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Sus labios hacían una suave danza con la necesidad de no perder aquel sabor, encajaban a la perfección, auron no pudo evitar el sonreír durante aquel beso, estaba sintiendo una nueva sensación y realmente le encantaba. Al separarse por falta de aire se miraron con detenimiento, luzu tenia el rostro rojizo a más no poder al igual que el contrario.

Todos me decían que no te ibas a dar cuenta —susurró para levemente reír acariciando la mejilla de su chico — estoy enamorado de usted, psicólogo del amor

Si que soy un tonto, lo siento luzu —susurra para juntar su frente con la del contrario— había algo que no me permitía aceptar lo que realmente sentía, el único que necesitaba ayuda psicológica era yo  —ambos rieron—

Auron se levantó por la tensión que comenzó a sentir en sus piernas a consecuencia de la posición incómoda que había tomado, pero no le molestaba, solo quería tenerlo así de cerca y poder nuevamente besarle a su gusto. El espacio era pequeño, eso es lo que estaba disfrutando, así que aprovechó para recostar a luzu sobre el sofá y nuevamente comenzaron con un beso dulce, luzu rodeaba con cuidado el cuello de auron en busca de más cercanía con este, quien buscando lo mismo lamió con timidez el labio inferior del mayor pidiéndole permiso para poder introducir su lengua.

Con el permiso casi inmediato, sus lenguas comenzaron con un baile que bien podían llevar ambos el control, pero auron estaba llevando la delantera con ello siendo seguido del tembloroso cuerpo de luzu. Nuevamente por la falta de aire tuvieron que separarse de ese momento que deseaban que fuera eterno, luzu jadeo entre los labios de auron y este simplemente le pudo regalar una sonrisa coqueta.

Creo que las consultas van a ser un tanto diferentes a partir de ahora —susurro algo avergonzado el menor de ambos— no se si le parezca, mi estimado

Por mi encantado —mutiló de la misma manera ahora cambiando de posiciones, dejando a auron a su merced— me gustaría saber que tiene usted en mente —cuestiona jugueton y besando la mejilla del contrario—

Cosas cristianas, señor luzu, cosas cristianas —luzu hizo una mueca de desaprobación y auron soltó una risa ante la ternura que le había causado esa reacción—

[...]

Ambos enamorados caminaban por el pueblo tomados de la mano y con una sonrisa adornando sus rostros, parecía que todo estaba a su favor después de lo ocurrido horas atrás en casa del menor.

Pero bueno que es lo que tenemos aquí! —el chillido de vegetta tomó por sorpresa ambos, por lo que soltaron sus manos con cierta vergüenza— que monos, en serio yo ya estaba sufriendo por dentro —admitió entre risitas— todos queríamos verlos juntos

¿Vegetta? ¿qué pasa? ¡Oh! tortolos ¿qué tal estais? —detrás del pelinegro llegaba rubius con unas galletas en sus manos y una sonrisa, la cual se amplió más al ver a su pareja favorita junta— al parecer hiciste caso a mis consejos, creo que te robare el empleo de psicólogo

Calla calvo—dijo a regañadientes— tu eres el cura pecador, no quieras robarme mi puesto —vegetta y luzu rieron ante la escena— y bien ¿qué hacían ustedes por aquí? acaso esto era ¿una cita?

Pues no tío, solo nos topamos en el camino y decidí acompañarle, ya sabes que Rubén a cada rato lo viven matanto, necesita a alguien que le defienda —vegetta dio leves golpes en su pecho haciendo unos sonidos extraños—

No sabia que ahora se le decía así a las citas  —bromeo luzu, observando como las mejillas de rubius se tornaban rojizas—

Anda ya, que no es una cita —reclamó el contrario haciendo una mueca y cruzandose de brazos— ¿os gustaría acompañarnos? estábamos por ir a donde fargan

⁂(☕)..❡ El psicólogo del Amor (Luzuplay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora