Tsunayoshi siempre tenía esa sonrisa amable y cálida que había ganado muchos admiradores, y ellos mismos siendo Tsunderes fueron sus matones.
Aunque Mochida Kensuke siempre regresaba después de golpearlo para ayudarle con sus heridas.
Y el estaba agradecido por ello, diseñó una sonrisa única y especial para él.
Sus sonrisas nunca cayeron hasta ese día.
La llegada de Reborn.
Su sonrisa flaqueó al verle allí en la puerta, su pecho tenía un sentimiento extraño que le quería hacer llorar, su cabeza dolía a horrores por verlo, algo quería salir de el pero también había otra cosa que lo impedía.
Nana, detrás de él decía que el chico sería su tutor.
—Ciao, Dame-Tsuna.
—Mamá... ¿Es Mágico?— la magia fue algo en lo que estaba metido hasta el cuello, Nana proveniente en línea directa del anterior Emperador no interesada en el trono pero con mucha influencia en el mundo mágico japonés, él mismo está siendo educado en casa siguiendo sus tradiciones.
—No Tsu-kun, pero tiene permiso de mi Sobrino— el actual Emperador, Tsuna pensó.
—V-vale.
Tsuna asintió.
Entonces cuando recibió su primera bala, su cuerpo recordó, el algo que lo retenía comenzaba a romperse.
Poco a poco.
Poco a poco.
Hasta que la batalla con Mukuro fue una definitiva, el sello de Nono se rompió pero sus memorias necesitaban un insitivo para poder tenerlas de vuelta.
Reborn había notado sus movimientos más coordinados, algunos gestos que eran dolorosamente familiares.
Todos habían notado los cambios lentos que se asentaban con fuerza con el tiempo.
Luego sucedió ello.
Aquella mujer de cabello rubio pálido, ojos perdidos y ese tono de voz soñador.
—¿Tsuna?/¿Juudaime?
Fue como una avalancha de recuerdos que le querían hacer desmayar, toda una vida pasó a su mente, y solo su voluntad no lo dejó caer.
—Piccola Figlia Luna. Sei diventato bella e forte—se acercó tambaleante alejándose de sus amigos guardianes.
Luna sonrió con lágrimas, su magia invitaba a unirse a la suya misma.
—Su majestad.
—Piccola, sigo siendo yo.
—Tu madre es la Tía del actual Emperador.
—Lo sé— a pesar de ser mucho más bajo que ella, acunó su rostro lagrimoso —Gracias por regresarme.
Y con la vista nublada se había desmayado.
Pero un gran carga fue quitada de sus hombros.
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By: Lizisi
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Siempre serás un Cielo.
Fanfiction«No importan cuántas vidas pasen, siempre tendrás esa sonrisa cálida cual basto cielo» •••