Rocky siempre sabía como animarla. La conocía bien. Y he aquí por qué.
*
Molly y Rocky llegaron a Hardwick House diez veranos atrás. Un bebé blanco y un bebé negro.
La señorita Adderstone encontró a Molly en la puerta de entrada, metida en una caja de cartón, y a Rocky lo enontraron en un cochecito de niño en el aparcamiento detrás de la comisaría de policía en Briersville. Lo encontraron porque lloraba con toda la fuerza de sus pulmones.
A la señorita Adderstone no le gustaban los bebés. Para ella eran criaturas ruidosas, malolientes y lloronas, y la idea de cambiar un pañal le daba un asco tremendo. De modo que, para que cuidara de Molly y de Rocky, contrató a la señora Trinklebury, una tímida viuda del pueblo que ya había ayudado en otras ocasiones a bebés huérfanos. Y como la señora Trinklebury se inventaba los nombres de los niños según la ropa que llevaban o los lugares donde los habían encontrado–como Moisés Wicker, al que habían encontrado en un Moisés, o Satén Knight, que había llegado vestida con un camisón con lasos de Satén–, a Molly y a Rocky también les pusieron nombres exóticos.
El apellido de Molly, Moon, venía de "Caramelos Moon", escrito en letras rosas y verdes en la caja de cartón donde la encontraron. Cuando la señora Trinklebury encontró también un boli en la caja, llamó al bebé Boli Moon. Y cuando la señorita Adderstone dijo que no permitiría que nadie se llamara "Boli", Boli Moon se convirtió en Molly Moon.
El nombre de Rocky venía directamente de su cochecito rojo escarlata. En la capota ponía "sólido como una roca". Rocky era fuerte como una roca, y muy tranquilo. Esa tranquilidad le venía de su carácter soñador, pero en esto no se parecía a Molly. Molly soñaba despierta para evadirse de la realidad, mientras que Rocky soñaba de forma reflexiva, como si estuviera pensando en el mundo extraño que había a su alrededor.
Incluso de bebé, solía pasarse el rato en su cunita, pensando y canturreando él solito. La señora Trinkleburry decía que con esa voz grave y ronca, y con lo guapo que era, algún día sería una estrella del rock y cantaría canciones de amor para las señoras. De modo que Rocky Scarlett, el nombre que le había puesto, resultó que le quedaba muy bien.
La señora Trinkleburry no era muy inteligente, pero sí era muy dulce, y una cosa compensaba la otra. Y fue de verdad una suerte que ella criara a Molly y a Rocky porque, si sólo hubieran conocido a la señorita Adderstone, tal vez habrían crecido pensando que todo el mundo era malo, y ellos mismos se habrían hecho malos. En vez de eso, de pequeños jugaron con la señora Trinkleburry, y se durmieron escuchando sus nanas. Ella les enseñó la bondad. Les hizo reír y les secó las lágrimas cuando lloraban. Y por las noches, si preguntaban alguna vez por qué los habían abandonado en la puerta del orfanato, ella les contaba que eran huérfanos porque un cuco malo les había empujado fuera del nido. Y luego les cantaba una misteriosa nana que decía así:Perdonad, pajaritos, a ese cuco marrón que os empujó fuera del nido.
Es lo que su mamá les enseñó , ella pensaba que era lo debido.Si alguna vez Molly y Rocky sentían rabia porque sus padres, fueran quienes fueran, los habían abandonado, la canción de la Señora Trinkleburry les quitaba un poco la pena.
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Molly Moon, y el increíble libro del hipnotismo
RandomMolly Moon, una niña enfrentando su día a día y siguiendo la rutina en el orfanato de Hardwick House. Siempre fue así, hasta que encontró "algo". Ésta es la historia del pequeño secreto de Molly, con lo que hizo cosas muy grandes.