Pecado en Las Vegas [HopeMin]

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Park Jimin había girado justo hacia el lado del velador que estaba junto a su cama cuando sonó su teléfono. Alargó su mano en la oscuridad y puso el auricular en su oído. - ¿Hola?

- Hey, soy yo - Hoseok , su compañero de trabajo y amigo a larga distancia. ¿O era más que un amigo?

Sus llamadas de trabajo de oficina a oficina se habían hecho más extensas y
cada vez más coquetas, escuchar su voz le hizo sonreír en la oscuridad y su cuerpo reaccionar ante la voz al otro lado de la línea - Hey - respondió Jimin en un tono entre ligero y un poco rasposo.

- Suenas dormido; ¿estabas dormido? Maldición- la voz de Hoseok sonaba alarmante y un poco culpable- ¿qué hora es allí? Olvidé por completo la diferencia horaria.

- Son las...- el Castaño encendió la luz y buscó su reloj de cabecera, -...justo
después de las doce, pero está bien. Acabo de irme a la cama hace unos minutos. - De hecho, había decidido acostarse después de haberse dado por vencido
esperando su llamada, pensando que tal vez él había decidido que esto era una mala idea.

- ¿Estás seguro...cariño? - la voz de su amigo al otro lado de la línea le dejaba ver que se preocupaba por el sinceramente pero al mismo tiempo quería seguir hablando.

Así de simple, una pequeña palabra, cariño, sólo el sonido del cariño, entregado en su rico barítono, hacia que los dedos de sus pies se enroscaran y que su pene se moviera con un toque de conciencia.

- Si, estoy seguro. Quiero hablar - y eso había bastado para que el ambiente cambiara completamente.

Era la primera vez que ellos tenían una llamada fuera de la oficina. Pero la carga de trabajo había sido suave hoy y una llamada telefónica para pedir su opinión sobre la redacción de una entrada en el catálogo de otoño se había convertido en un centenar de llamadas entre otras cosas: las películas que habían visto recientemente, la música que escuchaban, las esperanzas de Hoseok de trasladarse a Japón por un tiempo, e incluso del tipo que Jimin estaba viendo actualmente, a pesar de que el había tratado de distanciarse de ese tema rápidamente. Antes de que finalmente hubieran colgado, Hoseok había dicho: —Hey, ¿por qué no te llamo más tarde esta noche? Podemos hablar un poco más.

El había estado de acuerdo, pensando que era seguro, inofensivo, sólo un
poco de diversión, solo hablar con un amigo... un amigo que enviaba cada vez más estremecimientos de calor a través de sus venas últimamente, pero no podía pensar en eso, de hecho, el tenía que detener esos sentimientos antes de que se salieran de control.

Estaba dejando de ser la oveja negra de la familia, terminando de ser el chico malo que había sido durante toda su vida, alguien que habían descrito como indeciso y poco responsable cuando se trataba de obtener una pareja, Jimin no se cerraba a la gente, el quería a hombres y mujeres por igual, sin embargo para sus padres eso no estaba bien así que ahora estaba limpiando sus actos yéndose por el camino seguro para lograr no ser una decepción otra vez.

¿Sin duda, una llamada tarde en la noche de un... amigo no debería interferir
con eso... cierto?

- pensé que tal vez te habías olvidado- dijo- o que habías decidido no llamar

-De ninguna manera, encanto; tú sabes que adoro escuchar tu bonita voz - ¿realmente hablaban como amigos? - Habría llamado antes, pero acabo de llegar a casa.

- Espero que no estuvieras en la oficina todo este tiempo. - Hoseok trabajaba
en una sede corporativa de la compañía en Las Vegas, donde el calculaba serían
más de las siete.
—No, nada de eso. Solo salí con algunos chicos después del trabajo. Un largo happy hour.

Suena divertido - jimin ya no hacía happy hour y la parte de su alma que buscaba el placer experimento un ataque de envidia y terminó con un pequeño puchero en sus labios.