Rapsodia [TPN - RayEmma]

【De mí, para ti】

Artista de fanart: by @9981nashi.
Advertencias: [A.U] / Posible OoC de personajes.

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Tres.

Dos.

Uno.

Apenas terminó cuenta regresiva todos lanzaron las lámparas flotantes, viendo con una enorme sonrisa como cada una de ellas empezaba a elevarse hacia el cielo nocturno. En sincronía a lo lejos, los fuegos artificiales comenzaron a desfilar arbitrariamente, iluminando la ciudad entera y dando la bienvenida al Año Nuevo.

Todos los jóvenes empezaron a vitorear alegres por el espectáculo, viendo como la representación de cada uno de sus deseos se unían a las luces efímeras en el firmamento. Otros reían entre sí y otros se abrazaban felicitándose los unos a los otros; el ambiente cálido contrastaba con el frío de la época, trayendo felicidad a los corazones de los espectadores.

Claro que Emma estaría incluida en dicho grupo sino fuera por el pequeño inconveniente que estaba tratando de solucionar sin éxito. El alambre de su lámpara se había desprendido en un sector impidiendo que el aerostático pudiera elevarse correctamente, afortunadamente lo retuvo antes de que la vela incendiara el papel por completo, pero no logró arreglar el problema a tiempo.

Estaba comenzando a impacientarse, pues por más que lo intentaba simplemente parecía que ese año no obtendría buenos deseos, hasta que la sombra de su salvador bloqueó la luz por encima de su posición.

—Déjame adivinar: lo arruinaste de nuevo.

Ella hizo un puchero gracioso. —No me molestes.

Él negó con la cabeza, cada año le pasaba lo mismo. No entendía como esa cabecita naranja se las ingeniaba para malograr una labor tan sencilla. Tenía solo un trabajo y eso era encender la vela, luego la física se encargaba del resto; "fácil" según sus palabras. Pero por alguna razón, su teoría de que todo lo que tuviera que ver con Emma se volvía algo sumamente complejo, comenzaba a tener validez.

—¡Don! ¡Pásame la cinta! —levantó la voz hacia el moreno, otro que no había tenido éxito en volar el globo de papel.

Don dejó de quejarse con sus otros amigos por su desdicha, para acercarse al par junto a una curiosa Gilda. Apenas la chica de lentes notó la razón del retraso de su amiga, replicó:

—¿Otra vez, Emma?

Ella le regaló una sonrisa nerviosa, avergonzada de haber fallado un año más. Enseguida Don le pasó una mochila a Ray de dónde para su sorpresa sacó no solo cinta adhesiva, sino que también pegamento y trozos de papel de seda.

—Hombre, pensé que estabas exagerando con traer esas cosas. Ahora me siento culpable por llamarte "loco".

—Cuando tienes una novia tan torpe, ¿cómo no estar prevenido?

—Ja, muy gracioso —refunfuñó, con las mejillas infladas—. No necesito tú ayuda, Ray. Puedo hacerlo yo sola.

—Si me pagaran por cada vez que escucho eso —contestó rodando los ojos—. Aparte de torpe, terca.

—No lo soy. —Miró a su amiga, buscando algún tipo de consuelo—. Gilda...

—Lo siento, pero Ray tiene un poco de razón —señaló en voz baja, casi avergonzada—. Sí eres un poco terca.

—También ingenua.

—Muy infantil.

—Y cabeza hueca.