Capítulo 13

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.Castillo de Hreidmar, principio de las escaleras de la torre

Recién acabada la batalla y tan exhaustos como estábamos, no podíamos parar ahora pronto vendrían más enemigos y aún teníamos una misión que cumplir. Wolf me tendío la mano y la acepté para poder levantarme, ambos estábamos en muy mal estado, dábamos pena. Pero nuestro equipo esperaba en algún lugar de la Torre buscando con afán nuestro destino.

—¿Puedes seguir? — me preguntó.

—Creo que si ¿y tú?

—A duras penas, pero debemos apresurarnos — dijo Wolf.

—Lo se, Fafnir o Hreidmar no andarán muy lejos.

—¿Me llamabais?

Los dos miramos a la vez al escuchar la voz fanfarrona de Fafnir. Nos miraba desde lo alto de las escaleras que conducían a la torre, su mirada confiada acompañada de una despreocupada pose con su hacha en el hombro .

—¿Qué hacemos Igdrix?

—Tú estás peor que yo — dije con impotencia siendo consciente de mi estado — tienes que seguir, yo me enfrentare a él.

—¡Estas loco! ¡te matará, en ese estado no eres rival para él!

Mi mirada ardió con furia y alcanzó los ojos de mi compañero de armas, mi semblante más serio que en todo el último milenio, antiguas leyes olvidadas prendieron el fuego de la guerra en mi una vez más.

—Has olvidado algo muy importante Cerberus, nosotros somos guerreros y nosotros vivos y morimos por la guerra.

—Con orgullosas cicatrices, tú sangre derramada en el campo de batalla, solo si eres un verdadero guerrero te sentarás a la mesa con el gran Odín mientras las valquirias narran tus hazañas.

—Nosotros crecimos enfrentándonos a enemigos más duros que él.

—Fenrir, Niddhör, Onix, Valrock. Escoge tú — dijo con un destello de humor.

—Si he de morir en este lugar, lo haré como el guerrero que soy.

—Te diría que hoy pisaras el dorado palacio de Valhala pero ya sabes.

—Supongo que con Lunafreya en el trono no sería muy placentero ¿he?

Nos miramos entendiendo que todo estaba decidido y aquellas sonrisas sólo una forma de evitar la despedida que pendía entre los dos.

—Buena suerte Igdrix, que las estrellas te guíen.

—Cuida de ellos. Cuida de ella — dije con seriedad.

—Con mi propia vida.

Wolf se dio la vuelta y comenzó a correr, Fafnir ni se inmutó cuando este paso por su lado y siguió escaleras arriba.

—¿No vas a perseguirle?

—Habías dicho que querías morir como un auténtico Aesir, tengo curiosidad por la muerte que buscas.

—¿Cómo estas tan seguro que voy a morir y tú vas a ganar?

—Porque percibo tu Nafilice, para ser un rey cero estas muy por debajo de mi media.

—No te confíes sólo por eso.

Nuestras miradas reflejaban determinación a partes iguales . Estaba frente a frente con el oponente más difícil de cuantos había enfrentado en mi larga vida. Todo apuntando a la derrota, sabiendo que solo un milagro podría sacarnos de aquí.

<<si tan solo la maldición fuera quebrada>>

Pensé fugazmente, pero me negué afligirme por lo que no tenía en mi poder en aquel momento, necesitaba mantener la mente fría, tantear sus puntos débiles esta no era distinta a cualquier otra batalla pasada. Era una presa y todo objetivo que cazo siempre tiene una debilidad, Fafnir no sería una excepción.

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