Capítulo I

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-Disculpe profesora es que estos días ando un poco cansado – se disculpaba Noah con un tono de desgano- y sin razón.

No fue otra cosa que el timbre de salida lo que termino la discusión entre maestra y estudiante.

Noah Fourneir, quien era un estudiante que cursaba el último año de colegio, algo introvertido pero a la vez extrovertido, un poco flojo, pero aventurero y con sed a lo desconocido, era un simple chico con el sueño de salir profesional médico y viajar por el mundo, conocer este ancho y  hermoso mundo, estaba teniendo últimamente unas pesadillas, las cuales le ponían una y otra vez en el mismo lugar, una Francia del Siglo XIV, con unos hombres de armadura y de blanco y cruces rojas en el pecho, a su alrededor, pero el pobre estudiante no sabía porque cada noche era transportado a ese lugar, el cual parecía tan real.

-¿Tuviste el mismo sueño?-le preguntaba su mejor amigo, Antonio Biondini, despertándole de sus pensamientos a su joven amigo Noah- eso ya es extraño…

Antonio Biondini, de raíces Italianas, el cual siempre vestía una elegante camisa y unos mocasines, al igual que Noah con sed de aventura pero un poco más serio y distraído, Biondini había sido mejor amigo de Noah desde pequeños, cuando ambos asistían al mismo jardín de niños se conocieron y se hicieron amigos, hasta fue con el incluso a las mismas clases de francés que le obligaban a ir a Noah por sus raíces francesas, Biondini, que sus padres viajaban seguido a Europa debido a que sus abuelos paternos vivían allá, sabía que los sueños de Noah ocurrían en Francia ya que estuvo unas cuantas veces allá.

-Ehh…perdón por interrumpirlos-decía una joven chica, era Anabel Rodríguez, una jovencita compañera de Noah y Antonio, algo callada y distanciada, pero gentil y amable- disculpen por molestar, ¿pero escuche que tienes unas pesadillas extrañas?

 -Si-respondía Noah algo asombrado por la osadía de su compañera con la que nunca paso su charla de un “Hola buenas tardes” – ¿y que hacia escuchando nuestra charla?-pregunto Noah con una sonrisa en cara-¿si fuera paranoico creería que me estas espiando?

-Ehh…no…no fue así… - respondió Ana algo sonrojada, por el comentario anterior de Noah-Solo que la curiosidad es una virtud mía- complementaba Ana con una sonrisa, coqueteando a Noah.

-¿Virtud o defecto linda?-dijo Noah con una sonrisa y no quitando la mirada de los ojos miel y hermosos de Ana.

-Depende de qué lado lo veas…-dijo Ana sonrojada.

-Perdón por interrumpir su tierna charla, pero  ¿no nos tenías que decir algo?-dijo Antonio sonriendo e interrumpiendo a Ana y Noah.

-Ah, perdón, me olvidaba, si tuviste esa pesadilla por mucho tiempo debe tener una razón-dijo Ana-bueno, ¿te parece que nos veamos en la tarde en el Cine?...ya sabes…para explicarte todo sobre tu sueño…                                                                                                                                                

-Está bien-respondió Noah con una sonrisa en la cara y guiñando el ojo derecho en forma de coqueteo-entonces es una cita.

-Ehh…si…claro…algo así-respondió Ana con una sonrisa- bueno,  ya me tengo que ir así que nos vemos en el cine-dijo Ana mandando un beso desde lejos a Noah.

Noah se quedó mirando la puerta con los ojos con los cuales un niño observa con ilusión a la primera chica por la cual gusta, y piensa en declararle todo su amor pero siente al mismo tiempo una temeridad que lo deja mudo.

-Noah!, ¿no te pareció extraño el modo de actuar de Ana?-dijo Antonio despertándole a Noah de su nube en la cual se encontraba por Ana.

-No…-respondió Noah todavía distraído-ella siempre es así…de perfecta-termino diciendo Noah con una sonrisa embobada.

-Ah…por poco me olvidaba que te gusta Ana-dijo Antonio-pero eso es lo extraño-continuo Antonio-…ella ni siquiera te hablaba!-dijo Antonio riendo.

-Gracias por eso!-dijo Noah molesto-si no me hablaba es porque es un poco tímida…

-Mm…está bien Noah…pero solo te digo que tengas precaución…-dijo Antonio.

Luego de esto Antonio se fue y dejo solo a Noah.

Ese día como todos los demás Noah volvió a su casa a pie, Noah a corta edad quedo huérfano, su padre tuvo un accidente en Francia, y su madre desapareció en un viaje, dejándole solo a él y a su hermano mayor en esta loca y caótico carrusel al cual llamamos vida; los padres de Noah tenían una pequeña fortuna acumulada debido a los negocios que hizo su padre Robert antes de fallecer, debido a esto Noah y su hermano Fernando Fournier heredaron una enorme casa y un buen dineral.

  Noah al llegar a su casa noto algo extraño, todo estaba desordenado…claro, más de lo habitual, ya que Noah y su hermano Fernando eran desordenados, pero esta vez Noah vio que todo estaba como si hubiera habido una pelea…Noah vio en el suelo unos papeles rotos y cuando estaba a punto de levantarlos, su hermano entro y le dijo:

-Noah! Llegaste temprano!-dijo Fernando que tenía una rasgadura en su polera a rayas.

-Sí, otra vez te olvidaste de irme a recoger al colegio-dijo Noah algo triste pero no sorprendido.

-Si…perdóname hermano, es que surgieron unos problemas y no pude ir…además la antigua moto de papá sigue mal- dijo Fernando sonriendo y frotándose la cabeza.

-Bueno, no importa Fer-dijo con cariño Noah a su hermano-me encontrare en el cine con una chica, me voy a ir a alistar.

-Ohhh…muy bien hermanito, te deseo suerte, te vas a cuidar mucho y no vas estar hasta tarde afuera…-le dijo Fernando a Noah algo preocupado.                                                                                     

Noah subió a alistarse, sin saber lo que le podría esperar, en esa su salida al encuentra de la chica que le gusta.

Los Del TempleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora