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-¿Rina Kanamori ? -murmuré al ver quien estaba frente a mi en la puerta, la chica tenía una mirada acusatoria, al parecer ya sabía lo que había decidido, aún así, ni si me rogaba o trataba lavar el cerebro, haría lo que ella quisiera

-ven, tenemos que hablar -me pidió, asentí y grité a mi abuela de que iba a salir.

Caminando, fuimos hasta un parque, no había casi nadie, era domingo ¿Quién en su sano juicio se levantaría temprano? Solo ella y yo, por hacerle caso, di un bostezo esperando que ella empezara la conversación

-No fuiste con nosotras -empezó -al final preferiste a Momoi-san y Aomine-san, preferiste estancarte en vez de avanzar, tampoco fuiste trás EunJi-chan -no respondí, era exactamente lo que parecía -lo peor, haz dejado un deporte que decías era el amor de tu vida -una sonrisa burlona apareció en su rostro, me dieron ganas de golpearla, sin embargo, no lo hice, siempre había respetado a este chica, después de todo, fue mi vicecapitana -¿Tendrías... la amabilidad de explicarme eso? -esto era peligroso, dependiendo de mi respuesta, la reacción de Rina iría para bien o para mal, sin embargo, no le iba a mentir y ya no me mentiría a mi misma, con un suspiro, cogí el valor de hablar, la chica a mi lado había sido bastante paciente al esperar lo que iba a decir

-Kanamori, yo... hay tres razones para ello -bajé la cabeza y tomé su mano

La chica había sido una gran compañera durante Teiko, hasta el ultimo año cuando el equipo masculino empezó a destrozarse, mientras eso, traté de mantener el equilibrio en mi equipo, de que ellas no terminaran así, a duras penas lo conseguí, sin embargo, ya no tenía energías para seguir, ella intentó por todos los medios que recuperara los animos, pero no lo logró

-adelante, te escucho

-la primera y más importante fueron ustedes, el equipo. Cuando cuando el equipo masculino empezó a fragmentarse, tuve que hacer un gran esfuerzo para que mis chicas no siguieran su ejemplo, tu sabes que tuvimos amenazarlas con echarlas del equipo si intentaban ser así -ella asintó recordando eso -. Eran, son, fuertes, hice todo lo posible para que no acabaran como rivales entre ustedes, sabes que lo intenté de todos los modos posibles, sabes que lo conseguí de cierta forma, tres de ustedes, se mantuvieron juntas, como amigas, compañeras, como un equipo en sí, pero... fallé, aún así les fallé Rina, nunca fui una gran capitana como Seijuuro, lo admiraba como capitán, eso hasta que me enteré por medio de uno de los de la tercera cadena lo que había sucedido entre ellos, no pude salvar a Riki-san y se fue, ni siquiera esperó a finalizar el año, sabes que se creía invensible, incluso llegó a decir que le éramos un estorbo, no la enfrenté y no había razón, si ella quería creer eso, que lo hiciera, tarde o temprano se dará cuenta de lo equivocada que está -conté apretando los puños, antes solté a la chica a mi lado para no lastimarla, ella solo me miró impasible -se que debí confiar en ti, pero, eras tan responsable con lo académico que decidí llevar la carga yo sola

-hiciste lo posible por salvar a tu equipo, salvarnos y aunque no hayas podido con todas, aún estamos juntas Kokoa, Aiko y yo -fue lo unico que dijo

-Ese era el principal motivo, ahora..  algo que verdaderamente debería ser la razón, tengo una lesión Kanamori -la chico abrió la boca sorprendida, iba a decir algo pero la interrumpí -no es muy... grave, hace unos 5 años, tuve una lesión en la rodilla que me afectó en cierta forma provocando que cada vez que me sobreesforzara en algo, pero, está mejorando, o estaba -le resté importancia, recordé el último episodio que había sucedido, llevé una mano a mi rodilla, cuando discutí con Imayoshi y Satsuki me dio el discurso de que debía cuidarme más, sonreí levemente, ellas, ninguna del equipo sabía de la lesión en la pierna, hasta ahora

-Mi padre... -ya sabía que intentaría ofrecerme ayuda por medio de su padre que era doctor, pero le corté con un gruñido y una mirada enojada

-¡No te conté para que me tengas lástima! -exclamé levantándome -¡Estoy bien así! Odio el basquet, odio todo lo relacionado con la generación de milagros y con ustedes -lo ultimo lo susurré y empecé a caminar alejándome de ella, dispuesta a volver a casa, no había desayunado, me llevaría una regañina por parte de madre y luego de abuela, ella me impidió avanzar

-aún no me haz dicho el último motivo -me susurró

-¡Que tengo miedo de convertirme en una mas de ellos! -le grité soltándome del agarre -tengo miedo de ser como Daiki, crecí con él, tengo casi la misma habilidad que él, no quiero -susurré intentando no llorar y la dejé ahí, me iba a seguir, pero algo se lo impidió, más bien, alguien se lo impidió, Imayoshi, le susurró algo y en vez de Rina, fue él quien vino tras de mi, lo ignoré y seguí caminando.

Un largo paseo culminó en una cafetería literaria donde tuve la oportunidad de oir a algunos aspirantes a escritor contar sus relatos, a decir verdad, la mayoría estaba bueno, entonces vi una oportunidad, daban un espacio libre al público de demostrar su talento, con duda tome palabra y avancé al escenario, era la primera vez que lo haría.

-Y la noche se eleva en su punto más alto, el sueño toma la ciudad -empecé, la gente tenía puesta su atención en mi, entonces vi entrar a Imayoshi, que, al verme en el escenario sonrió, no pude entender el sentido de aquella expresión, aún así, volví a prestar atención a mi misma para no colapsar de los nervios frente al público -, pero, la niña no duerme, algo la mantiene despierta, pareciese temer a las voces en su cabeza o a la pesadez en su corazón. -dramatizé señalando mi cabeza y mi pecho -. Le indican que algo está mal, que una desgracia se acerca, tal vez este temor no sea justificado, sin embargo, no puede evitar pensar en lo que vendrá al día siguiente, eso colma su paciencia, todas las posibilidades quitan la razón de su mente, dejando que la paranoía tome su lugar. No siempre fue así, desde hace unas noches, no para de pensar, se había dado cuenta de que sus pesadillas se estaban volviendo realidad, por ello además de pensar, trata de ignorarlas, de apagarlas, pero sabe que es imposible, que tarde o temprano volveran, como lo hacen desde aquella noche en que su vida perdió. -culminé, los aplausos no se hicieron esperar y prácticamente bajé huyendo de la tarima, buscando apoyarme en mi superior aún a pesar de estar enojada por lo de anoche

-No sabía que tenías sensibilidad -se burló en cuanto salimos del lugar, él mantenía su brazo sobre mis hombros como cubriéndome de las miradas

-Y aquí vamos de nuevo -rodé los ojos esperando una crítica que nunca llegó, aquello me sorprendió, en vez de decir algo hiriente, solo calló y caminamos hasta mi casa donde me dejó y al despedirse me despeinó.

El resto de la mañana la pasé en mi cuarto, haciendo deberes u ordenando mi dormitorio, que siempre por alguna extraña razón siempre se volvía a desordenar, esto con ayuda de mi sobrino, quien en una de esas encontró un cuaderno viejo donde tenía algunas notas con poesías o relatos que había escrito cuando era pequeña, la mayoría de los más viejos eran ridículos, mientras se los contaba a mi sobrino, no paraba de reir de mis ocurrencias y de mis errores, estas cosas nunca saldrían a la luz.

_Siguiendo la tradición de que personajes que hayan pertenecido a Teiko, lleven un kanji relacionado a un color... Kanamori significa "Bosque de oro" (refiriéndose al color de las hojas en otoño) y Rina significa "Jazmín_

¿Por qué dejarías lo que amas? (Imayoshi Shoichi x Oc)Where stories live. Discover now