Capítulo 14

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- ¡Debemos irnos de aquí!- gritó el uruguayo, ganándose la atención de todos los que se encontraban en el lugar, estos se confundieron por las repentinas palabras- ¡Ahora!

- ¿Por qué? ¿Ya se te subió el alcohol al cerebro?- dudó extrañado el paraguayo, estaban todos tranquilos y de la nada vienen completamente alterados y lejos de la razón gritan que deben huir, pensó que fue culpa de todo lo que estuvieron tomando.

- No- se apresuró a responder el costarricense- Vimos a Japón y...

- Wow, espérate un momento- interrumpe el venezolano- ¿dices que viste a Japón?- los miró incrédulo de que mencionaran a aquél asiático.

- Si claro, como si ese loco saliera de su isla para ir a otra isla- contestó con sarcasmo el mexicano.

- Japón no de salir de su país a menos que sea importante- el filipino estaba desconcertado, conocía a aquella potencia, sobre todo por las reuniones que se solían hacer por continentes.

- Pero es la verdad- dijeron al uniso los dos latinos, desesperados de que nadie les creyera.

- ¿Y qué? quizás solo está para descansar también- el puertorriqueño parecía irritado de algo, ni él mismo lo entendía.

- Ya claro, no me alarmaría si ese idiota no nos odiara a muerte solo por ser primos de USA- habló con sarcasmo Cuba, ciertamente el asiático odiaba a cualquiera que fuera cercano al estadounidense.

- ¡Auch! No es mi problema que nos odie- es extraño, él nunca dice eso, ¿Por qué solo se siente molesto?

- Okey, creo que España les dejó tomar demasiado- el portugués se levantó de su lugar al que iban a empezar a discutir entre ellos, sacó al español de sus pensamientos haciendo que este reaccione de inmediato.

- Pero no mentimos, lo vimos allá, estaba a cargo de los humanos que manejan ese campo de mariposas- el sudamericano miró al español esperando a que este le crea, era su única esperanza.

España miró a ambos jóvenes a los ojos, sabía que no mentían, se notaba en sus miradas, los conocía demasiado como para no saberlo. Sin embargo la posibilidad de ver al japonés era escaza, entonces en eso se le vino a la cabeza la discusión que tuvo con la ONU hace poco.

- Muy bien, vayan todos a vuestras cabañas, es una orden- mandó autoritario, algunas quejas de los demás no hizo falta, con cansancio y otros mareados fueron con dificultad a dónde pasarían la noche- ustedes quédense aquí- se dirigió a los dos jóvenes- Portugal, podrías llevar a Filipinas a la cabaña de Honduras- pidió a lo que el contrario asintió yéndose junto con los demás.

Una vez que el los demás ya estén lo suficientemente lejos es cuando el europeo se acercó a los dos menores preocupado.

- ¿Estáis totalmente seguro de que lo vieron?- ambos latinos asintieron- ¿Él los vio?- negaron- vale...- resopló cansino, estaba molesto consigo mismo, no esperaba que eso pasara, sin embargo lo hacía y sabía que pasaría después si no intervenía- tranquilos, les diré algo importante a todos vosotros mañana ¿Va?- notó el miedo de los menores, era claro que le temían por todas las veces que aquel nipón los atacaba sin un motivo aparente- Vengan aquí- abrazó a ambos menores siendo correspondido inmediatamente.

Sabía que a pesar del rencor que ellos decían seguir teniéndole, muy en el fondo aún lo consideraban un padre y buscarían consuelo en él, siempre lo hacen, ya sea indirectamente pero al final vuelven con él en busca de un poco de cariño. Seguían siendo, después de todo, solo unos niños.

- Todo estará bien- susurró para los tres, se separó del abrazo mirando a los menores- vallan a dormir, ya es tarde- acarició las cabezas de ambos que rieron levemente por lo ridículo que sería eso delante de los demás.

¿Un Viaje Familiar...?- countryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora