Rapsodia [TPN - RayEmma]

【Ángel】

Advertencias: Post-Canon / Muerte de Personaje.

Inspirado en el mini comic de @nananami616 (créditos de fanart).

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Hay días en los que Emma se siente más nostálgica que de costumbre, en donde una simple caricia, un simple llamado o una inocente sonrisa le hacen rememorar pedazos de su vida en aquella tierra del Nunca Jamás.

Los buenos y los malos, la ganancia y la pérdida... Cuando el silencio reina en la casa los recuerdos adquieren voces y a veces hasta siente que la llaman, cree escuchar sus risas revoloteando por todos los rincones del hogar, los zapatos crujir contra las hojas secas y especialmente, las risas armoniosas ante el llamado de la campanilla que anuncia la merienda.

Al cerrar los ojos esta vez escucha en su cabeza a alguien llamándola por un viejo apodo, un breve regaño acompañando un suave golpe en la cabeza y las bromas al aludido llamándolo "Mamá Gallina".

Y esta vez se permite reír, pues dentro de todo ese infierno si tuvieron la dicha de experimentar al menos un poco de la felicidad genuina que todo niño debe disfrutar. Por primera vez se dieron el lujo de ser felices, de experimentar el como se sentía tener una familia de verdad.

Familia...

La melancolía tiene lugar permitiendo que su mirada se desvíe hacia una fotografía enmarcada sobre una de las repisas. El mejor trabajo de aquel aficionado, según él comenta; y a la vez uno de los tesoros más preciados que tienen en la vida.

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—No. —Sacude la cabeza hacia los lados una y otra vez—. No, esto no debía ser así.

Pero ya es tarde, por más que sus manos intenten detener la hemorragia, simplemente no pueden llegar a contener las heridas mortales.

—¡No debía ser así!

Y llora, grita, y aprieta los dientes. Se lamenta a viva voz una y otra vez. Se niega a dejarlo ir, no puede, no quiere.

Entonces Norman, levanta su mano y acaricia su mejilla con tanta dulzura que lastima. Sus dedos están fríos y sin fuerzas, apenas puede mover el pulgar para acariciar su mentón y la comisura de sus labios.

—No llores, Emma —pide con la voz entrecortada—. No es tu culpa, nunca será tu culpa.

Pero ella sigue negando, no quiere escuchar lo que vendrían a ser sus últimas palabras. Lo único que se repite en su cabeza son lamentos desesperados que buscan cambiar el destino, rogando por ser ella quien tome el pago por la promesa como debía ser. Pero como siempre, Norman está a pasos adelantados, tanto como para decidir hacer un cambio repentino y ser él el inmolado.

No lo ve como un precio justo, tampoco planea ser el héroe de la historia, lo único que piensa es en lo satisfecho que se siente al ser quien la salve de un futuro lleno de oscuridad. A ella y a todos los que ama.

Así como ellos lo salvaron a él. Todos merecían una segunda oportunidad después de todo.

—Todo estará bien —murmura él por lo bajo.

Ante las lágrimas de Emma y con la poca fuerza que le queda toma su rostro, acercándola, para susurrarle una última cosa al oído. Su último secreto, el más valioso de todos, por fin puede ser capaz de cumplir la promesa que le hizo aquella tarde de verano en el orfanato.