Kim SeungMin es un hibrido, mitad perro y mitad humano, es su secreto. Solo tiene a su mejor amigo, JeongIn, un híbrido de zorro un poco menor que él. Ambos saben las consecuencias que su situación les puede traer, pero eso no les impidió inscribirs...
Ese día, JeongIn y HyunJin se volvieron a encontrar por la noche. A JeongIn le asustaba un poco, durante todo el tiempo pensaba que SeungMin podría despertar y encontrarlo, pero lo olvidó cuando HyunJin lo acostó en el pasto de aquel parque y lo abrazó mientras veían las estrellas.
El híbrido nunca se preocupaba por sus orejas y cola, solo se dejaba hacer.
Respiró el aroma de HyunJin. Olía a alguna loción de la cual no estaba seguro pero le gustaba mucho. No sabía si HyunJin se había dado cuenta de que lo miraba fijamente, pero en ese momento no le importaba. Miraba las facciones del mayor, como intentando grabarlas en su mente para no olvidarlas nunca.
Después de algunos minutos, HyunJin se volteó, haciendo que el corazón del pelirrojo se acelerara, aunque mantuvo la mirada en sus ojos. El pelinegro esbozó una pequeña sonrisa al notar toda esa inocencia que los ojitos del híbrido demostraban y se acomodó, ya que tenía un brazo alrededor de los hombros del menor, el cual comenzaba a acalambrarse por estar tanto tiempo sin moverse. Se puso de lado, sonriendo de una forma que derretía a JeongIn por completo.
— Veo que te gustan las estrellas... — Empezó por decir el menor, en suaves susurros y con la misma inocencia que sus ojitos tenían.—
— Me gustan... y tengo unas favoritas... — Respondió enseguida el mayor, mirándolo con una sonrisa.—
JeongIn ladeó la cabecita y frunció el ceño. Se sentó, miró al cielo, eligió una estrellita y cerró los ojos. Cuando volvió a abrirlos, no recordaba cuál era su estrella.
— ¿Cómo sabes cuáles son? Hay demasiadas. — Murmuró el más pequeño, abultando sus labios de la forma más tierna que HyunJin había visto, volviéndose a acostar a su lado.—
— Es que... esas no están en el cielo...
— ¿No? — El mayor negó enseguida.— ¿Y donde están, Hyung?
HyunJin se acercó un poco al rostro del menor, notando como las mejillas de este último empezaban a combinar con su cabello cuando tomaron un tono rojizo por la cercanía. Sonrió por la hermosa vista que tenía justo frente a él y susurró en un suave hilo de voz, uno que JeongIn nunca terminaría por saber si hubiera escuchado solo con la audición de un humano normal.
— Están en tus ojos...
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Holi, pequeño capítulo. Solo quería hacerlo ah. Espero que les haya gustado, enseguida hago otro un poco más largo, aunque no sé cuando vaya a salir.
