Capítulo V

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Catalina creyó la historia que Andrés le había contado de la madre de sus hijos hasta que obtuvo la gobernatura de Puebla, para ese tiempo ya habían pasado cinco años y ya había nacido Sergio.  Andrés se dedica tanto a su carrera política que cuando su hija Virginia desapareció él dio por hecho que había sido una muerte inevitable sin que demostrara dolor ni remordimiento, tiempo después Andrés llegó a su casa con cuatro muchachas Marta, Marcela que eran hermanas y Lilia y Adriana que eran gemelas hijas de una monja, en un momento la casa de Catalina se había llenado de gente, hijos, nanas, sirvientas, meseros, cocineros, etc., su hermana Bárbara se fue a vivir con ella y se convirtió en su secretaria particular, en ese año la legislatura le dio el Voto a las mujeres y Andrés entró en campaña yéndose con toda la familia de pueblo en pueblo hasta que llegó a Zacatlán considerada por Andrés como su patria chica, de ahí él salió como un pobretón y despreciado por los Del Puente y los Fernández quienes eran dueños del pueblo antes de la revolución y padecían verlo regresar como gobernador. Cuando por fin llegaron las votaciones Andrés y Catalina fueron juntos  y los fotografiaron los periodistas tomados de la mano en la urna, el general pronto entro legalmente al palacio de gobierno los primeros tiempos del gobierno fueron divertidos toda la familia lo disfrutaba hasta que Andrés los llevó a la inauguración del manicómio de San Roque, al día siguiente fueron a la casa Hogar en condiciones deplorables, entonces Catalina se da cuenta de lo miserable que era su esposo ya que no le importaba en lo más mínimo el dolor de la gente y ella se dedicó a hacer fiestas, rifas y bailes para recaudar dinero y satisfacer verdaderamente las necesidades de la gente, todos la querían e iban con ella cuando el general no los recibía o los ignoraba, ella trataba de interceder por cada persona con su esposo Aunque éste la ignoraba, pero dejo de intervenir en los asuntos de él cuando supo que el archivo de la ciudad se pretendía vender a una fábrica de cartón y su esposo obligaría al dueño a que se la vendiera a un precio muy bajo para así él sacar alguna ventaja, al día siguiente el dinero que se obtuvo de la venta fue donado por el general a la Asociación de Charros quedando él como un héroe cuando lo único que hizo fue abusar de su poder, ella fue a ver a Octavio para contarle lo que pasaba y éste no hizo nada más que decirle que así era su padre y que además no le importaba matar con tal de conseguir lo que quería y se puso a jugar con Marcela que iba entrando.

Arráncame la vida [Ángeles Mastretta] [Resumen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora