21.05.2021
A quién corresponda...
Hoy se siente como un día cualquiera, aquellos en los cuáles simplemente desperté con una pregunta que por primera vez no me formulé. Simplemente fue leído de manera indirecta.
La desgracia de la vivencia viene de múltiples razones, la mía no tiene odio, no tiene rencor, tal vez pizcas de tristeza de recuerdos rotos, dónde la vida me demostró ser un ser existencial más que llena la sociedad.
Hace tiempo lo intenté, pero sin esté sentimiento, querer huir de tus errores es la peor manera que podrías hacer. Madre, si algún día lees esto y ya no estoy más, no llores, qué yo te amo. Te amo de una manera inimaginable, hace muchos años deseaba el amor que ahora me das, no sabes por cuanto tiempo quise que me amarás, que me vieras como alguien, el alguien qué soy ahora.
Lamentablemente el amor llego en los momentos qué mi corazón se ha vuelto un saco palpitante, tantas veces miraba al cielo para poder merecer aquello que me dan, no sólo tú, si no mi alrededor. Siento y siempre he sentido que soy un cacho más, un cacho más que jamás debió existir, soy el claro ejemplo de los errores de la humanidad, del ejemplo de la decadencias, ahora sufro aquello. Es como una espina que se clava, pero no sangra, la sangre no recorre por las heridas, la sangre me recorre por mis recuerdos.
A veces llego a pensar que me robe el lugar de alguien más, que era un ser de otro lado, y tal vez el dueño de este cuerpo quiera volver, pero no puedo irme, y cada día me lastima para que le devuelva su cuerpo, pero no tengo la razón del por qué se lo robé. No le he quitado nada a nadie, tampoco deseo hacerlo. Ojalá algún día esto acabe, dónde cierre mis ojos y al fin vaya al lugar donde hace tiempo debí estar.
Quiero ver esos extraordinarios caminos, las fantasías del mundo, mirar y poder estar sobre las nubes, mientras que en cada día te mando algo para que sepas que estoy bien. Qué soy feliz.