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Te encontré Hiroto Kiyama x Reader ┉┅━━━━━━━━━━━┅┉
— Estoy muy feliz de que ustedes ganarán— sonreíste, observando sus ojos azules.
— Tenía mi amuleto de la suerte— Hiroto sonrió de vuelta para después observarse con cierta emoción.
Hace pocos días el pelirrojo había experimentado una sensación extraña, algo en el comenzo a crecer. Cuando te veía con otra persona, su ánimo bajaba repentinamente sentía desagrado y un poco de inseguridad. Él, pensó que solo se trataba porque ambos eran amigos, siempre estaban juntos, pero esta sensación solo la sentía contigo.
Su ánimo subia cuando te veía y bajan cuando tenías que irte. A pesar de ser algo maduro, simpre era inexperto con los sentimientos y más si eran de él.
— ¿Qué es?— cuestionaste intrigada.
Hiroto estaba a punto de mencionar tú nombre, sus mejillas estabas un poco ruborizadas. Aunque lo único que logró hacer fue alzar su brazo, señalando una pulsera que tú le habías regalado.
— Eres muy lindo— la expresión de Hiroto, demostraba lo avergonzado que estaba—. Me alegra que seas mi mejor amigo.
Después de aquello una sensación de amargura se apoderó de él, así que solo ignoro el malestar.
— También yo.
— Tengo algo que decirte— pronunciaste rápidamente. Hiroto te observo serio, puesto que tú semblante había cambiado—. Me iré del país.
— ¿Por qué?— el pelirrojo sentía como se oprimía su garganta.
— Soy estudiante de intercambio— pronunciaste, provocando que tu compañero lo recordará con un rostro frustrado.
Tu periodo había terminado, la verdad es que cuando llegaste no pensaste en hacer amigos, sino a conocer por ti misma todo el país, aquello hubiera sido un completo reto. Nunca pensaste en conocer a Hiroto, ni mucho menos involucrarte con el equipo de fútbol de Japón, tampoco hubieras pensado en ir a ver todos sus partidos. Pero al final todo eso sucedió, y ahora tenías que regresar a tú verdadero hogar.
— Es cierto— Hiroto bajó la cabeza.
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— Esto es duro, jamás pensé que me terminarías agradando— Natsumi río suave.
Mientras te quedaban en Japón, la familia Raimon fue la que cuido de ti. Al principio pensaste que Natsumi era una chica engreída y orgullosa, pero te diste cuenta que esa era su fachada. Poco tiempo bastó para que ambas fueran amigas.
— Digo lo mismo. Pero aquí estas, despiéndote con lágrimas— la de cabellos castaños sonrió.
