Al fin había acabado, al fin había llegado el momento que tanto estaba esperando, después de tanto extrañarte, al fin pude llegar a la única manera de volverte a tenerte entre mis brazos, antes de que tus ojos se cerraran y tener que extrañar dentro de mi corazón, ese hueco está a punto de desaparecer.
—Oye hoy es la fiesta, hoy es su gran día— exclamó el pez en la pecera —¿A caso no irás?— pregunta de un modo enojado —Es muy importante para él— el pez sale de la pecera y se engranda, convirtiéndose en un ser humano con un traje púrpura ajustado —Él te necesita ahí—.
Mire la nave, sólo pensé en mí, ¿Qué sería de él si me voy? me pregunté —Iré, pero después me iré, alguien más me esperaba, tú sabes cuánto trabaje para que esto se volviera realidad— mi tono de voz se volvió frágil, estaba más rota —No todo tiene que ser así— volvió a la pecera, otra vez siendo el pez dorado de siempre.
Fui a la bañera, tome una larga ducha, me puse el vestido que había comprando junto a él, siempre pensé que los vestidos nunca me iban bien, pero esta vez admito que se veía bien, el amor siempre me dijo que los vestidos no iban con mi sonrisa, pero él decía que mi sonrisa combina con todo. Los dos son bastante distintos, todo es distinto.
—Florencia, es hora— dijo el pez con traje púrpura —En seguida voy, sólo dame un momento— agarro la foto que está pegada en el espejo, eramos él y yo, un foto muy antigua, bastante arrugada —Hoy es el día que tanto te prometí— besé la foto y la lleve conmigo.
—¡Jefri!— exclamé —¿Ya está todo listo?— pregunté —Sí, sólo que no sé dónde está Blue— demonios, pensé —Debe estar en la fuente— me encamine a la fuente, ahí estaba nadando, como si nada estuviera pasando a su lado —Blue es hora de irnos— me miro —¿Vas dejar esto por algo que has perdido yace tiempo— tenía una foto mía y de Samuel, reciente, me di la vuelta y regresé a la nave.
Algo de nostalgia me llevaría cuándo me fuera de aquí, estuve un largo tiempo, quién no podría extrañar su presente, muchos extrañamos el pasado, pero nuestro presente ¿Quién lo extraña?
Subimos las cosas necesarias a la nave —Es hora de irnos— en mis manos la pecera —Entren— otra vez eran unos peces —Al fin es el momento— los coloco en la porta pecera.
Me estaciono en la parte trasera de su casa, veo la enorme y gigantesca casa de Samuel, siempre pensé que Samuel era como un príncipe perdido o algo por el estilo, vive en una enorme casa, sin hermanos y con padres de goma que sólo le dan lo que quiere y necesita, tan noble, que la tristeza no dejo que su corazón se volviera egoísta.
—¡Raquel al fin llegaste!— exclamo de emoción —Por un momento pensé que no vendrías, ya ha iniciado— me toma de la mano —No tienes idea de los nervios que tengo— entramos a la enorme casa, veo lo decorada que está, bastante elegante —Espera aquí, te tengo una sorpresa, no te muevas— debo decir que estoy asustada por esa sorpresa.
—¡Escuchen todos!— dice Samuel arriba del balcón —Tengo que decirles que mi exitoso libro no fue sólo por mí, sino por mi inspiración ¡La magnifica Raquel!— esto fue más de lo que imagine —Raquel es la mujer que hace brillar mis ojos— baja del balcón — La mujer más perfecta que he conocido— se acerca a mí —Y la única que quiero a mi lado— me toma de la mano —Quiero que en esta familia Raquel sea más que mi amiga, más que un amor...— eso me puso nerviosa —Gracias Samuel, lo agradezco— exclamo ante toda su familia, interrumpiendo, interrumpiendo —Podemos hablar a solas— susurro. Vamos hacia el jardín.
—¿Qué sucede?
—Me temo que debo irme, ya he hecho mucho aquí
—¿Qué dices?, ¿A dónde irás?
—A encontrarme con alguien que perdí hace mucho
—¿Quién?
—No importa su nombre, debo agradecerte que has sido un gran amigo, en verdad
Queda todo en un silencio incómodo, no sé como, pero me di la vuelta, camine lo más rápido
Blue: ¿En serio vas a hacer esto?
Florencia (Raquel): ¿No fue por lo que trabajamos tanto?
Blue: Yo también lo extraño...
Jefri: Sé por el dolor que pasas, nosotros también lo amábamos
Florencia: Pero no tienen idea del vacío que tengo en el corazón
Jefri: Todos lo tuvimos alguna vez, ese sentimiento obsesivo de volver, de volver a tener lo que ya no te pertenece
Blue: Samuel te ama, demasiado
Florencia: No como él
Blue: Porque no es él, y eso es lo que lo hace especial
Jefri: Y si regresas, pero tu corazón ya no late como lo hacía antes ¿Qué harás?
Blue: Con él nunca reíste como lo hacías con Samuel, no niego que Samuel es un humano cualquiera, con destinos cualquiera, pero ¿A caso no sentiste algo?
Jefri: Cuándo nos vayamos Samuel ya no será parte de ti, ni tú de él, ni si quiera serás un recuerdo, sólo serás un sueño
Florencia: No negaré que lo empecé amar, esa vez, esa tarde en la fuente sabía que quería estar con él de esa manera, por la eternidad, sus ojos eran una maravilla reflejado la luz, esos tonos
Jefri: Y si lo amas ¿Por qué te vas?
Florencia: Porque le prometí que volvería por él
Jefri: A veces las promesas ya están rotas desde que se dijeron
Blue: Toma, esto es tuyo, es una foto de ti y Samuel, dónde los recuerdos son infinitos, déjaselo para que no seas un sólo sueño
Jefri: Supongo que es hora de irnos
Florencia: Eso creo