Pero Molly estaba en lo cierto. Esa noche sí que iba a pasar algo extraño, y estaba apunto de ocurrir.Hacía frío en el sótano, en el techo había tuberías que goteaban y rejillas de ventilación en las paredes por donde se colaban ratones y un aire frío que olía a humedad.
Molly abrió el grifo, que escupió agua tibia, mientras Rocky fue a buscar el detergente. Molly oía los gruñidos de Edna mientras empujaba por el pasillo el carrito de los once platos hasta el fregadero.
Molly cruzó los dedos para que Edna dejara la camarera con la vajilla y se marchara, aunque lo más probable fuese que entrara en el lavadero a reñirla. Eso era típico de Edna.Rocky llegó con el detergente. Vertió un poco en el fregadero, haciendo como que estaba en uno de sus anuncios preferidos.
–¡Oh, querida!–le dijo a Molly–¿Por qué tienes las manos tan suaves?
Molly y Rocky solían escenificar los anuncios de la tele y se sabían un montón de memoria, desde la primera palabra hasta la última. Jugar a que eran las personas de los anuncios les parecía muy divertido.
–¿Tan suaves?–contestó Molly con tono juguetón–Es porque uso esta marca de detergente, cariño. Las otras marcas son terribles para mis manos.
De pronto, la mano de dinosaurio de Edna se posó sobre Molly, haciendo añicos su mundo imaginario. Molly dio un respingo y se apartó, esperando una avalancha de insultos. Pero en lugar de eso, una voz empalagosa le dijo al oído:
–Ya me ocupo yo de esto, querida. Tú vete a jugar.
¿"Querida"? A Molly le parecía que no podía ser cierto lo que le había oído decir a Edna. Edna nunca jamás había sido amable con ella. Normalmente era sencillamente horrible y espeluznante. Pero ahora Edna sonreía de una forma extraña, enseñando un montón de dientes torcidos.
–Pero la señorita Adderstone...
–No te preocupes por eso,–insistió Edna–tú vete y relájate...Vete a ver esa condenada televisión tan bonita, o a hacer lo que te dé la gana.
Molly miró a Rocky, que parecía tan asombrado como ella. Ambos miraron a Edna. Su transformación era sorprendente. Tan sorprendente como si ahora mismo le crecieran tulipanes de la cabeza.
Y ésa fue la primera cosa extraña que ocurrió aquella semana.
...
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Molly Moon, y el increíble libro del hipnotismo
AcakMolly Moon, una niña enfrentando su día a día y siguiendo la rutina en el orfanato de Hardwick House. Siempre fue así, hasta que encontró "algo". Ésta es la historia del pequeño secreto de Molly, con lo que hizo cosas muy grandes.