Demonio

✡ Lilim Rhodes ✡

Darenn Purps

Tuer Brouillard

Martes 17 de Marzo de 2018

07.01 am

Escuela Secundaria Brouillard

Lilim Rhodes, más conocida como la mejor asesina adolescente que puede existir en éste maligno y perverso pueblo, fue una de mis mejores compañeras de la infancia que pude tener, pero, gracia a su sobresaliente talento, nuestra sincera y retorcida amistad tuvo que dar a su fin.

Aún recuerdo las veces que me obligó a asesinar animales indefensos, según ella era la mejor forma y práctica para comenzar a ser alguien eminente ante todos. Precisamente, mi gratitud y las ganas de que mis manos se manchen de sangre, no eran de animales, si no, de humanos. Yo no quería olfatear el miedo de esas criaturas, no quería observar, ni mucho menos relajarme con cuyas caras de terror. Jamás en mi vida me gustó cazar a esas alimañas, inclusive, deje de comer carne porque la culpa de matarlo sin haber causado problema alguno me perseguía cada noche al cerrar los ojos para poder descansar.

Está magnífica y destacada joven, sabe con totalidad los movimientos, técnicas, juegos y pensamientos de cada débil persona. No obstante, si la persona llega a ser más ingeniosa, podrá mover con total facilidad las piezas sin perder, y para hacer eso no hace falta ser inteligente, sino, observar como el oponente mueve y prolonga sus movimientos.

Me acerco con algarabía a su pequeño grupo, suscitando que todas la atención caigan en mí, pero, mi mirada solo se centra en la joven muchacha, arropada con su típico conjunto engomado de color negro.

- Ohh no me digan que el demonio regresó. -dijo juguetona. - Se te extrañaba verte por aquí.

Obviamente se refería cerca de su grupo, pues, claramente siempre socorria o me mantenía mayormente alejado de ellos, no quería me que vieran o me dirijieran palabra alguna, ya que estaba cegado con superar todo aquello que tenga que ver con mi pasado. Y en eso, estaban ellos.

- Creí que extrañabas a tu viejo amigo, Lilu. - Sonreí de lado, mientras me unía a su ronda.

- Vamos Demonio, obvio que te extrañé. - confesó levantándose de la mesa en la cual estaba sentada, para así acercarse a mí. Sus ojos negros brillaron como un lucero, y dijo con todas las esperanzas intactas la pregunta que esperaba ansioso escuchar. - ¿Volverás?

¿Volveré? Obvio que lo haré. Mis fosas nasales necesitan oler el miedo, el terror, el dolor y el arrepentimiento de cada humano. Necesito ver los rostros de las personas llorando y sufriendo, mientras me suplican que no los mate, mientras emiten gritos pidiendo ayuda, o simplemente aullidos de dolor. Mis órganos necesitan descargar esta venganza que yace desde que mi padre murió. Necesito sangre.

- Sabes bien lo sediento que estoy.

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- Darenn, ¿Qué hiciste? - articuló molesto Hart levantándose de su pequeño sillón giratorio.

- No es obvio. - amoneste.

Su mirada de reprendimiento se posicionó en mí, sabía que no era el mismo de hace unos días, por ello ahora actuaba con dureza, de la misma forma que yo lo hacía. Según él, era una de las mejores formas para hacerme entender que lo que hice y hago esta completamente mal. Sin embargo, ignora que cuando un demonio despierta nuevamente, y precisamente en busca de hallar la verdad y consumir la venganza, no se detiene hasta conseguirlo, y algunas veces llegando a cautivarse con las quejumbrosas acciones que hacen tales 'víctimas'.