aquí, tengo que ir a defender el arca-dijo Noah a Anabel.
-¡NO!, si vas es posible que no vuelvas-dijo Anabel agarrándole del brazo.
-Lo siento Ana, pero esta es mi familia, y esta mi misión, así que tengo que hacerlo-dijo Noah.
-Está bien…pero prométeme que volverás…por mi-dijo Anabel.
-Claro, volveré por ti Ana-dijo Noah.
Noah la jalo del brazo y le dio un beso apasionado, que se lo guardaba desde el primer día que le vio entrar al aula, desde que la conoció, desde que supo que era su chica amada.
-Te amo Ana, y volveré-dijo Noah antes de irse a la batalla.

Los Del TempleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora