Capítulo XXV

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Un día cuando Andrés regresaba de Tehuacan donde le había hecho un homenaje, nombrándolo hijo predilecto de la población, el presidente municipal entró corriendo diciendo que Andrés estaba muy enfermo Catalina lo fue a ver inmediatamente lo encontró muy mal y mando llamar a Téllez y Esparza sus doctores de cabecera los cuales lo revisaron y lo único que tenía era cansancio le dieron unas pastillas y se fueron, la sirvienta le llevó su té de limón negro y le dijo que el exceso con el que había bebido ese té era muy malo y probablemente eso lo tenía muy mal pero él no hizo caso y le dijo que se fuera. Después de mucho hablar y repelar Andrés se quedó dormido Catalina se acostó junto a él y se durmieron, más tarde él despertó y le dijo que llamara a Cabañas su abogado cuando éste llega solo le dijo que sacara el documento dos, lo firmó y después de un rato se murió.

Arráncame la vida [Ángeles Mastretta] [Resumen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora