✡ Un Despertar ✡

61 5 1
                                    

Darenn Purps

Tuer Brouillard

Lunes 16 de Marzo de 2018

18.06 pm

Barrio Box

Cada persona crea su destino, preceptúa su futuro y decide si superar, borrar o regresar su pasado, de allí ella es consiente de saber perfectamente si eligió para bien o para mal. Más allá, no tiene derecho alguno de culpar a nadie por sus decisiones.

Precisamente en mi caso, aún no tengo idea sí la decisión que me llevé a tomar es de agrado o lo contrarío. No obstante, me aseguro que gracias a ésta determinación averiguaré la verdad de seres ilusorios que aparecen y desaparecen, pero desgraciadamente justo en mí vida vienen a hacer tanto daño.

La pintura desgastada volcada, la basura desparramada en la vereda y lo desastroso que se ve el techo y cuneta, demuestra que es una casa abandonada, sin embargo, el profesor Roosevelt sigue son su bascosa sonrisa, quizá tragándose este vil engaño.

- Es... añeja. - comenta. - Me gusta.

Su opinión es totalmente estúpida, ¿A quien le gustaría una casa sucia? Aún así, en este pueblo si te fías de alguien, aunque sea lo más cercano posible, serás dado por muerto.

- ¿Desea pasar?

Le invito, aún sabiendo que tengo la horrible posibilidad de negar mi propuesta. Pero, sin embargo, aunque acepte me veré envuelto en los fantasmas de mi pasado, corrompiendo y desechando por completo todo lo que tuve que llegar a hacer por superarlo, quedando como desagradecido frente a mi madre y a Hart por toda su ayuda y preocupación que me ofrecieron y brindaron.

Más allá de todo, sabiendo claramente los problemas que conllevará todo lo que ahora mismo estoy haciendo, sé bien que es lo correcto, quizá sea la única manera de acabar de una buena vez por todas con estas misteriosas y aterradoras personas.

Observa unos últimos segundos más mi antigua casa para así mover su cabeza de arriba a abajo, aceptando mi invitación.

Como siempre, y todavía sabiendo que la llave se esconde en ese sitio, voy en busca de ella; arriba del techo, pues ahora mismo me encuentro sorprendido que el viento no la llevase consigo, quizá porque esperaba ansiosa mi llegada para encontrar la verdad.

Antes de abrir la puerta negra que separa dos infiernos, respiro profundamente, preparándome para lo que vendrá.

Abro despacio, con temor, decayendo en cada fugaz pensamiento deprimente que recorre mi mente, seguidamente, mi cuerpo dejándose llevar por el miedo de lo que llegará a suceder, hasta el punto de temblar. Quizá, comenzando a tener un pequeño tis nervioso, pero gracias a la interrupción con el suspiro desesperante del profesor Roosevelt, salí rápidamente de éste pequeño trance, consiguientemente abriendo rápidamente la puerta, dejando a mí vista los rancios muebles que con mamá decidimos dejarlos para así poder superar más fácil lo que ocurrió en cada sector de ellos.

- Pase.

Le invito haciéndome a un lado. Para que pueda acceder, y seguidamente yo, cerrando por completo la oscura puerta. Tras eso, quedándome unos largos y pesados segundos apoyando la cabeza sobre ella, negándome a girarme para no volver a observar éste pavoroso salón, mientras mi nariz aspira ese fuerte olor a tierra, mezclado con un suave aroma a cereza; el perfume favorito de mamá, pero lo tuvo que cambiar por mí.

Tomándome de valor, tras recordar el por qué estoy aquí, me giro por sobre mis talones, demostrando a todo mi pasado que soy fuerte, que pude cargar y superar todo el daño que me causó y lo chico que queda venir a está casa.

Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora